Cerrar panel

Cerrar panel

Cerrar panel

Cerrar panel

La revolución circular también se basa en la reconversión de plásticos

Más del 80% de los residuos que se tiran al mar en Europa son plásticos. En total, ocho millones de toneladas, lo que supone que los océanos tengan más plásticos que estrellas componen la Vía Láctea. Darle una segunda vida a este material, aplicando la economía circular, contribuye con la sostenibilidad. Descubre en este monográfico gratuito de BBVA más sobre la necesidad de transitar hacia este tipo de economía.

Países como Francia ya han anunciado la prohibición de este material a partir de 2022 para embalar frutas y verduras. Una noticia que no ha sorprendido porque lo marca la normativa europea, pero que todavía se está resistiendo entre los países de dentro y fuera de la Unión Europea con leyes de residuos que no acaban de arrancar. Un informe del Observatorio de Medio Ambiente y Salud de ECODES y DKV alerta que nos enfrentamos a uno de los mayores desafíos medioambientales y que “si no reducimos su uso, en 2050 habrá más microplásticos que peces”. Además, añaden que nos estamos comiendo 21 gramos al mes de este material por lo que genera impactos sobre la salud.

Para disminuir estos residuos, en España, la marca de moda sostenible ECOALF creó la colección otoño-invierno 2021 con el reciclaje de más de 4,5 millones de botellas. Esto redujo un 50% su consumo de energía y un 20% el del agua. En Colombia, dos hermanos emprendedores fabrican la tela de las prendas de Bohio Playa a partir de los plásticos y desechos que se lanzan al mar.

En Latinoamérica, el lema de la empresa dedicada al reciclaje TriCiclos es que “la basura es un error de diseño que debe ser resuelto”. Tras este grupo de ingeniería en economía circular está el reconocido Gonzalo Muñoz Abogabir, el High Level Champion de la COP 25, que ha sido reconocido en la cumbre de Glasgow por su labor como impulsor de la acción climática entre la sociedad civil. Hoy, la actividad de su empresa orientada en la búsqueda de soluciones para reducir los residuos se ha extendido desde Chile a Brasil y Colombia. Los creadores de los puntos limpios en estos lugares han generado un ahorro de más de 312.000 envases con sus soluciones.

La investigadora y doctora Sabina Scarpellini sostiene que la gestión de residuos para su reciclaje y la recuperación de materiales para ser de nuevo empleados en procesos productivos: “es la clave del modelo circular y tiene que fomentarse con mayor impulso de lo que se ha hecho hasta la fecha. Resulta necesario priorizar inversiones en tecnologías más eficientes para el sector residuos que permitan la consecución de mercados de materias primas de segunda mano que suplan el problema de disponibilidad de materiales reciclados actual. Es urgente que los principios de jerarquía de residuos se materialicen a nivel territorial, priorizando la prevención y reutilización y limitando los vertederos a través de cuotas y de precios para su uso que internalicen sus costes medioambientales”.

Para reducir costes en este modelo, el ecodiseño se presenta como una herramienta eficaz y rentable en el desarrollo de negocios circulares. Su aplicación incorpora medidas preventivas en la producción y el uso de los materiales, lo que facilita la reutilización o el reciclaje una vez finalizado su ciclo. Sin embargo, un análisis realizado por ECOS y la EEB para la campaña de ‘Coolproducts’ revela que los retrasos de las normas y etiquetado en ecodiseño “causarán 10 millones de toneladas de emisiones adicionales cada año de aquí a 2030”.

La innovación verde

La innovación es una palanca necesaria para avanzar en el nuevo modelo productivo de las 7 R: rediseñar, reducir, reutilizar, reparar, renovar, recuperar y reciclar. 

Su aplicación es transversal y va más allá de los aspectos tecnológicos. Por eso la innovación, como señala en la revista RETEMA Beatriz Castillo, responsable de proyectos de Economía Circular del Centro de Competencia de Medioambiente de Ferrovial, también es social. En esta publicación distingue entre tres prioridades. “Innovación para desarrollar nuevos modelos de relación y de negocio entre los distintos agentes que forman parte del círculo (…) Innovación para transformar el actual marco normativo -pensado para tiempos pasados de economía lineal - en uno completamente circular (…) e Innovación para incentivar la búsqueda de nuevas soluciones tecnológicas que permitan descubrir, desarrollar o modificar los procesos actuales de producción y consumo”.

Siguiendo este esquema, destaca el proyecto desarrollado con el Ayuntamiento de Granada y la tecnológica Cisco, con la utilización de big data para mejorar la eficacia en la recogida de residuos.

