Los expertos alertan de la mayor vulnerabilidad financiera de las familias por la pandemia
Los efectos económicos de la pandemia están dejando a muchas familias atrás y están generando un aumento de la vulnerabilidad, especialmente en aquellas que se han visto afectadas por la falta de empleo. La vulnerabilidad financiera hace referencia a la capacidad de los individuos u hogares para hacer frente a un ‘shock’ que implique la pérdida de la principal fuente de ingresos.
Como primera medida sanitaria para controlar la pandemia de la COVID-19, muchos gobiernos tomaron medidas de excepcionalidad y confinamiento de la población que conllevan el cese de gran parte de la actividad económica que hoy en día todavía sufren muchos países.
Estos confinamientos impactan de diferente forma, especialmente entre aquellos colectivos que pueden continuar con su actividad laboral desde casa y aquellos otros que ante la imposibilidad de desarrollar su trabajo en casa, se ven abocados a ERTES o a la pérdida de su empleo, provocando una mayor desigualdad en las sociedades. “La pandemia está aumentando el número de personas financieramente más vulnerables y ha causado mayor desigualdad entre los hogares”, ha afirmado Lidia del Pozo, directora de programas de Inversión en la Comunidad de BBVA, en un webinar sobre lecciones de inclusión financiera para construir comunidades resilientes frente a la COVID-19, organizado por Euromoney.
Vulnerabilidad y habilidades digitales
En España, el 33% de los hogares se encuentra en una situación financiera altamente vulnerable, lo que quiere decir que aguantarían con sus propios recursos menos de tres meses si perdieran su fuente de ingresos, según un estudio de BBVA Research. El 23% de los hogares podría mantenerse de tres a nueve meses.
“La pandemia ha hecho muy visibles a determinadas personas. En la era de la digitalización, en la que los bancos están ofreciendo cada vez más servicios y productos digitales, no tener habilidades digitales también excluye a las personas, por lo que es fundamental que los bancos también trabajen para luchar contra ese tipo de exclusión”, ha explicado Lidia del Pozo. ”En estos últimos meses hemos sido testigos de cómo las personas no bancarizadas han sufrido más con la crisis y por ello es fundamental trabajar por la inclusión de estas personas en el sistema, pero no debemos descuidar a aquellas personas que por carecer de educación financiera o de habilidades financieras digitales, corren el riesgo de ser excluidas”, ha señalado.
El problema del ahorro
Existe una fractura entre aquellos que mantienen una fuente constante de ingresos y los que no la tienen o la han perdido. Entre estos últimos merecen especial atención aquellos que no cuentan con ahorros en liquidez a modo de amortiguador. “No sólo de los que ya viven en la pobreza, sino de los que ahora corren el riesgo de dejar de pertenecer a la clase media por no contar con un colchón financiero que les permita afrontar la crisis”, apunta del Pozo. Las prestaciones por desempleo o compensaciones por esquemas de regulación de empleo podrían no cubrir su alquiler o hipoteca, lo que conlleva tener que hacer uso de los ahorros.
La situación es similar en el resto de Europa. Según el Centro de Investigación Económica y Política (CEPR, en sus siglas en inglés), el 12,2% de la población no podría hacer frente a los gastos de alimentación y servicios, sin sus ingresos habituales, en un plazo de dos meses. En un trabajo publicado en su web VoxEU.org, reconoce que “millones de europeos no podrían soportar una falta de ingresos superior a dos meses sin políticas gubernamentales generosas y específicas”. Si se redujera el plazo a un mes, pero manteniendo la mitad de los ingresos, 4,4 millones de personas no podrían costear sus gastos, número que aumentaría hasta los 5,5 millones con una proyección de dos meses. Si a estos gastos se añaden los relacionados con la vivienda, los números aumentarían dramáticamente hasta 57,5 millones de personas que caerían en la vulnerabilidad financiera en dos meses sin ingresar dinero y 41,1 millones en un mes.
Las cifras se rebajarían notablemente si se garantizara el 50% de los ingresos a la población durante una crisis, aunque seguirían siendo importantes. En este supuesto, 11,3 millones de personas no podrían costear estos gastos en dos meses y 8,4 millones, en un mes. La carga financiera que supone el pago de la vivienda seguiría teniendo un peso importante. “Tanto los gastos de alquiler como los de hipoteca aumentan sustancialmente el número de personas vulnerables, pero los inquilinos son más vulnerables que los titulares de hipotecas”, afirma el artículo.
BBVA Research
Los inmigrantes, los más expuestos
Las estadísticas son particularmente duras con la población inmigrante, sobre todo con la que no es europea. El 16,3% de las personas que viven en su país de nacimiento no podrían cubrir gastos durante dos meses sin ingresos, mientras que el porcentaje para los nacidos en otros lugares de la UE y fuera de Europa, sería del 24,7% y 29,6 %, respectivamente. Es decir, las personas nacidas en otros lugares de la UE tienen un riesgo 1,5 veces mayor de caer en la vulnerabilidad financiera, mientras que dicho riesgo para las personas nacidas fuera de la UE es 1,8 veces mayor.
