Marie Curie: la pionera de la radiactividad que revolucionó la ciencia
Marie Curie sigue inspirando con su legado imborrable. Su incansable trabajo en radiactividad no sólo desveló nuevos horizontes en la comprensión de la materia, sino que también sentó las bases de avances como la energía nuclear. Esta científica dejó una huella indeleble en la historia, siendo una gran referente para futuras generaciones de mujeres científicas.
Marie Curie, pionera en la ciencia, dejó un legado perdurable que trasciende generaciones. Curie fue la primera mujer en recibir un Premio Nobel y la única en ganarlo en dos campos científicos diferentes, física y química. Su trabajo se convierte en un testimonio de su dedicación en un mundo dominado por hombres como la ciencia. Sus descubrimientos en radiactividad no solo ampliaron la comprensión de la materia, sino que también allanaron el camino para avances médicos en el tratamiento de enfermedades como el cáncer.
Pierre lo vio tan claro que abandonó sus propias investigaciones para centrarse en ayudar a Marie y, juntos, enseguida descubrieron dentro de la pecblenda dos nuevos elementos: el polonio y el radio, a cada cual más radiactivo. Para obtenerlos en cantidad y poder estudiarlos, invirtieron sus ahorros en toneladas de pecblenda y las guardaron en un cobertizo prestado y con goteras. Allí se iban, al terminar su jornada de profesores, a machacar y a deshacer con ácidos el mineral.
Era un trabajo duro, en medio de gases tóxicos y productos radiactivos cada vez más puros. Cinco años después, las toneladas de mineral se habían quedado en 0,1 gramos de sal de radio, tan radiactiva que brillaba en la oscuridad y les producía quemaduras. Marie Curie ya podía presentar su tesis, que fue la más rentable de la Historia, pues le dio el título de doctora y además dos premios Nobel: el primero ese mismo año (1903), compartido con Becquerel y su marido; y el segundo fue en solitario (1911), pues Pierre había fallecido cinco años antes atropellado por un coche de caballos.
Un antes y un después en el mundo de la física
La historia de los Curie lo tenía todo: romanticismo, idealismo, sacrificio, tragedia y una nueva fuente de calor, el radio, que parecía no agotarse. La ciencia saltó de las revistas especializadas a la primera plana de los periódicos. Mientras tanto, Rutherford había descubierto que los materiales radiactivos sí se consumen, y se desintegran transformándose en otros elementos: era el sueño de los alquimistas hecho realidad. Para Vassily Kandinsky, que en esos años creaba las primeras obras de pintura abstracta, aquello de la radiactividad era el símbolo de la desintegración del mundo entero.
No fue para tanto, sólo hubo que crear una nueva Física para explicar ése y otros fenómenos. Marie Curie vivió para verlo y murió a los 67 años de leucemia, una enfermedad probablemente causada por toda la radiación que recibió. De hecho, sus cuadernos de laboratorio siguen siendo muy radiactivos: tendrán que pasar 1.600 años para que se consuma la mitad del radio que les cayó encima.