Ahorrar agua es esencial para combatir la sequía, reducir el estrés hídrico y cuidar el planeta. Adoptar hábitos diarios y mejorar las instalaciones del hogar permite reducir el consumo y rebajar la factura.
Gestión del Agua
La sequía es un fenómeno climático que afecta cada vez a más regiones del planeta. Su frecuencia ha aumentado un 29 % desde el año 2000, impulsada por el cambio climático, con efectos directos sobre el medioambiente, la salud y la economía global.
La escasez del agua afecta a miles de millones de personas. Aunque hay suficiente agua dulce, su distribución desigual y el cambio climático agravan el problema.
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El agua es un recurso finito y escaso. Y sin ella, la vida no sería posible. La consumimos para nuestro día a día en hogares y ciudades, en la agricultura o en la industria energética. Los expertos creen primordial generar una cultura del agua apoyada en normas, gestión y tecnología.
La huella hídrica es un indicador clave de sostenibilidad que mide el volumen de agua dulce utilizado en las actividades diarias y en la producción de bienes y servicios. Junto con la huella de carbono y la huella ecológica, contribuyen a una gestión más eficiente de este recurso limitado, esencial para combatir el cambio climático.
Más de 4.000 millones de personas sufren escasez de agua durante al menos una parte del año. El agua no solo es esencial para el consumo humano y el saneamiento, también para la producción de alimentos, la generación de energía o el mantenimiento de la diversidad. Una gestión sostenible implica conservar los recursos hídricos y hacerlos resilientes frente a las consecuencias del cambio climático.
El pasado 24 de octubre se presentaron en la Torre BBVA México a los equipos de los cinco proyectos finalistas del 2do Reto Nacional de Sostenibilidad BBVA 2024 “Juntos por el agua en México”, mismos que trabajarán durante los próximos 12 meses en el desarrollo de sus iniciativas y que contarán en conjunto con un financiamiento de seis millones de pesos para el desarrollo de la iniciativa de acuerdo con la propuesta presentada.
Los embalses son estructuras artificiales que acumulan y gestionan el agua de ríos, crucial para el consumo humano, la agricultura y la producción energética, especialmente en tiempos de sequía. Los embalses pueden ayudarnos a enfrentar la escasez de agua.
La sequía puede ser meteorológica, hidrológica o agrícola. Y la falta de precipitaciones depende de causas naturales, pero también del cambio climático provocado por la acción humana. Las consecuencias son claras: pérdidas económicas, destrucción de ecosistemas, migraciones forzosas y problemas de salud.
El estrés hídrico, extraer más agua dulce de la disponible, afecta a 17 países y es una amenaza para el desarrollo sostenible, la seguridad alimentaria y los bosques. Aumentar la eficiencia agrícola, mejorar la salud de los humedales y reducir el despilfarro son algunas soluciones.
La siembra de nubes es una técnica que consiste en la dispersión de sustancias químicas, como yoduro de plata, en las nubes para inducir la formación de lluvia o nieve. Aunque se ha utilizado durante décadas, su efectividad y sus posibles impactos ambientales siguen siendo objeto de estudio y discusión.
La seguridad hídrica es la capacidad que tiene una comunidad para disponer de agua –en cantidad suficiente y de buena calidad– para hacer frente a amenazas hidrológicas como inundaciones, sequías, derrumbes o enfermedades. El cambio climático y la destrucción de la biodiversidad influyen cada vez más y solo queda una gestión sostenible del agua.
El uso de agua aumenta, los ríos ven reducido su caudal, los acuíferos se sobreexplotan. El agua sostiene actividades ganaderas, agrícolas, industriales o turísticas. En este escenario, las sequías afectarán cada día más al ser humano. Es el momento de crear una economía circular hídrica. La clave, cómo hacerlo.
La desertificación afecta ya a una cuarta parte de la superficie terrestre y engloba la degradación de las tierras de zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas. Este proceso, provocado por factores humanos y naturales, marca el día a día de una sexta parte de la población mundial. El ritmo de la desertificación aumenta en Asia, África Subsahariana y en varios países del Mediterráneo.
Cuidar el medioambiente está vinculado a la incorporación de acciones en los diferentes sectores de la sociedad y en las empresas, que ayuden a mitigar el cambio climático y permitan construir un futuro sostenible e inclusivo para las personas.
BBVA México, la Universidad Nacional Autónoma de México y el Tecnológico de Monterrey a través del Consorcio de Investigación, Transferencia Tecnológica y Emprendimiento UNAM-TEC lanzan el Segundo Reto Nacional de Sostenibilidad BBVA; a este esfuerzo se suman instituciones como Alsea; Fundación Alsea A.C.; TELMEX; Minsait, una compañía de Indra; Ectagono y The Seas We Love, entre otros aliados. Esta iniciativa busca mediante la sinergia de diversos actores públicos y privados, combatir la problemática socio-ambiental que presenta el estrés hídrico en México.
¿Cómo funcionan las leyes que protegen el agua en América Latina, España o la Unión Europea? Decenas de normativas gestionan los recursos en plena emergencia, pero la seguridad hídrica no depende solo de normas.
Una cuarta parte de la población mundial carece de acceso a servicios de agua potable gestionados de forma segura. La presión demográfica, la contaminación hídrica o el cambio climático exigen un uso sostenible del agua. Te contamos diez iniciativas innovadoras.
Las cada vez más frecuentes e intensas sequías y la situación de los embalses están obligando a encontrar soluciones para un uso más sostenible y eficiente de un bien tan preciado como el agua. Regenerar y reutilizar el agua es posible.
Las sequías son períodos anormalmente secos, en los que intervienen múltiples factores y que tienen importantes consecuencias para el medioambiente y las sociedades. Se calcula que 55 millones de personas se ven afectadas por ellas de forma directa cada año, y que puede llegar a perjudicar a tres de cada cuatro personas de todo el mundo en 2050, según la ONU. BBVA profundiza sobre este complejo fenómeno en el nuevo monográfico ‘Cuando falta el agua: claves para hacer frente a la sequía’.
A día de hoy, “la sequía que padece el campo español es tanto hidráulica (los embalses están de media al 51% de su capacidad y un 16% por debajo de la media de los 10 últimos años) como hidrológica (ha llovido un 22,5% menos en el último año)”, tal y como reconocen desde la UPA (Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos). Datos preocupantes que confirman que no se trata de una situación puntual. Y es que las sequías continuadas, junto con el resto de consecuencias relacionadas con el cambio climático y la inflación, ha hecho que se pierda el 40% de la producción de los agricultores españoles.
En las últimas décadas, el cambio climático ha incrementado los fenómenos extremos y los gobiernos han comenzado a tomar medidas frente a la emergencia hídrica: reutilizar agua depurada, desalar agua marina, reducir su uso en la agricultura o controlarlo en las ciudades. Hoy, más que nunca, el ser humano convive con la ausencia de lluvias y las sequías.
Las situaciones de sequía afectan cada vez más a los recursos hídricos necesarios para la supervivencia de la naturaleza y la población. El sector agrícola –el que más agua consume– es clave. Los expertos reclaman asesoramiento y uso de tecnologías para no malgastar ni una gota. A nivel doméstico tenemos que aprender a ahorrar.
Desde la escuela se debe impulsar el cuidado del agua para construir adultos conscientes de los recursos que nos rodean. De ello nos hablará Hildegardi Venero –especialista en el sector Agua y Saneamiento, Gestión Integrada del Recurso Hídrico y Uso de los Recursos Naturales–: ahondará un poco más sobre este recurso y reflexionará cómo incluir este tema en la enseñanza de la educación básica regular.