En Logroño, TheCircularLab es uno de los centros de innovación pionero de Europa especializado en economía circular donde también investigan prácticas en el ámbito de los envases y su posterior reciclado. Desde ahí organizan la competición europea “Circular Urban Challange”, en la que se buscan las mejores soluciones para dar respuestas a los restos de las ciudades. Destacan los finalistas de Liight App, en la Comunidad de Madrid con una iniciativa que recompensa la lucha contra la contaminación; MatMap, de la Comunidad de Valencia con la compraventa de cerámicos recuperados y ecológicos; y SpectralGeo, especialistas en geomática con drones en La Rioja.

La revolución circular también se basa en la reconversión de plásticos

La innovación también es la base del grupo latinoamericano MbM, con actividad en México, Chile, Colombia, Argentina, Perú, Ecuador y España. Esta firma de ecodiseño elabora estrategias de sostenibilidad partiendo de residuos para que diferentes empresas empleen la economía circular en sus procesos.

De los desechos viven también los colombianos de Bioestibas, productores y comercializadores de estibas ecológicas fabricadas a partir de restos agrícolas contaminantes. En el proceso evitan la tala de los bosques y transforman un desperdicio peligroso en una solución ecológica sostenible.

En esta línea, en la ciudad de Cali, al sudoeste de Bogotá, han desarrollado un proyecto innovador social con la creación de un parque infantil reconstruido con materiales reciclables.

Para promover este tipo de proyectos, dos Ministerios de Paraguay junto con la Fundación Moisés Bertoni han lanzado el Grupo Impulsor de la Economía Circular (EC). Esta iniciativa pretende articular diversas acciones público-privadas para acelerar este modelo. Una estrategia similar a España Circular 2030, en la que el Gobierno sienta las bases para impulsar un nuevo modelo de producción y consumo que reduzca la generación de residuos a un 15% respecto a lo generado en 2010. “Incrementar la reutilización y preparación para la reutilización hasta llegar al 10% de los residuos generados”, es otro de los objetivos.

La agricultura regenerativa

Para hacer frente a los fenómenos del cambio climático que afectan a la gente dedicada a la tierra y tener una agricultura y ganadería sostenible, el modelo de economía circular es clave. La cantidad y calidad de los cultivos está relacionado con el modo en que se hace uso del agua, los herbicidas, fertilizantes y pesticidas y en los suelos. Las actividades relacionadas con esta industria constituyen en España más del 14% de empleo y aporta un 10,6% del PIB, cercano al turismo, y el segundo de la Unión Europea en términos de superficie agraria y en términos de producción, un 13% de la producción europea. Reducir el daño medioambiental y los desperdicios alimenticios es posible con la aplicación de este modelo. 

Con este objetivo se ha creado en México “Pacto por la Comida”, un acuerdo que reúne a organizaciones involucradas en los diferentes procesos de la cadena alimentaria. Esta iniciativa, impulsada por el Banco de Alimentos México (BAMX) y Waste Resource Action Program (WRAP), tiene la finalidad de reducir un 50% las pérdidas y desperdicios de alimentos para el 2030. Para ello, su actividad gira en torno a tres líneas:

  • Trabajar en la conservación de los productos para hacerlos más duraderos y evitar el exceso de consumo.
  • Redistribuir los excedentes de comida con la ayuda de los bancos de alimento.
  • Reciclar los alimentos en mal estado y transformarlos en ropa, envases de alimentos o composta y fertilizantes.

Una implementación del modelo circular en la agricultura evitaría la degradación de millones de hectáreas de tierra, reduciría las emisiones de gases de efecto invernadero, mejoraría la salud de las personas y ahorraría el escaso recurso del agua. Para la construcción de este futuro sostenible, la asociación aragonesa sin ánimo de lucro Zinnae ofrece soluciones a los desafíos de la seguridad hídrica. Con un enfoque innovador, los proyectos que impulsan contribuyen a la eficiencia en la gestión del agua.

Eco innovación

La innovación tecnológica en estos procesos es un avance hacia el nuevo paradigma en el que el agua residual se convierte en una fuente de recursos. Para aprovechar todo este potencial se requiere la colaboración de empresas, centros de I+D+I y proveedores tecnológicos.

En la industria cárnica, los mataderos producen al año más de 750.000 m3 de agua residual que contiene nutrientes. Incorporar soluciones integradas para su tratamiento es un área en el que se está trabajando. El proyecto Water2Return aborda, precisamente, esta cuestión. Esta “Acción de Innovación”, cofinanciada por la Comisión Europea dentro de su programa Horizonte 2020 y coordinada por la empresa BIOAZUL, convierte plantas de tratamiento de agua residual de mataderos en “Bio-refinerías”.

