Omar Suárez, CEO de la 'cleantech' Sunthalpy: "Nuestro principal logro es que la sostenibilidad sea posible para todos los que la deseen"
La startup española Sunthalpy fue la ganadora de la categoría 'climatech' en el reciente South Summit Madrid 2024 gracias a sus soluciones para que las viviendas estén impulsadas al 100% por energía solar y desconectadas de la red eléctrica. Esta startup de nuevas tecnologías limpias o 'cleantech' busca mejorar la calidad de vida de las personas al implementar un sistema que permite a las casas ser sostenibles y promover el autoconsumo.
Omar Suárez tuvo su primer contacto con la energía solar en viviendas con tan solo 14 años, cuando leyó un libro sobre casas solares que todavía conserva en su estantería. Varias décadas después, esa fascinación se convirtió en innovación emprendedora. En septiembre de 2017 fundó Sunthalpy, una startup asturiana que persigue un objetivo: que los edificios sean sostenibles gracias a la energía solar.
Esta creciente relevancia del ecosistema 'cleantech' también quedó patente en el South Summit Madrid 2024, evento donde BBVA volvió a mostrar su apoyo a los emprendedores y donde BBVA Spark, la unidad especializada en empresas de alto crecimiento, tuvo una presencia destacada con un 'stand', paneles moderados por sus responsables y participación en el jurado de la competición de startups. Victoria Mozos, experta en sostenibilidad global en BBVA, hizo entrega del premio a Sunthalpy en la categoría de 'climatech' por presentar las placas radiantes de baja entalpía con las que está logrando de un modo simple climatizar cualquier vivienda y convertirlas en sostenibles y confortables. Un galardón que su fundador y director general, Omar Suárez, ingeniero industrial de formación, espera que sirva para "dar el empujón definitivo de visibilidad a la empresa".
Pregunta: ¿Qué ha supuesto el reconocimiento en South Summit?
Respuesta: Tiene mucho valor, porque el jurado de 'climatech' estaba compuesto por perfiles más técnicos que económicos, y nos venían siguiendo la pista desde hace tiempo. Vieron nuestra trayectoria y comprobaron que [nuestra solución] es de verdad. Aunque operamos bajo los parámetros de una startup, porque somos una empresa tecnológica creando un producto disruptivo que nadie conoce, también tenemos una manera muy tradicional de llevarlo al mercado: testeamos y probamos los productos, nunca decimos que tenemos algo hasta que lo hemos hecho. Yo creo que eso nos favoreció.
P: ¿Cómo nació la empresa y la solución basada en placas solares que ofrece?
R: En un primer momento, buscaba convertir las fachadas en paneles solares térmicos eficientes, resilientes y económicos. Encontré una manera de hacerlo y me di cuenta de que, si introducía este sistema en el interior de la vivienda, el panel funcionaría de manera mucho más eficiente, ya que sería capaz de almacenar más energía y evitar pérdidas. Este concepto de placas solares de baja entalpía [recursos energéticos de baja temperatura que son más eficientes y sostenibles que fuentes convencionales] lo cambia todo: es una idea muy simple, pero hasta ahora nadie la había explotado.
Pero, ¿cómo convencer a la gente de que esto es posible? Con recursos limitados, construí una casa para demostrarlo. Vendí todo lo que tenía y me hipotequé para hacerla 100% solar y desconectada de la red. Una vez logrado esto, el Grupo industrial Alibérico se unió a nosotros para convertir la solución en un producto 'retail' [las placas solares de baja entalpía], fácil de escalar e implementar. Ahora estamos implementando esta solución en toda España a través de terceros. Les proporcionamos la solución, les explicamos cómo instalarla, les capacitamos y ellos la implementan por sí mismos.
Existe una clara necesidad: las viviendas están mal aisladas y la Unión Europea ha establecido objetivos específicos. Tenemos la oportunidad, con poca mano de obra cualificada y costos de implementación relativamente bajos, de transformar pisos antiguos, poco confortables y muy ineficientes en edificios de Clase A o superior. La clave de todo esto radica en la financiación.