Ante este panorama, es necesario poner en marcha medidas y políticas de apoyo para la población más vulnerable. “Los planes de protección de empleo en la UE son esenciales”, afirma el estudio de BBVA Research. Las dificultades financieras resultan evidentes desde el primer mes sin ingresos, por lo que asegurar la rápida canalización del apoyo a las familias es fundamental. “Incluso en un horizonte de dos meses, los ahorros y las transferencias públicas preexistentes no brindan cobertura suficiente para 57,5 millones de personas”.
El problema se agrava con las personas que se encuentran en el mercado de trabajo informal, circunstancia que puede excluirlas de cualquier apoyo del estado. “Sin políticas específicas, estos focos de vulnerabilidad permanecerán”, asegura el informe. En el caso de España, según el estudio elaborado por Philip Alston, relator especial sobre pobreza y derechos humanos de Naciones Unidas tras su visita al país, estas medidas son urgentes. “La recuperación beneficia principalmente al estrato más rico de la sociedad y, en gran medida, los poderes públicos han fallado a las personas que viven en la pobreza”, reconoce, en una entrevista, publicada en la revista Ethic.
“Resulta más que evidente que el sistema de prestación de asistencia social está roto: no está adecuadamente financiado, no llega a las personas que más lo necesitan” y es tan complejo que, según Alston, “es imposible no perderse en él”.
Inclusión financiera y transformación digital
La crisis económica ha cambiado el comportamiento del consumidor y ha puesto de manifiesto la necesidad de aumentar la inclusión financiera en paralelo a la transformación digital de los bancos. “La situación ha permitido que la banca móvil sea uno de los canales más utilizados por los consumidores financieros y también ha demostrado que la inclusión financiera debe ir de la mano con la transformación digital”, considera Lidia del Pozo. “Por ejemplo, en Colombia, 6,2 millones de personas no cuentan con servicios bancarios, lo que representa un desafío para entregar ayuda estatal. Esta situación ha llevado a los colombianos a vincularse digitalmente con bancos o ‘fintech’. Del Pozo ha apuntado las dos claves que, a su juicio, marcan la inclusión financiera. Por un lado, “trabajar en productos financieros low cost” accesibles para las personas más vulnerables y por otro, “fomentar una formación en educación financiera, especialmente en educación financiera digital, que permita a las personas entender realmente cómo usar los productos y cómo optimizarlos”.
En su intervención en el panel de Euromoney, ha resaltado que BBVA lleva mas de 10 años trabajando en la inclusión financiera. Su Fundación Microfinanzas BBVA creada en 2007 atiende a más de dos millones doscientas mil personas en cinco países de América Latina, donde ha movilizado más de 14.500 millones de dólares en préstamos a emprendedores de bajos ingresos. “El 84% de los emprendedores parten de una situación de vulnerabilidad, pobreza o extrema pobreza”, ha explicado Del Pozo. ”El 34% supera la pobreza tras dos años con la entidad”. Un progreso en el que la apuesta por la digitalización juega un papel fundamental. “Se acerca a estos emprendedores a una variedad de soluciones especialmente diseñadas para ellos que no solo evitan desplazamientos a la sucursal sino que también cierran brechas digitales”, explica.
Llevamos ofreciendo educación financiera en todos los países donde estamos presentes desde hace más de 10 años
En el conjunto del banco, “llevamos ofreciendo educación financiera en todos los países donde estamos presentes desde hace más de 10 años, en los que ya hemos invertido 89 millones de euros, llegando a más de 15 millones de personas a través de la formación”, ha añadido Lidia del Pozo. “En los últimos años, siguiendo el proceso de transformación digital llevado a cabo por BBVA, hemos hecho un gran esfuerzo para que nuestros programas sean digitales. También hemos integrado la educación financiera y la capacitación en nuestros productos digitales”. Precisamente BBVA acaba de ser elegido como el mejor banco en finanzas sostenibles en América Latina por Euromoney.
En América Latina esta labor de digitalización e innovación es fundamental para la inclusión de millones de personas. “El porcentaje de población que usó un teléfono inteligente alcanzó el 70% en 2019. Dado que aproximadamente el 70% de la población latinoamericana no cuenta con servicios bancarios ni cuenta bancaria, la digitalización es un elemento clave para garantizar su inclusión financiera. Los bancos y las ‘fintech’ están introduciendo soluciones innovadoras para poner en línea esta economía informal”.
Una de las vías para apoyar a este colectivo es la financiación por parte del sector financiero. En los países en vías de desarrollo, donde una gran parte de la población no está bancarizada, las nuevas tecnologías pueden llegar a más gente que lo necesita. “La digitalización ha ayudado a los bancos a profundizar y avanzar en sus esfuerzos de inclusión financiera. Los productos digitales llegan allí donde no llegaron las sucursales. Por otro lado productos financieros, como los pagos y los préstamos digitales, tienen un impacto en el bienestar de las personas”, concluye Lidia del Pozo.