La igualdad de género aumentaría en billones el PIB mundial en menos de una década
Si se cerrara la brecha de género y las mujeres pudieran participar equitativamente en la economía, se añadirían 28 billones de dólares al PIB mundial en 2025, lo que equivale a la suma de las economías de Estados Unidos y China. Lo dice un reciente estudio del Mckinsey Global Institute (MGI), que nos lleva a afirmar que si se empodera económicamente a la mujer se le ofrece algo tan sencillo y al mismo tiempo tan poderoso como el control sobre su propia vida.
Las mujeres dedican entre dos y cinco veces más de tiempo que los hombres al trabajo no remunerado (tareas domésticas, cuidado de niños y mayores, y contribución a negocios familiares), que oficialmente no se tiene en cuenta en la economía. Sin embargo, según el MGI, este trabajo aportaría a la economía mundial un total de 10 billones de dólares (12% del PIB mundial).
Podríamos seguir sumando billones, pero no dejarán de ser datos y números sobre el papel mientras no se alcance la igualdad de género. Algo que no existe en ningún país del mundo, a pesar de ser un derecho universal desde 1948. Lo dice Naciones Unidas, que añade que, pese a todo, la situación ha mejorado en las dos últimas décadas: hay más niñas con acceso a la educación y a la salud sexual y reproductiva, menos matrimonios infantiles y una mayor participación de la mujer en la política y en los puestos directivos.
Pero aún prevalecen importantes brechas, incluso jurídicamente: según el Banco Mundial, el 90% de los países tiene en la actualidad al menos una ley que discrimina por género.
Los negocios de las emprendedoras impactan en el capital humano de sus hijos - Fundación Microfinanzas BBVA
Las mujeres emprenden para combatir la pobreza
La erradicación de la pobreza sigue siendo uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta la humanidad. Según ONU Mujeres, aunque la pobreza en los países en desarrollo se ha reducido por tres en los últimos 25 años, su incidencia entre las mujeres llega a ser hasta 1,5 veces superior a la de los hombres.
Además, añade que a nivel mundial la brecha salarial entre hombres y mujeres por un mismo trabajo es, en promedio, de un 24%. En los países en desarrollo, las mujeres pobres tienen menores niveles educativos y no pueden delegar sus responsabilidades domésticas. Por este motivo, acceden a trabajos peor remunerados y sin ningún tipo de protección social. En consecuencia, la alternativa para ellas es trabajar en la informalidad, depender de un tercero o emprender.
Por eso, crean micro y pequeñas empresas por necesidad (un tercio de las microempresas pertenecen a mujeres) en sectores de baja productividad, que requieren una menor inversión inicial y que son una extensión del hogar (negocios de alimentación, comercio, belleza, confección…). Además, se encuentran con importantes obstáculos a la hora de iniciar su actividad productiva: discriminación en los derechos de la propiedad, matrimoniales y hereditarios; menores niveles de educación financiera; menos ahorros y garantías; mayor aversión al riesgo; y la propia percepción de que van a ser rechazadas por la entidad financiera.
El acceso a los servicios financieros, clave para que sus negocios crezcan
A pesar de que la tasa de inclusión financiera mundial ha aumentado en los últimos años, casi la mitad de las mujeres no tiene una cuenta en una entidad financiera formal. El acceso a la financiación es fundamental para el crecimiento de sus negocios y para que puedan contribuir a la economía de sus países.
En la Fundación Microfinanzas BBVA trabajamos por el desarrollo económico y social de más de un millón de mujeres vulnerables en América Latina, que representan el 60% de nuestros clientes, a través de la inclusión financiera. Se trata de una herramienta que permite iniciar y expandir un negocio, invertir en educación, ahorrar formalmente y manejar mejor el riesgo. Es decir, es un medio eficaz para combatir la pobreza.
Los negocios de las emprendedoras impactan en el capital humano de sus hijos, mejorando sus niveles de educación, salud y nutrición. Por este motivo, se considera que las mujeres son verdaderas catalizadoras del desarrollo económico y social de un país.
La FMBBVA ha participado en la 61ª sesión de la Comisión sobre la Condición Social y Jurídica de la Mujer de Naciones Unidas - Fundación Microfinanzas BBVA
La semana pasada, la FMBBVA intervino en la Comisión sobre la Condición Social y Jurídica de la Mujer de Naciones Unidas (CSW61), principal órgano mundial para la formulación de políticas sobre igualdad de género, en la que participaron 162 estados miembros y casi 4.000 representantes de la sociedad civil. Este año, el tema principal ha sido el empoderamiento económico de la mujer en el cambiante mundo del trabajo, “un imperativo que ha de ponerse en práctica”, en palabras de Phumzile Mlambo-Ngucka, directora ejecutiva de ONU Mujeres.
Empoderar a las mujeres no sólo promueve la igualdad de género, también contribuye a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible número 1, 2, 3 y 4: fin de la pobreza, hambre cero, salud y bienestar, y educación de calidad. El reto que tenemos por delante es tan grande como los beneficios que traería consigo cumplir con la Agenda de Desarrollo 2030, un paso al frente hacia la prosperidad de las mujeres y del mundo.