Más allá del dinero: ¿Cuáles son los indicadores de la pobreza en el mundo?
Aunque la reducción de la pobreza es una realidad, la ONU asegura que 1.200 millones de personas, de 111 países, todavía viven en situación de pobreza multidimensional. Y no es solo una cuestión económica: la nutrición, acceso a conocimiento, vivienda, agua y saneamientos o participación institucional también cuenta.
A pesar del traspiés de la pandemia, la reducción de la pobreza extrema ha sido constante en las últimas décadas. En 2020 había 1.000 millones de personas menos que en 1990 viviendo bajo el umbral internacional de pobreza, es decir, viviendo con menos de 2,15 dólares al día. Pero hablar sólo de dinero esconde el verdadero alcance de la pobreza y la vulnerabilidad, de situaciones influidas por muchas más dimensiones que la económica que, además, multiplican sus impactos cuando se relacionan entre sí.
Hoy, 1.200 millones de personas en 111 países viven en lo que la ONU denomina situación de pobreza multidimensional. Es casi el doble del número de personas bajo el umbral de pobreza monetaria que marca el Banco Mundial, según el Global Multidimensional Poverty Index 2022 elaborado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Iniciativa de Pobreza y Desarrollo Humano de la Universidad de Oxford (OPHI).
¿Cómo medir la pobreza?
Más de la mitad de las personas pobres no tiene electricidad ni combustibles limpios para cocinar. Casi el 40 % carece de agua potable y saneamiento. Y una de cada tres se enfrenta simultáneamente a la falta de comida, vivienda y saneamiento. Además, el informe también refleja que el 83 % de las personas pobres vive en áreas rurales, y dos tercios lo hacen en países de renta media.
“Medir la pobreza es difícil porque la pobreza es relativa”, explica Alberto Casado, director de Advocacy de Ayuda en Acción. “Depende de muchos contextos distintos: contextos temporales –es diferente una persona pobre de hace 100 años a otra persona considerada pobre ahora–, geográficos –ser pobre en Haití frente a serlo en Noruega– o incluso de género o étnicos. Además, está la interrelación entre todos ellos. Es distinto ser un hombre pobre indígena en El Salvador, que una mujer pobre e indígena en el mismo país”.
Los 10 indicadores de pobreza en el mundo
En el mundo conviven multitud de definiciones de pobreza y de los elementos que la forman. Aun así, existe cierto consenso en referirse a ella como la privación de los activos y las oportunidades a los que tienen derecho los seres humanos. “La pobreza se relaciona con el acceso desigual y/o limitado a los recursos productivos. También con la escasa participación en las instituciones sociales y políticas que rigen la convivencia y gobiernan nuestras sociedades. Esto, a su vez, deriva en una serie de carencias y barreras”, añade Casado.
Para intentar medirla de forma estandarizada, la oficina estadística de la ONU publicó en 1997 el índice de pobreza humana. Este refleja las opciones de vivir una vida larga y saludable, el acceso al conocimiento y la educación y la posibilidad de disfrutar de un estándar decente de vida. Sin embargo, tras constatar que este índice no medía todas las dimensiones de la pobreza, en 2010 se creó el índice de pobreza multidimensional (IPM). Este indicador incluye parámetros de ingresos junto con otros tipos de privaciones que afectan la vida de las personas.
La Fundación Microfinanzas BBVA es la primera organización privada en el mundo que ha usado la metodología del Índice de Pobreza Multidimensional para cuantificar las carencias en educación, salud y vivienda en los hogares de los 3 millones de clientes de sus instituciones microfinancieras. Unos datos que publica en sus informes anuales.
“El índice de pobreza multidimensional es más preciso ya que incluye más elementos de medida”, puntualiza Alberto Casado. “A las tres dimensiones principales se añade un conjunto de 10 indicadores que abarcan las tres dimensiones”. Estos son los 10 indicadores de pobreza del IPM y así influyen en la situación de vulnerabilidad de millones de personas en todo el planeta.
