La revolución verde en el sector de la automoción con la normativa Euro 7
En 2027 entrará en vigor una nueva regulación de la Unión Europea que afectará a las emisiones de los vehículos. Los consumidores se beneficiarán de vehículos más limpios y eficientes que contribuirán a una mejora significativa en el medioambiente.
En un esfuerzo por mitigar el impacto ambiental y avanzar hacia un futuro más sostenible, la Unión Europea (UE) ha anunciado la próxima normativa Euro 7, marcando un hito en la regulación de emisiones de vehículos. Esta nueva legislación entrará en vigor en julio de 2027 para turismos y furgonetas y dos años después para camiones y autobuses. Esta no sólo establecerá estándares más estrictos, sino que también fomentará la innovación en la industria automotriz. De esta manera, promoverá la adopción de tecnologías más limpias y eficientes.
Euro 7 es la séptima generación de regulaciones de emisiones para vehículos que la Unión Europea lleva poniendo en marcha desde 1992. Su principal objetivo es reducir aún más las emisiones contaminantes de los vehículos, incluyendo óxidos de nitrógeno (NOx) y partículas finas. También alcanzar el objetivo de que en 2035 todos los turismos nuevos y los vehículos comerciales ligeros sean neutros en emisiones de CO₂, ya sean eléctricos, de hidrógeno o biocombustibles. La nueva legislación fue elaborada por la Comisión de Medio Ambiente. Se aprobó en septiembre por el Parlamento Europeo con 329 votos a favor, 230 en contra y 41 abstenciones.
Características de la normativa Euro 7
Una de las características destacadas de esta nueva normativa es la imposición de estándares más rigurosos en términos de emisiones de gases contaminantes. Un hecho que afectará a la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) ya que el exceso de gases contaminantes es la tercera causa de rechazo en las inspecciones.
- En lo que respecta al monóxido de carbono (CO): Los motores de gasolina están sujetos a un límite de 100 mg/km de CO. Con esta legislación deberán rebajarlo a la mitad, mientras que los propulsores diésel ya cumplen con este requisito.
- En cuanto a las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOX): Los de gasoil tendrán que rebajar sus emisiones de los 80 mg/km máximos a los 60 mg/km. Los vehículos de gasolina, al estar ya sujetos a este límite, no están obligados a hacer ningún ajuste.
La norma obligará a los fabricantes a mantener este nivel de emisiones durante diez años o 200.000 kilómetros (mientras que para camiones y autobuses la obligación será de 15 años o 700.000 kilómetros). “Lo que se seguirá observando es que al usuario cada vez se le ofrecerán menos vehículos diésel, pero no debería notar cambios sobre los de gasolina”, señala María José Moral, profesora titular de Economía Aplicada en la UNED e investigadora del instituto de investigación Funcas. Tanto los vehículos ligeros como los pesados deberán estar equipados con sistemas de monitorización de las emisiones a bordo.
La Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) calculó que los fabricantes tendrán que invertir unos 2.000 euros por coche, alrededor de diez veces más del cómputo de la Comisión Europea. “El precio final subirá por los costes de producción, pero la cifra alcanzará un término medio”, indican Carlos Morales, profesor e investigador en las áreas de Medioambiente, Mecánica y Energía de la Universidad Pontificia Comillas, y Marta Revuelta, profesora e investigadora en las áreas de Medioambiente, Química, Ingeniería Química y Contaminación Atmosférica del mismo centro académico. Los dos académicos coinciden en que la implementación de normativas más estrictas presenta desafíos para la industria, pero también abre nuevas oportunidades: “Los fabricantes deberán invertir en investigación y desarrollo para cumplir con los estándares de Euro 7, lo que acelerará la innovación en tecnologías de bajas emisiones”.
En el caso de los coches eléctricos, la nueva legislación exige que las baterías deberán ser más duraderas: con cinco años o 100.000 kilómetros tendrán que conservar un 80% de la capacidad original, y a los ocho años o 200.000 kilómetros, el 70%. Por otra parte, por primera vez se contemplan las emisiones de partículas generadas por los frenos y el desgaste de los neumáticos. “El precio de un vehículo eléctrico, lejos de disminuir, se mantendrá o incluso podría aumentar debido a estos requisitos”, apunta Moral.
Los beneficios de la normativa Euro 7 se extienden más allá de las empresas automotrices. Los consumidores se beneficiarán de vehículos más limpios y eficientes que contribuirán a una mejora significativa en la calidad del aire, ya que se alinea con los esfuerzos globales para combatir el cambio climático. La reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) provenientes del sector del transporte es esencial para cumplir con los compromisos establecidos en acuerdos internacionales como el Acuerdo de París.
Sin embargo, antes de aprobarse fue suavizada tras la petición de los fabricantes y de diez países miembros de la UE que mostraron su malestar con la propuesta inicial, entre los que se encontraban Italia, Francia o Polonia. “Todos estaban preocupados no solo por alcanzar mejores niveles de bienestar medioambiental para los ciudadanos, sino también por proteger la actividad económica que rodea a la industria de automoción. China es un gran competidor que ofrece vehículos eléctricos más baratos”, explica Moral.
La normativa Euro 7 no sólo redefine las expectativas para la industria automotriz, sino que también impulsa a Europa hacia un futuro más verde, pese a que se espera que más del 20% de los turismos y las furgonetas y más del 50% de los vehículos pesados presentes sigan emitiendo contaminantes por el tubo de escape hasta 2050, según la Comisión Europea. “Es una medida transitoria, que poco a poco se irá endureciendo. España tiene una gran industria automovilística y vamos por buen camino”, opina Revuelta. “Una de las virtudes de la norma es que incluye a todos los vehículos turismos, vehículos comerciales, autobuses y camiones, pero se debería reforzar con otras políticas que incentiven el achatarramiento de los vehículos más viejos, ayudando a los hogares que no tienen capacidad adquisitiva para realizar la transición a un vehículo eléctrico nuevo”, concluye Moral.