Navidades sostenibles: Cinco regalos originales que cuidan el planeta
Tradición y muestras de cariño a través de los regalos. La conciencia de un consumo responsable. ¿Cómo encontrar un equilibrio entre estos dos factores en la época navideña? Te hacemos algunas propuestas.
Una solución podría ser el regalar productos más sostenibles en toda o la mayor parte de su cadena de valor, desde el ecodiseño al embalaje con cartón, papel o telas recicladas. Economía circular, en suma. Esta es la recomendación de asociaciones como la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU): “Las Navidades no deberían ser sinónimo de derroche, apostamos por un consumo inteligente”, que propone acordarse “de las tiendas locales o productos artesanos” y regalar cosas “que de verdad se usen y no acaben en la basura en uno o dos meses”. Por su parte Greenpeace México reclama responsabilidad “no solo durante las fiestas sino para nuestro estilo de vida”, como alternativa a “la necesidad desaforada de adquirir, reemplazar y desechar”.
Estas son algunas de esas propuestas de regalos con el triple valor del detalle, la utilidad y un menor impacto:
Patinetes eléctricos
Pueden sustituir a los desplazamientos en vehículos de una forma mucho más barata, silenciosa, sostenible o incluso ágil en horas punta y zonas con restricciones al tráfico o pocas plazas de aparcamiento. Son más fáciles de manejar que una bicicleta, los ligeros y plegables pueden cargarse, y el mercado ofrece diferentes tipos -desde los urbanos a otros más pesados y potentes- para un uso deportivo en el campo. La mayoría proceden de China, así que comprar de segunda mano —o mandar a reparar uno averiado— para compensar ese viaje reduce la huella de carbono. Otra alternativa: la bicicleta eléctrica, que puede electrificarse acoplando una batería y un motor en un eje de rueda.
Vinos ecológicos
También es importante el criterio de cercanía para reducir emisiones, siempre que sea posible porque no todos los países son productores como España, Argentina o Chile. Su condición orgánica —avalada por certificados o sellos—abarca criterios de agricultura ecológica, libre de productos químicos sintéticos o genéticamente modificados como fertilizantes o herbicidas. Pueden aplicar control biológico de plagas —desde insectos que combaten a otros insectos a rapaces instaladas en nidos junto a la viña—, uvas autóctonas más resistentes, nuevas tecnologías para gestionar el riego por mapas de humedad, recuperar terrenos yermos como una antigua gravera o fomento del empleo local. Además, los vinos veganos no usan albúmina de huevo, caseína de la leche y otros productos animales para sus procesos.
Ropa y calzados eco
Raro es el armario que no contiene varios ‘jeans’. Pero seguro que no le sienten tan bien al planeta: cada año se fabrican más de 5.000 millones de prensas vaqueras y cada una se bebe unos 7.500 litros de agua desde el cultivo del algodón al procesado industrial —tintes, lavados a la piedra, etc—. Son las antípodas de prendas sostenibles como las fabricadas por Ecoalf a partir de plásticos recogidos marinos o una camiseta fabricada con algodón ecológico, fibras naturales recicladas o sintéticas pero biodegradables. Otra opción: calzado con telas y gomas recicladas, o fibras naturales como la mezcla de algodón, maíz y kenaf, y todos los proveedores en un radio de menos de 100 kilómetros. No solo se regala el producto, sino otra mentalidad: alquilar un vestido de gala para una fiesta, intercambiar una prenda en una ‘app’ de trueque o una de segunda mano como las que empiezan a vender las propias marcas.
Regalo personalizado
¿Por qué no elaborar un ‘kit’ con varios regalos según gustos o necesidades? Aquí cabe de todo. Higiene y cuidado personal, desde un cepillo de dientes de bambú que se puede compostar a productos procedentes de cosmética ecológica, así como un desodorante a base de aceites de naranja, eucalipto y árbol de té sin aluminio o zinc. También una pajita y botellas de aluminio para reducir los plásticos de un solo uso, o una taza-termo que evita eso de calentar tres veces un mismo café en el microondas. Cualquier objeto de madera de bosques sostenibles, desde una fiambrera a la estructura de un jardín vertical para interiores o juguetes como un ‘pinball’.
Tiempo y experiencias
Si en cuestión de regalos la intención es lo que cuenta, obsequiar el propio tiempo puede ser un detalle especial si ese juguete, ese mueble o ese huerto doméstico lo hace quien regala con sus propias manos y materiales de deshecho. Otra tendencia de consumo es compartir experiencias en vez de entregar objetos, en este caso enfocadas a la solidaridad sostenible. ¿Qué tal acudir con la familia a unas jornadas de limpieza de parques, costas o montes cercanos, o para entregar juguetes y comidas a las personas más desfavorecidas del barrio?. ¿Y acudir precisamente a los negocios hosteleros y artesanos para contribuir con el turismo sostenible?