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Mortalidad infantil
Este indicador refleja el número de menores de 18 años que han muerto en la familia en los cinco años previos a la elaboración de la encuesta estadística o el informe. De acuerdo con el último reporte del PNUD y la OSHI, 146 millones de personas viven en un hogar donde al menos un menor falleció recientemente. En 2021, más de siete millones de niños y niñas murieron antes de alcanzar la mayoría de edad (un 5,57 % de los que nacieron).
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Nutrición
Aquí la ONU no solo recoge el número de personas sin acceso a la comida, sino a todo aquel menor de 70 años que esté desnutrido. De acuerdo con la FAO, la organización de alimentación y agricultura de la ONU, 828 millones de personas pasaron hambre en el mundo en 2021, 150 millones más que antes de la pandemia.
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Acceso a la educación
Este indicador está relacionado con la asistencia a la escuela y refleja el número de menores en edad escolar que han completado la educación básica. Según el último dato disponible, 474 millones de personas se han visto privadas de una formación mínima. Además, 64 millones de menores en edad escolar no van nunca al colegio.
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Años de escolarización
Con este baremo, la ONU va un poco más allá y refleja el número de hogares en los que ningún miembro de la familia ha completado seis años de educación básica. De acuerdo con el último informe de pobreza multidimensional, 595 millones de personas están en esta situación.
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Electricidad
Todos los indicadores se afectan entre sí, una relación que está especialmente clara con la falta de acceso a la electricidad. No tener luz influye en las opciones de recibir una educación, la alimentación, el acceso a agua potable y saneamiento o la posibilidad de no depender de combustibles contaminantes que afectan la salud. Según la Agencia Internacional de la Energía, 770 millones de personas viven hoy sin acceso a electricidad.
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Saneamiento
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que las instalaciones de saneamiento deben cumplir unas condiciones mínimas para separar los desechos del contacto humano. Este saneamiento mejorado debe incluir al menos sistemas de alcantarillado con descarga o sifón y letrinas con fosa séptica o fosa ventilada. Más de 861 millones de personas viven en hogares sin acceso a este tipo de saneamiento.
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Agua potable
De manera similar, la OMS considera que las fuentes de agua potable, para ser consideradas seguras, deben estar protegidas de la contaminación y, en particular, de la contaminación por residuos fecales. Unos 533 millones de personas no tienen acceso a una fuente de agua potable en estas condiciones o viven a más de 30 minutos de una.
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Suelo y vivienda
La ONU contabiliza en este indicador las personas que viven en hogares privados de materiales adecuados en el techo, las paredes o el suelo. Por ejemplo, si la casa no está pavimentada o si el tejado es de materiales rudimentarios. De acuerdo con los últimos datos disponibles, más de 900 millones de personas viven en un edificio que no cumple unas condiciones mínimas.
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Combustible para el hogar
Más de 1.000 millones de personas utilizan a diario combustibles sólidos para cocinar o calentarse cuya quema produce elementos que afectan directamente a su salud, como el estiércol, los restos de cultivos agrícolas, la madera, el carbón vegetal o el carbón fósil.
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Bienes
Por último, la ONU contabiliza el acceso a una serie de bienes básicos para formar parte de la sociedad y disfrutar de un nivel de vida mínimo: radio, televisión, teléfono, ordenador, carro de tracción animal, bicicleta, moto, coche y nevera. Más de 513 millones de personas tienen menos de uno de estos bienes básicos en casa.
“No hay un indicador más importante que el otro, depende del contexto y del país. Lo que sí sabemos por nuestra experiencia es que el énfasis en políticas educativas y de salud supone un elemento clave para reducir la pobreza”, concluye Alberto Casado. “Estos índices sirven para visibilizar aquellos aspectos en donde los gobiernos deben poner en marcha políticas más agresivas para mejorarlos”, concluye.