En este sentido, de nuevo la economía circular y la innovación tecnológica son claves en la industria agroalimentaria para una gestión sostenible del agua. Cuidar el planeta tiene que ser compatible con la garantía de alimentos sanos y seguros.

Algunas de las soluciones que proponen desde el sector, como las que se analizaron en el Seminario Técnico Internacional de “La Gestión del Agua de las Industrias Agroalimentarias” organizado por el Centro Tecnológico AINIA, están relacionadas con la depuración y la reutilización de las aguas residuales. Es el caso de la aplicación de sistemas integrados basados en procesos de separación por membranas para recuperar compuestos de valor para la agricultura, fertilizantes y reutilización del agua regenerada.

La revolución circular también se basa en la reconversión de plásticos

En esta línea, las tecnologías bioelectroquímicas que utilizan los microorganismos ofrecen muchas posibilidades. Destaca también el uso de los indicadores hídricos, que permite a las industrias alimentarias la cuantificación, evaluación y mejora de procesos. La gestión integral de este recurso supone beneficios ambientales, económicos y sociales que generan valor a las empresas comprometidas con la sostenibilidad y el cumplimiento de los ODS, lo que eleva su eficiencia y posicionamiento.

Los productores de vino y cerveza se han unido a este objetivo y están innovando el sector para ahorrar agua. National Geographic señala que para hacer solo 250 ml de cerveza se necesitan más de 75 litros de agua y para un vaso de vino, 110 litros. Estos datos incluyen todo el proceso de producción, incluido el cultivo de trigo, cebada, lúpulo o azúcar, el embalaje, el transporte y la energía para su refrigeración en el punto de venta. En esta misma publicación, las Academias Nacionales de Ciencia, Ingeniería y Medicina de Estados Unidos indican que “las grandes industrias de comida y bebida son las más insostenibles del mundo, con la aportación del 60% de la pérdida de biodiversidad y el 30% del cambio climático producido por las emisiones a nivel global”.

Cervezas que recuperan la biodiversidad

El agua es un recurso fundamental y limitado, por lo que su gestión tiene que ser eficiente y se debe proteger y cuidar los espacios naturales donde se encuentra. En la cerveza constituye el 95% de su composición. Este dato ha motivado que diferentes empresas de este sector se agrupen en iniciativas que contribuyan a la eficiencia y a recuperar la biodiversidad.

En colaboración con diversas administraciones públicas y ONG, Heineken España se ha propuesto desarrollar proyectos de compensación hídrica en enclaves naturales cercanos a sus fábricas de Sevilla, Jaén, Valencia y Madrid.

Otro ejemplo es el de La Zaragozana, donde han puesto en marcha medidas para el ahorro y gestión del agua. Este grupo ha innovado en el proceso de fabricación de cerveza y apuesta por la economía circular, dando una segunda oportunidad a todos los subproductos de la fabricación, como la levadura y el bagazo, que lo reutilizan para la alimentación de humanos y animales. Mahou San Miguel es otra empresa cervecera comprometida con la sostenibilidad y bajo la estrategia “Vamos 2030” se han propuesto reforzar su modelo circular y reducir el consumo de agua.

Superar la obsolescencia programada

Para alargar la vida de los productos, el I+D+I es determinante. En Sevilla, Renault ha creado la primera fábrica dedicada a la reparación de vehículos y darles una segunda oportunidad. Entre sus objetivos están el de transformar coches diésel o gasolina en vehículos más sostenibles y reparar baterías de vehículos eléctricos.

La economía circular supone atravesar la obsolescencia programada, es decir, dejar de programar la vida útil de un producto que, pasado un tiempo determinado, deja de funcionar. Principalmente en la moda y tecnología. En este sector, la contaminación cada vez va a más por lo que es especialmente relevante integrar en el mundo hiperconectado, la sostenibilidad. Solo un ordenador de mesa necesita 22 kilos de químicos, 1.500 litros de agua y 240 kilos de combustible. Un teléfono móvil genera una media de 55 kilos de emisiones de carbono en los procesos de producción. Si esta cifra la multiplicamos por los más de 1,5 mil millones de smartphones que se venden cada año en el mundo, según un estudio de la Universidad MCMaster en Canadá, hablaríamos de 95,7 millones de toneladas de CO2. En los países desarrollados, el ciclo de vida de uno de estos teléfonos está entre los 18 meses y 2 años.

Junto con estos dispositivos, los portátiles, routers, videoconsolas y televisores son los productos electrónicos con más demanda. Para ello, alargar la vida útil de la tecnología y convertirlos en nuevos productos se convierte en una prioridad para reducir los 53 millones de toneladas de residuos en el mundo de aparatos electrónicos y eléctricos.

'Podcast': Economía circular: reduce, reutiliza y recicla para conservar los recursos naturales

00:00 05:28