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La ganadería sostenible ayuda a enfrentar la crisis climática

Alineada con la sostenibilidad, la ganadería sostenible es aquella que no recurre a químicos ni hormonas en el tratamiento de los animales, que se preocupa por el nivel de emisiones y racionaliza el uso de los recursos naturales. Por ello, los productos procedentes de estas ganaderías, como por ejemplo la carne y la leche, son más amables con la naturaleza.

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“Las dietas equilibradas basadas en alimentos de origen vegetal y animal producidos de forma sostenible, es decir, en sistemas que generan pocas emisiones de gases de efecto invernadero [GEI], ofrecen mayores oportunidades para adaptarse al cambio climático y limitar sus efectos". Así lo afirma el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), de Naciones Unidas. En uno de sus informes apuesta directamente por la ganadería sostenible como parte de la solución para frenar la crisis climática.

Un filete, un vaso de leche, una porción de queso… alimentos tan cotidianos que no se suele pensar en la huella ambiental desde la explotación ganadera a la mesa. De hecho, filete a filete, vaso a vaso y porción a porción el sector ganadero emite el 14,5% de las emisiones totales de GEI. Así lo alerta la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en su informe ‘Vías para reducir las emisiones: una evaluación mundial de las emisiones de gases de efecto invernadero y las opciones de mitigación en los sistemas agroalimentarios ganaderos’.

Consumo de alimentos de origen animal

El consumo de alimentos de origen animal no deja de crecer. La FAO estima que, para 2027, el de carne rondará los 38 kilos por persona y año. En 2050, con 9.600 millones de terrícolas poblando el planeta, la demanda de carne podría crecer un 73% y la de leche un 58%. Garantizar dietas saludables a tantas personas y respetar el medio ambiente al mismo tiempo es un reto mayúsculo recogido en el ODS 2: acabar con el hambre, alcanzar la seguridad alimentaria y mejorar la alimentación. “Para lograrlo, es necesario reorientar los sistemas de producción de alimentos”, alerta la FAO.

Características de la ganadería sostenible

La ganadería sostenible se basa en prácticas que buscan minimizar el impacto ambiental y promover el bienestar animal. Una de sus características clave es la gestión eficiente de los recursos naturales, como el agua y el suelo. Esto se logra mediante el manejo adecuado de los pastizales, la rotación de los animales y la reducción del uso de insumos químicos. Estas prácticas no solo preservan el medio ambiente, sino que también mejoran la salud del suelo y la biodiversidad en las zonas de pastoreo.

Otro aspecto fundamental de la ganadería sostenible es el enfoque en el bienestar animal. Los sistemas sostenibles priorizan el acceso a espacios amplios y el manejo libre de estrés para los animales. Además, evitan el uso de antibióticos y hormonas de crecimiento, favoreciendo métodos naturales de cría. Estas características no solo contribuyen a la salud y bienestar de los animales, sino que también producen productos de mayor calidad para el consumo humano, garantizando un equilibrio entre producción y sostenibilidad.

El objetivo de la ganadería sostenible

En 1987 la Comisión Brundtland definió por primera vez el concepto de desarrollo sostenible: “Aquel que cubre las necesidades de las generaciones actuales sin comprometer la habilidad de las generaciones futuras para cubrir las suyas”. Es relativamente reciente, a diferencia de la ganadería y el aprovechamiento de los productos animales, uno de los oficios (o grupo de oficios) más antiguos, tradicionales y extendidos. Pues bien, la unión de ambos conceptos forma la ganadería sostenible.

“Engloba distintos sistemas de producción de carne y otros productos animales con un uso mucho más eficiente de los recursos para no hipotecar los de las generaciones futuras”, explica Ildefonso Caballero, veterinario y profesor del Máster de Agricultura Ecológica de la Universidad de Barcelona. Así, reducen las emisiones, ahorran agua y contribuyen a la seguridad alimentaria y a conservar los ecosistemas.

Los sistemas de ganadería más sostenibles

El máximo exponente de la ganadería sostenible es la producción ecológica regulada porque, entre otras buenas prácticas, “prohíbe el uso de sustancias químicas como antibióticos, antiparasitarios u hormonas durante la producción, excepto para curar animales enfermos”, explica Caballero. Además, establece criterios exigentes de bienestar animal desde disponer de espacio suficiente para desarrollar sus comportamientos naturales a la ausencia de maltrato y de estrés emocional causado por el miedo crónico o el dolor.

Por su parte, la ganadería extensiva, otro de los sistemas productivos más sostenibles, se basa en el pastoreo de ganado en superficies amplias. Con pocas necesidades más allá de la atención básica a la salud del animal, la FAO la considera eficiente aunque de baja productividad. Además no suele competir de forma directa con la agricultura al ocupar zonas no aptas para el cultivo. Sobre todo el ganado caprino añade el beneficio de mantener limpias las zonas forestales, una ventaja clave para evitar incendios.

“Ambos sistemas contribuyen en distinto grado a incrementar la biodiversidad de los ecosistemas y de las propias especies agrícolas y ganaderas, lo que constituye un patrimonio esencial para que las generaciones futuras puedan hacer frente a distintas amenazas como las crisis climáticas y garantizar la seguridad alimentaria”, concluye el experto.

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Carne sudamericana

La ganadería representa el 46% del PIB agropecuario de América Latina, un sector que crece cada año un 3,7% (más que la media global), según la FAO, a costa de una presión creciente sobre el medioambiente con consecuencias como la deforestación, la contaminación de recursos y el aumento de emisiones GEI.

En concreto, Brasil, Argentina y México lideran la producción de vacuno en la región. Pero esta no es la única iniciativa a favor de la ganadería sostenible en la región. La Alianza del Pastizal, un proyecto liderado por la organización ecologista BirdLife International, vincula a Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay y concede un sello a las carnes cuyo proceso de producción contribuya a la conservación de los pastizales naturales y la biodiversidad.

Para conseguir dicho certificado, los ganaderos deben aplicar prácticas que mitigan la emisión de GEI y promueven las de bienestar animal, con otras consecuencias positivas como favorecer el arraigo de las familias rurales.

Acompañamiento a los clientes

En BBVA el sector cárnico representa una parte importante de los clientes de la cartera agroindustrial. Y en ese sentido, el banco está comprometido a acompañar a los clientes en la transición hacia un mundo más verde y más justo para todos. Así, trabajamos promoviendo soluciones financieras que incentiven que nuestros clientes ahorren mejorando su eficiencia energética a la vez que reducen su huella ambiental. También los acompañamos con soluciones de financiación sujetas a métricas de mejora en indicadores de sostenibilidad.