La educación financiera digital es vital para mejorar el bienestar económico
La educación financiera digital y los beneficios y riesgos que conlleva la digitalización han sido los ejes de la intervención de David Tuesta, exministro de Finanzas de Perú, durante el EduFin Talks de BBVA. “La educación financiera digital constituye una pieza de intervención relevante para llegar a una mayor salud financiera y bienestar económicos", ha manifestado David Tuesta, que ha compartido experiencias y conocimientos en este evento , organizado por el Centro para la Educación y Capacidades Financieras de BBVA. Esta segunda edición de EduFin Talks, conducida por Lidia del Pozo, directora de Programas de Inversión en la Comunidad de BBVA, se ha celebrado en el marco de las actividades de BBVA con motivo del día y la semana de la educación financiera.
La revolución tecnológica está cambiando la relación entre el cliente y las entidades financieras por lo que se avecinan nuevos retos en el campo de la educación financiera. Así lo ha expresado David Tuesta que ha querido recalcar el papel fundamental que juega la formación: “El tema de lo digital se convierte en un espacio de retos y oportunidades, pero hay que mejorar las capacidades tanto financieras como digitales”.
Una nueva relación con el cliente
La tecnología juega un papel importante en la toma de las decisiones económicas de las personas, que afectan a las familias, a la sociedad y a las entidades financieras: “Se ha alterado la relación ‘emisor-receptor-emisor’”. No cabe duda de que la sociedad se ha beneficiado de la revolución digital, aunque conlleva algunos retos para el economista peruano: “Hay confusión respecto a qué elegir. Lo digital genera multiplicidad y hay más probabilidades de acabar eligiendo lo que no es conveniente”, advirtió. A su juicio, el bombardeo de estímulos hace que el cerebro no gestione igual la información y además, “el procesamiento y retención de la información escrita es menos efectiva en un dispositivo digital que en papel”.
Mejorar la salud financiera
Ante los estímulos tecnológicos, que pueden llevar a tomar decisiones financieras inadecuadas, “el objetivo del sistema financiero debe ser que el cliente alcance un mayor bienestar financiero” y la base del bienestar económico es, según Tuesta, la salud financiera. Para lograrla se deben cumplir dos condiciones: generar un espacio seguro donde el control periódico de las finanzas permita afrontar las emergencias que vayan surgiendo y tener libertad para realizar elecciones que generen disfrute, que idealmente generará en el establecimiento y cumplimiento de las metas financieras elegidas.
El sector financiero tiene una función crítica para mejorar el ansiado bienestar económico de las personas, sobre todo de aquellas que viven fuera del sistema bancarizado, según Tuesta que considera que, “la provisión de acceso a instrumentos financieros aumenta el ahorro, la inversión productiva, el consumo y el empoderamiento de la mujer”. Algunos ejemplos se encuentran en países en vías de desarrollo como Kenia, donde se han constatado los beneficios de los créditos digitales: “Así el nivel de penetración del ‘smartphone’ puede mitigar los efectos negativos de una decisión inadecuada”.
En el diálogo abierto con el público de la segunda edición de EduFin Talks se han tratado temas como la inclusión financiera o la educación.
Educación financiera digital
A pesar de los avances, queda mucho por andar: “No existen mercados perfectos donde todos los actores puedan actuar con toda la información a su alcance. El funcionamiento del mercado requiere equilibrarse debido a la existencia de fallas de mercado, situaciones inherentes que limitan la posibilidad de alcanzar resultados”. La solución a estas fallas pasa por mejorar la educación financiera a través de intervenciones, diseñadas específicamente para cada colectivo, una de estas intervenciones son por ejemplo los programas de educación financiera. Las herramientas tecnológicas contribuyen a reforzar estas intervenciones, “las programas de educación financiera se convierten en digitales cuando se complementan con aprendizajes, desde la economía del comportamiento (‘nudges’), que serán relevantes para alcanzar la mayor salud financiera de las personas”.
De esta forma, las personas podrán enfrentarse con garantías a un futuro marcado por factores como la mayor sofisticación de los productos financieros, la tendencia hacia sistemas de pensiones de ahorro individual o los riesgos asociados a prácticas fraudulentas como el ‘phising’, el uso no autorizado de datos o la falta de información.
Un espacio para la felicidad
Durante el diálogo abierto con el público, David Tuesta ha ido contestando a varios temas sobre los que se le ha preguntado como el papel de las empresas no financieras: “Hay muchas plataformas que no son entidades reguladas y están asesorando. Conocen al público ‘millennial’ y, a través de preguntas, le llevan a elegir un producto financiero. Todas ellas requieren un ordenamiento y transparencia”, ha respondido. Respecto a la formación en nuevas tecnologías, Tuesta ha hecho una reflexión que ha servido de colofón a una jornada repleta de contenidos y experiencias: “La educación que reciben nuestros hijos va incorporando elementos digitales, pero no estamos preparados. El sistema financiero puede ser un espacio para la felicidad. Es importante incorporarlo en la educación porque es relevante en el desarrollo de la vida”.
Puedes ver el vídeo completo de la segunda edición de EduFin Talks aquí.