Las empresas creadas por mujeres piden más participación en las cadenas de valor
Las empresas proveedoras, propiedad de mujeres, no tienen el mismo acceso que aquellas lideradas por hombres, lo que impide una verdadera inclusión y limita su desarrollo. Se trata de una situación particularmente evidente en América Latina, donde la mujer sigue cobrando un mayor protagonismo como emprendedora y líder en diferentes negocios.
Un análisis del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) titulado '¿Cómo incorporar a más mujeres propietarias de empresas en las cadenas de valor?' señala que cuando una compañía de América Latina decide contratar proveedores no siempre tiene en cuenta las empresas lideradas por mujeres, aún cuando estas cumplan con todos los requisitos que se exigen.
Al respecto, el informe agrega que las empresas no están tomando acciones concretas para lograr la diversidad de género entre sus proveedores, a pesar de que las mujeres están presentes en cada punto de la cadena de valor. "Sea como emprendedoras, supervisoras, productoras, proveedoras, consumidoras o compradoras, su trabajo y talento aportan resiliencia, capacidad de innovación, conocimiento del entorno y comprensión de las necesidades de los clientes" y recalca que "la contribución diversa es determinante en el éxito de los negocios".
El documento del BID toma como referencia un estudio de ONU Mujeres, el cual señala que las empresas que aplican políticas de mayor diversidad en proveedores y tienen programas de inclusión generan un tercio más de retorno en sus costos de operaciones de adquisición que el promedio, lo cual mejora su rentabilidad.
Teniendo en cuenta lo anterior, el BID y otros bancos multilaterales de desarrollo tienen entre sus objetivos desarrollar una estrategia inclusiva integral en favor de la igualdad en la cadena de valor, de tal suerte que las empresas de la región tengan en cuenta a los negocios de propiedad de mujeres o dirigidos por ellas, cuando vayan a contratar proveedores de bienes y servicios. La idea es que también se favorezca a otros grupos minoritarios como los indígenas, afrodescendientes, discapacitados, entre otros.
Según el BID, los negocios liderados por mujeres enfrentan dificultades específicas para acceder al mercado y a fuentes de financiamiento.
Limitantes para empresas de mujeres
De acuerdo con el análisis del BID, a la falta de conocimiento y experiencia de las empresas contratantes sobre las mejores prácticas para integrar ese eslabón de la cadena de valor, se suma el hecho de que los negocios liderados por mujeres enfrentan dificultades específicas para acceder al mercado y a fuentes de financiamiento.
El organismo explica que los negocios de mujeres suelen ser microempresas o pymes que no tienen muchos contactos comerciales y tienen mayores inconvenientes para cumplir con el volumen de producción requerido por las grandes compañías, lo que impide su acceso a las redes de ventas a nivel nacional y/o internacional.
De igual forma, dichas empresas tienen menor acceso a las fuentes de crédito para poder consolidar o incrementar sus actividades y ventas. Esto se da, según el organismo, por el "desconocimiento del sector financiero sobre las necesidades específicas de las pymes mujer, o por un sesgo explícito o implícito en los procesos de aprobación de crédito".
"La contribución diversa es determinante en el éxito de los negocios"
Otro de lo factores que resulta ser una limitante tiene que ver con el emprendimiento. Según el organismo multilateral, muchas de las empresas propiedad de mujeres operan en la informalidad debido a la complejidad regulatoria o el tamaño de las ventas. "Esta dinámica condiciona el desarrollo de estos negocios, impidiendo el acceso de las mujeres a herramientas de formación y mentoría y limitando su experiencia de negocio".
El BID concluye que establecer políticas de inclusión de género en la cadena de valor es beneficioso, tanto para las grandes compañías como para las empresas de propiedad de mujeres. Para las primeras porque consiguen productos y servicios de mayor calidad y más innovadores, y porque reducen costos por el incremento de la competencia, al tiempo que mejoran su relación con las comunidades locales. Y también es favorable para los negocios de las mujeres porque acceden a nuevos mercados, mejoran la calidad de sus productos y de su oferta a través de la capacitación y el asesoramiento, y en últimas, porque pueden hacer crecer sus empresas.
Consciente de la importancia de apoyar a este sector de la población, a través de la Fundación Microfinanzas, BBVA ayuda con créditos a miles de mujeres emprendedoras de América Latina. Bancamía, en Colombia; Financiera Confianza, en Perú; Fondo Esperanza y Emprende Microfinanzas, en Chile; Microserfín, en Panamá; y Banco Adopem, en República Dominicana, son las seis entidades de la Fundación que apoyan el surgimiento y consolidación de muchos negocios de mujeres, pues la mitad de los créditos que otorga está destinado a ellas.