La eficiencia energética: ¿Asignatura pendiente para millones de pymes?
La implementación de la eficiencia energética es importante que se convierta en una prioridad de las pymes. De hecho, dos de cada tres pequeñas y medianas empresas no han implementado medidas para mejorarla. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha calculado que las medidas de eficiencia energética rentables podrían reducir el consumo de energía de las pymes en un 30 %, más que el consumo total de Francia, Italia y España juntos.
¿Qué supone dejar una bombilla encendida durante 24 horas en un negocio? Si es de las incandescentes de 80 vatios, y se tiene en cuenta por ejemplo que el precio medio del kilovatio hora en un país como España en 2020, significa pagar 1,30 euros más a final de mes. Si es su equivalente LED de 13 vatios, la factura sube 21 céntimos. Algo asumible por la inmensa mayoría de las pequeñas y medianas empresas. Pero ¿y si multiplicamos ese gasto por las casi tres millones de pymes que hay en España? ¿O las 25 millones de la Unión Europea?
A nivel mundial, las empresas de menos de 250 empleados representan el 99% del tejido productivo y generan el 60 % del empleo. Son la espina dorsal de la estructura económica de todos los países del planeta. A pesar de su pequeño tamaño, son responsables de un 13% de la demanda energética global, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE). El organismo estima, además, que esta demanda podría reducirse en más de un 30 % solo mediante la aplicación de medidas de eficiencia energética.
Ganar eficiencia para coger impulso
La diferencia entre dejar una lámpara encendida o apagada o sustituir una bombilla antigua por una LED puede no tener un gran impacto en el libro de cuentas. Pero es la suma de muchas acciones la que marca la diferencia. Hablar de eficiencia energética es hablar de monitorización y control, de cambio de hábitos de consumo, de mejoras en el aislamiento, la maquinaria y la infraestructura o de uso de energías renovables.
“La eficiencia energética puede suponer un gran impulso al crecimiento, por ejemplo, mejorando la productividad y la calidad del producto. La eficiencia energética, en las pymes, también contribuye a disminuir la dependencia en la energía importada y la necesidad de invertir en más capacidad de generación, reduciendo los impactos ambientales como las emisiones de gases de efecto invernadero y la contaminación del aire”, señala la AIE.
De acuerdo con Roger Marcos, director de ventas en España para DEXMA, una compañía de inteligencia energética, la eficiencia energética genera una serie de beneficios claros para las empresas:
- Reducción de los costes asociados al consumo energético.
- Reducción de la huella de carbono de la organización.
- Cumplimiento de normativas de sostenibilidad cada vez más exigentes.
- Obtención de estándares de eficiencia energética, como la ISO 50001 de Gestión Energética, que certifican frente al consumidor la responsabilidad ambiental de la empresa.
- Mostrar frente a un consumidor cada vez más concienciado el compromiso de la compañía y generar valor añadido clave para sus decisiones de compra.
Cómo mejorar la eficiencia energética de las pymes
La eficiencia energética todavía no es una prioridad para las pymes europeas. De acuerdo con el 'paper' Energy Efficiency Solutions for Small and Medium-Sized Enterprises, publicado a principios de 2021, alrededor de dos de cada tres pequeñas y medianas empresas no han implementado medidas para mejorar dicha eficiencia. Aun así, el artículo señala que el 72% de las pymes que decidieron hacer una auditoría energética o poner en marcha un sistema de gestión energética para controlar el consumo mantuvieron las medidas de eficiencia.
De acuerdo con Roger Marcos, existen multitud de barreras que dificultan el ahorro y la eficiencia energética en las pymes. Estas van desde la información limitada sobre el potencial de ahorro de sus edificios e instalaciones hasta la sobrecarga de trabajo que relega el tema energético al final de la lista de prioridades, pasando por la reducida capacidad de inversión o la falta de confianza en las empresas de servicios energéticos.
“La AIE ha calculado que las medidas de eficiencia energética rentables podrían reducir el consumo de energía de las pymes en un 30%, más que el consumo total de energía de Francia, Italia y España juntos”, señala Marcos. “La oportunidad existe y los mecanismos cada vez son más conocidos. Las señales de precio seguro incentivarán a las empresas a mejorar su eficiencia y ahorro energético”.
Según el experto, lo ideal es empezar por los edificios e instalaciones con mayor potencial de ahorro, comenzando con medidas de menor a mayor inversión. Después, y siempre mejor tras haber realizado los estudios pertinentes, se podrían abordar las mejoras en el comportamiento y uso de la energía y acabar definiendo una nueva cultura energética en la empresa. Otro de los pasos importantes es optimizar la potencia eléctrica contratada, que no influye en el consumo, pero sí en el coste final de la factura. Este ahorro podría utilizarse para financiar inversiones en equipamiento y maquinaria más eficientes.
Por otro lado, tal como recoge la guía “Gestión energética para pymes. Mejores prácticas para profesionales”, elaborada por DEXMA, es también importante definir un Plan de Gestión Energética para toda la compañía y un equipo gestor, interno o externo, encargado de hacer el seguimiento, evaluar el uso energético, controlar el consumo y las posibles incidencias o identificar nuevas fuentes de financiación.
“Más allá de las oportunidades de ahorro, la presión social (consumidores, legislación, normativa, lobbies, ONG...) hará que muchas empresas, tanto grandes como medianas y pequeñas, se suban al carro de la mejora continua en el consumo energético”, concluye Roger Marcos. “Lo más importante es que tengan toda la información necesaria, empezando por lo que consumen y las opciones de mejora que tienen”.