La inclusión laboral comienza en la redacción de ofertas de empleo
La diversidad se ha convertido en uno de los pilares fundamentales sobre los que construir la fuerza laboral de una empresa. Una plantilla con diferentes formas de ver el mundo atenderá mejor las particularidades de todos los clientes y será capaz de ofrecer un mejor servicio al conjunto de la sociedad. BBVA da un paso más en su apuesta por la diversidad y desarrolla un proyecto para cambiar la manera de redactar las ofertas de trabajo para atraer un talento más diverso.
Para fomentar la inclusión de todo tipo de trabajadores, es importante derribar las barreras que impiden una mayor diversidad. Una de esas primeras barreras puede surgir en las propias ofertas de trabajo. La forma en que se redactan puede repercutir en la diversidad de los candidatos que se presentan, tanto en la búsqueda de nuevos talentos como en las promociones internas.
El uso de un determinado lenguaje puede desalentar a personas que se sientan poco representadas en la oferta para aplicar a un puesto, incluso estando suficientemente cualificadas. Un claro ejemplo es el uso del masculino en la redacción. Pero no solo eso: determinadas expresiones utilizadas habitualmente en la búsqueda de candidatos, transmiten que hay capacidades y habilidades innatas que pueden generar estereotipos e intimidar a posibles aspirantes de grupos infrarrepresentados.
Además, ofertas que son poco precisas o demasiado exigentes pueden llevar a candidatos válidos a autoexcluirse. En un artículo publicado en Forbes se analizaba esta tendencia, concluyendo que los hombres suelen responder a ofertas de empleo cuando ven que cumplen el 60% de los requisitos, mientras que la exigencia habitualmente común en las mujeres les lleva a hacerlo solo cuando cumplen el 100%.
BBVA y su apuesta por la inclusión laboral
Dentro de las políticas de gestión de personas, BBVA ha desarrollado un proyecto para tratar de identificar estas posibles situaciones y cambiar la forma de redactar sus ofertas. El área de Adquisición de Talento del banco ha trabajado en colaboración con Paradigm, empresa especializada en temas de inclusión en grandes organizaciones, en un decálogo para lograr redactar ofertas de empleo con lenguaje inclusivo:
- Evitar el lenguaje extremo. Este tipo de lenguaje puede llevar a que ciertos candidatos se autoexcluyan. Palabras como “experto” o “experta” puede dejar fuera a perfiles interesantes. Es mejor concretar con frases como, por ejemplo, “al menos cinco años de experiencia trabajando con esta tecnología”.
- Eliminar palabras que puedan transmitir estereotipos. Palabras como “competir” o “dominante” reflejan masculinidad y pueden disuadir a las mujeres a solicitar una determinada oferta de empleo. En su lugar, se puede optar por palabras como “motivación” o “incansable”.
- Evitar requisitos poco claros o innecesarios. Es mejor limitarse a especificar los requisitos absolutamente necesarios para el puesto, e incluir un apartado de características “extra” que se valorarán positivamente pero que no son imprescindibles.
- Transmitir una mentalidad de crecimiento. Las empresas que apuestan por el desarrollo del talento tienen más posibilidades de atraer a candidatos de grupos infrarrepresentados. Expresiones que reflejan cualidades fijas como “mente analítica por naturaleza”, “extremadamente inteligente” o “con un rendimiento extraordinario”, desaniman a aspirantes con potencial de crecimiento. Todo lo contrario sucede con frases como “te encanta aprender” o “con motivación para asumir desafíos”.
- Demostrar el compromiso con la diversidad y la inclusión. Es muy recomendable dedicar un espacio a describir el compromiso de la organización con la búsqueda de todo tipo de talento para crear una plantilla diversa con representación de cualquier grupo social.
- Utilizar “tú” y “nosotros”. De acuerdo con Textio, plataforma que predice el rendimiento de ofertas laborales según su redacción, aquellas ofertas escritas con “tú” y “nosotros” se cubren más rápido. Dirigirse directamente al candidato con expresiones como “te encanta encontrar la mejor solución para un problema”, es mucho mejor que otras impersonales como “el candidato ideal”.
- No usar el masculino. Tomar la segunda persona del singular evita además la referencia a sustantivos y adjetivos en masculino. No obstante, cuando haya que referirse a la persona conviene utilizar nombres genéricos invariables en cuanto al género (“la persona”) o incluir a ambos géneros (“los candidatos y las candidatas”).
- Utilizar un lenguaje lo más conciso posible. Las ofertas de empleo que no son extensas y utilizan un lenguaje conciso se suelen cubrir antes y atraen, por lo general, a más candidatos.
- Indicar cuál es el propósito y los valores de la compañía. Destacar los valores y la misión de la empresa es una buena práctica para incorporar a la oferta, ya que puede ayudar a los candidatos a determinar si es un lugar en el que les gustaría trabajar.
- Contratar mejor empieza por escribir mejor. Una buena redacción es, en muchos casos, la clave para fomentar la inclusión. Según Textio, una oferta redactada con lenguaje inclusivo logra cubrir el puesto un 17% más rápido y consigue un 23% más de candidaturas de mujeres.
Construir un entorno laboral más diverso e inclusivo es fundamental para atraer el talento. El tiempo dedicado a confeccionar ofertas con un lenguaje inclusivo tendrá un retorno casi inmediato, pues ayudará a atraer a profesionales de gran valía que, de otra forma, no prestarían atención a ofertas pobremente redactadas.
Medida de inclusión laboral destacada por la Red del Pacto Mundial
La Red Española del Pacto Mundial ha considerado a BBVA como actor clave en esta materia y ha seleccionado esta iniciativa como una de las mejores prácticas empresariales vinculadas con el ODS 5. El empoderamiento de la mujer sigue siendo un elemento central de los esfuerzos de esta organización para hacer frente a los desafíos sociales, económicos y políticos en todo el mundo. Por ello, ha querido dar visibilidad y difusión a aquellas medidas que más están contribuyendo a la consecución del objetivo.