P: En 2023, las 'cleantech' europeas recaudaron más de 18.700 millones de euros, casi igualando a su récord establecido el año anterior (unos 19.000 millones de euros). En el caso de Sunthalpy, ¿qué fondos habéis recaudado y a través de qué vías?
R: Empecé invirtiendo una cantidad significativa de dinero, todo lo que tenía, y luego se unieron otros socios. Más tarde, en una ronda adicional, se sumaron una empresa industrial y otros inversores interesados en el proyecto. A medida que más personas conocían nuestro trabajo, empezaron a surgir inversores casi sin buscarlos.
Posteriormente, recibimos una subvención del Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación para desarrollar los emisores modulares que comercializamos hoy, además de otras pequeñas subvenciones en el Principado de Asturias. Por otro lado, hace un año y medio realizamos una primera ronda de financiación 'pre-seed' [presemilla], que recaudó medio millón de euros. En total, entre las aportaciones de estos accionistas y las subvenciones, hemos alcanzado los 1,7 millones de euros en estos siete años.
P: ¿En qué se diferencia Sunthalpy de otras empresas del ecosistema 'cleantech' que también buscan implementar tecnologías sostenibles en edificios?
R: Hemos encontrado una solución que mejora la calidad de vida en los edificios, donde se concentra gran parte del consumo energético, especialmente en calefacción, agua caliente y refrigeración. Así, al tener un hogar eficiente, la inversión se rentabilizaría de forma inmediata. Porque todo el mundo quiere ser sostenible, pero la verdadera dificultad radica en invertir dinero y esfuerzo para hacerlo realidad. Por tanto, ese ha sido nuestro principal logro: conseguir que la sostenibilidad sea posible porque todos la deseen, ya que todos queremos vivir mejor.
P: En los últimos dos años se ha vivido un auge de soluciones y procesos impulsados por IA. ¿También habéis adoptado esta tecnología en algún punto?
R: El motor de toda esta tecnología es la bomba de calor. Nuestra tecnología ya ofrece un ahorro significativo por sí sola, pero incorporar un sistema inteligente con capacidad para ajustar y optimizar el consumo permite aprovechar aún más su potencial. Así, transformamos los edificios en pequeñas baterías térmicas, inyectando energía cuando la necesitemos, ya sea porque es más barata o más ventajosa para nosotros. Un sistema de control por IA puede actuar como el director de orquesta para la bomba de calor. Prueba de ello es nuestro acuerdo con BigML, una empresa líder en 'machine learning' con sede en Oregón.
P: También existen informes que alertan del efecto que tiene la IA en el medioambiente: entrenar un solo modelo de IA tiene un consumo equivalente a 100 hogares de EE. UU. en un año. Por tanto, ¿cómo puede la utilización de la IA ser compatible con la responsabilidad ambiental en los hogares?
R: La IA requiere una capacidad de computación mucho mayor. Sin embargo, nosotros hemos encontrado una solución que evita el uso del aire para la refrigeración y hace que se requiera menos energía para ello. Por tanto, nosotros contamos con que la mayor densidad de computación de la IA no suponga un problema, sino todo lo contrario.
P: Por último, ¿cuáles son los siguientes pasos de Sunthalpy?
R: Queremos seguir escalando nuestro modelo para que todos puedan optar por nuestra tecnología. Solo nos falta financiación para que podamos impulsar este modelo de negocio. Así, en lugar de reparar decenas de viviendas, podríamos transformar todo un parque en 10 o 15 años.
Además, la idea no es limitarse a España. También tenemos el mercado europeo y, por qué no, el resto del mundo. Hay tantas cosas por hacer, que se pueden mejorar, nuevas oportunidades insatisfechas... Primero vamos a por esto, pero ganas e ideas de acometer otros retos relacionados también tenemos.