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Emprendimiento y Startups Act. 21 may 2021

Las mujeres lideran menos del 20% de las empresas exportadoras

Solo un 15% de las empresas exportadoras están lideradas por mujeres. Es una estimación global, que asciende a poco más del 20% en el ámbito europeo. Estos datos son el resultado de una carrera de obstáculos en la que la mujer parte con desventaja. Según el Centro de Comercio Internacional (ITC, por sus siglas en inglés), ellas se enfrentan a más barreras en el acceso a financiación, habilidades y redes de contactos. Por eso, organismos públicos como el ICEX España Exportación e Inversiones y entidades privadas como la Fundación Microfinanzas BBVA (FMBBVA) trabajan conjuntamente para visibilizar e impulsar el emprendimiento femenino.

Emprendedora atendida por la FMBBVA en Perú

En el webinario ‘Mujeres emprendedoras: motor para un desarrollo sostenible’, organizado por ambas instituciones, la consejera delegada del ICEX, María Peña, ha apelado a la responsabilidad del sector público y privado para apoyar una economía más abierta al exterior. Según ella, esta externalización permite mejorar “la capacidad de las empresas para innovar y crear crecimiento económico y empleo de calidad”. Por su parte, el director general de la FMBBVA, Javier M. Flores, ha destacado la importante contribución de la mujer en el desarrollo sostenible, ya que dedican “hasta el 90% de sus ingresos en la alimentación, salud y formación de sus hijos, contribuyendo a generar un impacto positivo en las siguientes generaciones”.

Además, también ha hecho referencia a los efectos de la pandemia, que ha empeorado la situación de los segmentos vulnerables de la población, donde hay más mujeres. “Les prestamos especial atención para reducir las brechas de género existentes en el acceso y uso de los servicios financieros, de salud y protección social, y a la tecnología. Actualmente atendemos a 1,5 millones de emprendedoras en cinco países de América Latina con una estrategia diferenciada para su empoderamiento económico”, ha asegurado Javier M. Flores.

El apoyo a la mujer es uno de los pilares estratégicos de la FMBBVA

La digitalización ha sido un tema recurrente en este acto, que ha reunido a representantes de organizaciones comprometidas con el desarrollo y la igualdad de género como ONU Mujeres, el Centro para el Crecimiento Inclusivo de Mastercard, Equals Global Partnership y She Trades, del ITC, con los que la FMBBVA trabaja muy de cerca.

La directora regional para América Latina y el Caribe de ONU Mujeres, María-Noel Vaeza, ha insistido en que la tecnología “es la que nos va a guiar en el futuro”, y ha advertido de que “si las mujeres no participan, van a ser todavía más vulnerables”. Vaeza ha terminado su intervención reivindicando que ellas son “transformadoras de una realidad social que no puede esperar más”.

Para acelerar esa transformación, la responsable de Empoderamiento de la Mujer de la FMBBVA, Laura Fernández Lord, ha hecho referencia a las alianzas porque “en este cambio hay que avanzar juntos”. Ahora mismo, la Fundación está enfocada en facilitar el acceso a conectividad y a formación en habilidades digitales: “Estamos hablando con operadores móviles que ofrezcan un uso asequible y que nos ayuden a llevar conexión a las zonas rurales”. Y sobre la internacionalización de los emprendimientos femeninos, ha señalado que la prioridad también es “integrarlos en las cadenas de valor y en las exportaciones fomentando el acceso a plataformas virtuales donde puedan vender sus productos y facilitando su acceso a redes”. Este reto, ha asegurado Fernández Lord, necesita que las mujeres emprendan en sectores más productivos, que no estén tan ligados a “la necesidad” sino a “la oportunidad”, para que sean más resilientes en caso de una crisis como la provocada por el COVID-19.

En esta segunda jornada del ciclo ‘Mujer e internacionalización’ del ICEX, que fue inaugurado el pasado abril en un acto presidido por la reina , el director general de la FMBBVA ha insistido en que “avanzar en la igualdad de género no es una opción, es una responsabilidad compartida” y que más allá de ser un requisito imprescindible para una mundo justo e inclusivo, es también un paso más hacia una economía y una sociedad equitativa, sostenible y “en definitiva, mejor para todos”.