La electrificación verde, una solución para mitigar el impacto del CO2
Vamos hacia un mundo que cada vez reclama más servicios basados en la electricidad. La electrificación, entendida como el medio que conecta a los vehículos para captar la energía eléctrica, es una de las soluciones más óptimas para reducir el dióxido de carbono (CO2) que emite el transporte. En el monográfico de BBVA sobre la movilidad sostenible, que puedes descargar de manera gratuita, puedes descubrir las claves en torno a la electrificación.
El vehículo eléctrico trabaja sobre el concepto de descarbonización con vehículos de cero emisiones en la propulsión de dióxido de carbono (CO2) que beneficia la calidad del aire y, por lo tanto, protege la salud. Pero hay que ir más allá, cuestionando cuál es el origen de la energía que alimenta estos coches. En este sentido, es imprescindible reforzar la red de recarga con estaciones que garanticen un origen 100% renovable.
Descarga aquí el monográfico: 'Hacia una movilidad de cero emisiones'
Para cumplir los objetivos del Acuerdo de París se necesitan un mínimo de 230 millones de coches eléctricos. En 2020, las ventas de estos automóviles se dispararon más del 40% a nivel global a pesar de la caída del sector por la pandemia. Este crecimiento se debe al impulso de camionetas, camiones y autobuses en todo el mundo. Una de las novedades, es que, según ha anunciado la Agencia Internacional de la Energía (AIE), Europa superó a China como primer mercado.
La movilidad eléctrica mejora la calidad del aire, del transporte y ofrece grandes oportunidades a pymes y empresas que, a su vez, generan empleo en este sector. En México, ZACUA es la primera marca de coches eléctricos “ensamblados enteramente por mujeres”, como indican, y el 70% de componentes son de procedencia local. En España, un informe publicado por la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (AEDIVE) advierte que “la transición hacia el vehículo eléctrico generará un trasvase importante de puestos de trabajo”. 165.000 en España según esta Asociación, que destaca la formación y llama a las alianzas entre Administraciones, empresas y plantillas. Su director general, Arturo Pérez de Lucía, considera que la automoción es una pieza fundamental para la transformación. “Lo fue para el desarrollo industrial, económico y social y tiene que ser el motor del cambio ahora. La automoción sigue y seguirá cumpliendo unos objetivos muy importantes a nivel social, industrial y tecnológico en todo lo referente a las necesidades de movilidad de personas y mercancías.
El coche eléctrico es el único capaz de interactuar con el sistema eléctrico, impulsando la eficiencia energética en el desarrollo de las energías renovables, la generación distribuida, el almacenamiento energético y el autoconsumo con el sistema eléctrico a través de la bidireccionalidad de la recarga, por lo que se impulsan las energías renovables. Esto significa que la movilidad eléctrica favorece la descarbonización y la eficiencia energética”, afirma.
En esta línea, Büschel destaca la urgencia de abandonar el uso de combustibles fósiles, las subvenciones que proceden de este tipo de energía, como el gas, y “transitar ya hacia las energías limpias en el uso del transporte por carretera, de la electricidad renovable”. Esto es importante para enviar las señales correctas que necesita el mercado y les llegue la información de las oportunidades de inversiones verdes a los inversores, por lo que “sería necesario que los gobiernos lo legislaran y revisaran lo acordado para alcanzar una mayor ambición siguiendo la fiscalidad verde de “quien contamina, paga” e incentivar el uso de energías limpias”. Por eso, además, descarta los coches que utilizan combustibles sintéticos ya que afirman que “emiten tantos óxidos de nitrógeno nocivos (NOx) como los motores de combustible fósil, según se demuestra en nuevos ensayos de emisiones realizados por IFP Energies Nouvelles”.
Limpiar el tráfico
¿Sabías que la demanda de los coches eléctricos superará en 2025 a los de combustión? Así lo reflejan los resultados de la última encuesta realizada por The Platform for Electromobility, la plataforma donde se puede seguir toda la actualidad relacionada con movilidad eléctrica. Por solo 1 o 2 euros, el coche eléctrico puede recorrer 100 kilómetros, menos de la mitad del diésel que, con el mismo recorrido, cuesta unos 5 euros, como advierten en este portal.
Uno de los mayores retos que tiene la movilidad es la congestión, por lo que la reeducación, reflexión y la sensatez del ciudadano con el apoyo de los gobiernos y empresas es esencial en este proceso de cambio. Cuando la movilidad activa –a pie o en bici- no sea posible, otras de las alternativas para limpiar el tráfico en un entorno urbano más allá del coche eléctrico son el transporte compartido o el transporte colectivo compartido que apoyan empresas como Red Eléctrica Española, con viajes en autobús para los empleados, o Iberdrola, con flota de vehículos eléctricos y punto de recarga. Para esta reducción y eliminación de las emisiones, el BBVA se ha aliado con la Federación de Asociaciones de Concesionarios de la Automoción (Faconauto) con el objetivo de aportar “soluciones financieras” que hagan de la sostenibilidad “una oportunidad rentable”, como indican.
