Los retos del hidrógeno renovable en España: factores para su expansión
La transición hacia una economía limpia es un desafío crucial y el hidrógeno se vislumbra como clave en el proceso. Las previsiones apuntan a un notable crecimiento y aporte a la demanda energética mundial para 2050, aunque su mercado global aún se encuentra en desarrollo.
La descarbonización de la economía es uno de los grandes retos a los que se enfrenta el planeta. Y el hidrógeno renovable va a jugar un papel clave hacia esa transición. En España, se trata de un vector energético en desarrollo con altas expectativas de crecimiento. Se estima que contribuirá entre el 12% y el 22% de la demanda energética global para 2050. Esto hará que aumente significativamente su producción verde o azul. Sin embargo, a escala global, todavía no se puede hablar de la existencia de un mercado, más bien de una nueva cadena de suministro.
Son algunas de las claves del segundo informe anual de la Cátedra de Estudios sobre el Hidrógeno de la Universidad Pontificia de Comillas, en la que participa BBVA, y que analiza el presente y el futuro de este elemento en España y en el mundo. Esta Cátedra tiene como objetivo investigar el papel del hidrógeno en un sistema energético descarbonizado. También pretende generar propuestas de modelos de negocio asociados a la economía del hidrógeno y contribuir a la creación de un mercado del hidrógeno.
El hidrógeno verde como alternativa energética
A pesar del estado preliminar de muchos de los proyectos de producción del hidrógeno renovable en España, con 112 proyectos en marcha, el hidrógeno verde será una alternativa energética de gran importancia para los sectores industriales de difícil descarbonización y BBVA quiere jugar un papel importante en su desarrollo. “Estamos listos para ello. Contamos con toda nuestra experiencia de financiación de proyectos de gas natural licuado y la especialización de nuestros equipos”, destaca Ricardo Laiseca, director de transición sostenible de BBVA.
El año pasado se produjo un crecimiento del 30% en el número de proyectos relacionados con la producción de hidrógeno, según el informe. Esto eleva la capacidad de electrólisis proyectada a 16.5 gigavatios, valor sensiblemente superior a los once marcados como objetivo en la reciente revisión del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC). Sin embargo, más del 90% de esta capacidad se encuentra aún en fases iniciales de desarrollo. “Los números y anuncios se han mostrado ambiciosos en términos de potencia de electrólisis y su aplicación en sectores industriales. No obstante, debemos tener una visión más amplia y afrontar desafíos regulatorios y operativos para alcanzar nuestras metas”, señaló Rafael Cossent, investigador y codirector de la Cátedra, durante la presentación del informe.
La inversión en hidrógeno verde
El estudio resalta la brecha entre las potencias anunciadas y las operativas y refleja que apenas el 9% de los 320.000 millones de dólares (302.000 millones de euros, al tipo de cambio actual) de inversiones anunciadas hasta 2023 son capital firme. Cossent resaltó la importancia de la búsqueda de financiación para impulsar el avance y la sostenibilidad del sector y señaló la necesidad de abordar diferentes factores críticos que inciden en el desarrollo de esta energía limpia y renovable: “El desfase entre lo proyectado y lo actual en operación sugiere la necesidad de mayor celeridad en la implementación real de estas iniciativas”, apuntó.
El mayor crecimiento se da en la producción de hidrógeno para movilidad marítima.
El informe revela que más de la mitad de la capacidad de electrólisis está destinada a la industria y el mayor crecimiento entre 2022 y 2023 se da en la producción de hidrógeno para movilidad marítima. El investigador también puso énfasis en el desarrollo de este vector energético como alternativa para los sectores de manufacturación y el transporte: “Los avances en el uso de hidrógeno en autobuses y vehículos pesados son alentadores, pero es crucial avanzar en proyectos piloto para vehículos ligeros y de pasajeros, aspecto que aún se encuentra rezagado en nuestros análisis”, explicó.
Un nuevo sector energético
La codirectora de la Cátedra, Isabel Figuerola-Ferretti, ofreció una perspectiva más global sobre el desarrollo y el futuro del mercado del hidrógeno. “Se apuesta como nuevo sector energético. Hay mucha intención, pero la velocidad es lenta. No existe un mercado”. La investigadora indicó que el hidrógeno renovable sigue en una etapa temprana, similar a una cadena de suministro, y lo comparó con el modelo de negocio que siguió el gas natural licuado, cuando en sus inicios su contratación era “escasa y a largo plazo, con pocos participantes y transacciones, opacidad y riesgo de contrapartida”. “Podemos aprender de ello”, añadió.
Figuerola-Ferretti destacó la necesidad de desarrollar estrategias empresariales sostenibles y el papel clave de las garantías financieras, la transparencia de precios y las economías de escala para el crecimiento del mercado del hidrógeno. También enfatizó las potenciales ventajas en competitividad del hidrógeno en Estados Unidos frente a Europa e hizo hincapié en la falta de transacciones reales en el mercado europeo, lo que implica la necesidad de estimar los precios.
La inminente entrada del sector marítimo en el régimen de comercio de derechos de emisión de la Unión Europea (EU-ETS) y el reglamento FuelEU Maritime, iniciativa global para avanzar hacia un transporte marítimo sostenible, ha aumentado la necesidad de descarbonizar el sector. “De ambición vamos bien, de velocidad quizás no. La producción va por delante de la demanda. Los proyectos de hidrógeno renovable continúan creciendo en España y a nivel global, pero pocos están en fase de desarrollo. Mucha ilusión, poca velocidad”, indicó Figuerola-Ferretti.
Presentación del Informe Anual 2022-2023 de la Cátedra de Estudios sobre el Hidrógeno de la Universidad Pontificia de Comillas
La experta explicó que para conseguir que el hidrógeno sea un vector competitivo es fundamental que se alcancen economías de escala en sus procesos productivos y mayor transparencia en las negociaciones. “El coste de producción del renovable sigue siendo muy alto en comparación con el [hidrógeno] azul o el gas natural. Esa diferencia se espera que se estreche en 2040, por lo que complica el compromiso de la financiación. España puede beneficiarse de su bajo coste de producción y ofrecer fiabilidad a sus clientes europeos, en comparación de sus clientes globales”, explicó Figuerola-Ferretti.
Un camino hacia la neutralidad climática
La tercera ponente la presentación del informe fue Iria Basanta, jefa de sección en la Subdirección General de Hidrocarburos y Nuevos Combustibles del ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográficos, que ofreció una detallada perspectiva de la regulación y ayudas destinadas al sector del hidrógeno en España. La también ingeniera del Estado ofreció una inmersión profunda en el complejo entramado regulatorio, tanto a nivel nacional como europeo, delineando un extenso abanico de medidas y marcos legales dirigidos a promover la producción y uso de este elemento.
Basanta contextualizó el surgimiento de un marco regulatorio específico para el hidrógeno dentro de la Unión Europea e hizo hincapié en los objetivos marcados por la UE en 2019, en consonancia con el Pacto Verde Europeo, el cual pretende alcanzar la neutralidad climática y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 55% para el 2030 y enumeró de manera detallada las regulaciones existentes y pendientes. “El objetivo del marco regulatorio nacional es adecuar los objetivos a las actuaciones europeas, simplificar las barreras regulatorias y continuar con el desarrollo de las líneas de apoyo del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia ”, concluyó.