Esta entidad financiera fue la primera en España que se asoció con AEDIVE para apoyar el impulso de la movilidad eléctrica. En este terreno de electrificación del transporte, desde esta Asociación destacan la importancia de adaptación del sector de la logística: “Dentro de este sector, cobran importancia los vehículos eléctricos ligeros de dos, tres, cuatro ruedas de movilidad urbana que ayudarán a esta transformación, sobre todo a las empresas de mercancías. Es el caso de eezon, dirigido al ámbito de la logística como un nuevo concepto de movilidad urbana más segura, eficiente y sostenible”.
Según la compañía, este triciclo eléctrico que cuenta con más de diez años de trabajo en el Parque Tecnológico y Logístico de Valladares, en Galicia, tiene una capacidad de carga similar al de una furgoneta transportando “hasta 500 litros por viaje”, con una velocidad de “hasta 90 kilómetros por hora”. Su batería permite, además, una autonomía de 120 kilómetros y se estima que tenga una vida de hasta 240.000 kilómetros.
La cadena de hipermercados Carrefour se ha sumado a la electrificación de sus repartos y ha integrado en su flota bicicletas eléctricas y el vehículo Tropos, con cero emisiones de partículas y 100% eléctrico, como la moto Scoobic con la que están trabajando.
Una vez más, para el desarrollo eficiente, la tecnología es fundamental. Lo vemos en las empresas de 'carsharing', otra de las alternativas que, a través de la creación de plataformas con diferentes sistemas de apertura del coche -desde el free-floating, modelo estacionarios o P2P-, conectan a los usuarios con los vehículos.
La infraestructura de recarga y las baterías como oportunidad
Otro de los desafíos y oportunidades que plantea el vehículo eléctrico es la infraestructura de recarga y la fabricación y el coste de las baterías. Según un estudio realizado por BloombergNEF (BNEF) para la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente (T&E), en 2027 será más barato fabricar furgonetas y automóviles eléctricos que vehículos propulsados por combustibles fósiles en Europa y advierten que “la estructura de recarga es muy importante y el Plan de Recuperación tiene que contemplar desplegar masivamente la infraestructura que se necesita tanto en la vía pública como también en los edificios y lugares de trabajo”.
Una idea que comparte Pérez de Lucía, quien añade que “el incremento de las infraestructuras de recarga debe ir en sintonía con el crecimiento del parque. Se tienen que dar soluciones a las infraestructuras de recarga. Sobre todo en la calle, que es donde están aparcados el 60-70% de los vehículos eléctricos”.
Además, desde AEDIVE aseguran que las baterías presentan una creciente capacidad y eso facilita que la recarga se haga incluso una vez a la semana, según el uso. En estos momentos, en España hay 15.000 puntos de recarga de acceso público para facilitar los desplazamientos dentro y fuera de las ciudades; 1.600 son de carga rápida. Los ciudadanos de Madrid ya pueden cargar el 80% de su batería en tan solo 10 minutos en la mayor electrolinera de España que ha inaugurado Endesa, con 46 puntos de recarga rápida y ultrarrápida. En 2023 el Gobierno quiere alcanzar los 100.000 puntos para facilitar el necesario ascenso del vehículo eléctrico, tras una inversión de 525M€.
Para que las inversiones se repartan y se creen nuevos puestos de trabajo, las alianzas entre gobiernos y empresas son fundamentales. En España, la primera fábrica de baterías la impulsan el Gobierno, SEAT e Iberdrola en Martorell (Barcelona). Otra asociación público-privada es la anunciada entre Ford y la Comunidad Valenciana con la creación de un centro de investigación energético y una gigafactoría de baterías en la que participarán 23 empresas, una idea que también va a implantar en España Volkswagen.
En la actualidad, CATL es el gigante chino de baterías de automóviles, al que también Ford acaba de fichar para suministrar sus baterías para los coches que comercializa desde China. Por su parte, en Latinoamérica y el Caribe, la empresa BYD es la mayor fabricante de transporte público de las principales ciudades. La compañía cuenta con 400 buses en Bogotá, 50 en Medellín, 20 en Guayaquil, 15 en Mendoza, 30 en Montevideo y otros 30 en Brasil.
Autobuses y trenes eléctricos
La electrificación de las flotas de autobuses, promover el transporte público, el apoyo a los vehículos eléctricos y la inversión en tecnología son algunas de las soluciones que deben ir en sintonía con el cambio de hábito de la ciudadanía.
En Latinoamérica, con la tasa más alta del mundo en utilización de autobuses, las ciudades de Santiago de Chile, Bogotá y Ciudad de México son las que más han avanzado en la electrificación de autobuses públicos, según el portal “move” apoyado por la ONU.
La Ciudad de México es un ejemplo mundial en electromovilidad en beneficio de las ciudadanas y ciudadanos con la apuesta del uso de transporte público eléctrico gracias al apoyo del Gobierno y empresas privadas. Para ello ha renovado los teleféricos y ha apostado por la flota de camiones eléctricos y autobuses de bajas emisiones.
El tren tiene un papel fundamental en esta transición de la movilidad terrestre, tanto de viajeros como de mercancías para poder alcanzar el objetivo de no superar el 1,5°C. Sobre su uso, mantenimiento y la ampliación de las líneas, 14 organizaciones se han aliado para doblar el número de viajeros por ferrocarril en España y promover el impulso del transporte ferroviario, como indica el nombre de la iniciativa ‘Más viajes en tren, menos emisiones’. “Lo hacemos por sostenibilidad, por eficiencia, por cohesión territorial, por un futuro descarbonizado”, como apunta Mario Rodríguez, director asociado de transición justa y alianzas globales de ECODES, quien explica que “No sólo contribuye a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), sino que puede ayudar a mejorar la vertebración de la comunicación en la España rural y conectarla de forma eficiente, ecológica e inclusiva con la España urbana y periurbana. En un horizonte 2030 hemos de marcarnos el objetivo de duplicar el número de viajes en tren y acercar lo máximo posible el porcentaje de transporte de mercancías actual que ronda el 4% la media europea que se encuentra en torno al 18%”.
En Europa, un tercio de la red ferroviaria no está electrificada. Desde CAF proponen recurrir a un vector que sea de transición y combinar las baterías o el hidrógeno para el funcionamiento de autobuses de cero y bajas emisiones, que son los híbridos junto con los metros, tranvías o trenes. En estos momentos el Centro Nacional de Hidrógeno trabaja con CAF y Talgo para crear el primer tren español de hidrógeno.
Desde la organización ECODES, sin embargo, no apoyan el hidrógeno como sustituto de la electrificación y sostienen que se gasta más energía en producir hidrógeno que en la electrificación directa, que es donde consideran que hay que invertir. Además, en el caso del ferrocarril, la capacidad es mayor. Para ello demandan la electrificación, siempre que sea posible, de la movilidad terrestre, en vehículos, furgonetas, autobuses y tren. Consideran que el uso del hidrógeno debe reservarse para aquellos sistemas de transporte en los que la electrificación no se puede llevar a cabo o son más complejo, como son el transporte marítimo y la aviación. Desde una perspectiva similar, Marina Gros, biotecnóloga y experta en gas, sostiene que “La reducción de los impactos de la aviación pasa por la disminución tanto del número de vuelos como de la huella climática de estos. Lo cierto es que no hay una tecnología madura para la descarbonización a medio plazo, al menos en lo que respecta a los vuelos de largo y medio alcance, por lo que la alternativa pasa por los SAF (Sustanaible Advanced Fuels). Es decir, biocombustibles avanzados y e-combustibles como el e-queroseno, que tengan altos criterios de sostenibilidad. Se espera que los vuelos de corto ratio puedan descarbonizarse antes, quizá mediante la electrificación, para 2030. Y hay proyectos piloto de desarrollo de aviones con base en hidrógeno."
Vectores de mar y aire
Aunque las emisiones de CO2 son determinantes -918 millones de toneladas en 2018- el impacto de la aviación va más allá. En este sentido, Gros prosigue: "Hay que tener en cuenta las emisiones óxidos de nitrógeno (NOx) y sus derivados, el hollín, los aerosoles de sulfatos y el vapor de agua, así como el impacto de una mayor nubosidad inducida debido a las estelas de condensación. Si se tienen en cuenta todos estos impactos, estaríamos hablando de que la contribución de la aviación al calentamiento global producido por todas las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en 2018 fue del 5,9%, según los datos admitidos por la Comisión Europea”.
A esta realidad hay que añadir los datos derivados del transporte marítimo, un sector que también es controlado por la experta. En este sentido, esta industria posibilita más del 80% del comercio mundial en volumen y más del 70% en valor. Los barcos son el medio de transporte más eficiente en uso de combustible, pero hay que tener en cuenta que “al mismo tiempo, son una importante fuente de emisiones de CO2 y otros contaminantes, como el carbono negro, el hollín. De hecho, si el sector del transporte marítimo mundial fuera un país, estaría clasificado como el sexto emisor, por encima de Alemania con el 2,9% de las emisiones mundiales, según datos del 4º estudio de GEI de la Organización Marítima Internacional (OMI)”.