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La pérdida de biodiversidad: un pilar esencial para el medioambiente

Casi el 30 % de las especies se encuentra en riesgo de extinción según la Lista Roja de las especies amenazadas de la UICN. Se calcula que más de un millón puede desaparecer, en cuestión de decenios si no se toman las medidas adecuadas. La pérdida de biodiversidad es una de las grandes amenazas para el medioambiente junto al cambio climático. BBVA ahonda en las causas, consecuencias y soluciones de esta crisis en un monográfico –gratuito– de la mano de estudios y expertos en la materia.

La biodiversidad una variedad en declive

El ‘Melomys rubicola’ era un roedor pequeño y nocturno, endémico de Bramble Cay en el estrecho de Torres. En los últimos años, este cayo ha sufrido por ciclones y la elevación del nivel del mar. Hoy, el ‘Melomys rubicola’ se ha extinguido y es una de las primeras especies oficialmente desaparecidas debido al cambio climático antropogénico.

La historia de este pequeño roedor es solo uno de los muchos ejemplos que ilustran cómo la actividad del hombre está afectando a la biodiversidad. Durante milenios, las sociedades humanas coexistieron en armonía con los ecosistemas. Sin embargo, el desarrollo y el uso desproporcionado de los bienes naturales han puesto en riesgo su equilibrio.

De acuerdo con la Plataforma Intergubernamental Científico-normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES), hoy hay más especies en peligro de extinción que nunca como resultado de las acciones de los seres humanos. Se calcula que más de un millón de especies pueden desaparecer, algunas en cuestión de decenios, si no se adoptan las medidas adecuadas.

Biodiversidad variedad en declive 1

“En las últimas décadas asistimos a una pérdida acelerada de la biodiversidad. Casi el 30 % de las especies se encuentra en riesgo de extinción, incluyendo el 41 % de anfibios, el 37 % de tiburones y rayas, el 34 % de coníferas o el 33 % de corales”, explica Elena Pita, directora de la Fundación Biodiversidad, basándose en datos de la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN.

La crisis de biodiversidad es, junto al cambio climático, una de las mayores amenazas a las que nos enfrentamos a nivel medioambiental. “Se habla mucho de los impactos que el cambio climático causará al ser humano, pero, en términos generales, la crisis de biodiversidad que está comenzando puede llegar a ser mucho más relevante para la supervivencia de la especie humana en la tierra”, señala Daniel Ariano Sánchez, investigador del Centro de Estudios Ambientales y Biodiversidad de la Universidad del Valle de Guatemala.

Uno de los grupos de animales que mejor representa la amenaza que supone la crisis de la biodiversidad para el equilibrio del planeta es el de los polinizadores. Estos animales (de entre los que destacan las abejas y las mariposas, pero también otros como murciélagos, colibríes o lémures) son responsables de la reproducción de entre el 70% y 90% de las plantas. Sin ellos, la agricultura se vería seriamente comprometida: desde mediados del siglo XX, la producción de alimentos dependientes de los polinizadores ha crecido más de un 300%.

“Un planeta sin polinizadores sería lo equivalente a un mundo sin diversidad alimentaria”, señala la directora de la Fundación Biodiversidad. “Además, de ellos depende también la producción de semillas de plantas cuyas raíces sirven para vestirnos y elaborar medicamentos o biocombustibles”. En los últimos años, la cantidad de abejas y otros polinizadores se ha reducido notablemente debido al uso de pesticidas como los neonicotinoides, las prácticas agrícolas intensivas, el monocultivo y el aumento de las temperaturas.

De acuerdo con Ariano, otro grupo muy relevante, pero al que pocas veces se presta atención, lo constituyen especies venenosas. “Como las serpientes, los helodermas –un género que incluye lagartos venenosos de EE. UU., México y Guatemala– y varias especies de anfibios”, enumera. “Estos funcionan como ‘farmacias vivientes’ que contienen compuestos biológicos en sus venenos que pueden servir para desarrollar compuestos farmacológicos prometedores para el tratamiento de enfermedades como la diabetes o el Alzheimer”.

Biodiversidad variedad esencial en declive 2

Principales amenazas a la biodiversidad

La gran amenaza a la biodiversidad es el desarrollo de la sociedad humana. Esto se materializa en diferentes frentes entre los que destacan los cambios en la ocupación del suelo, la sobreexplotación de especies, la proliferación de especies invasoras, la contaminación y el cambio climático.

“Son consecuencia de la actividad humana, de un modelo insostenible de producción y consumo que no ha tenido en cuenta los límites planetarios”, señala Elena Pita, directora de la Fundación Biodiversidad. A la larga, todos ellos actúan de forma sinérgica, minando la biodiversidad y causando la extinción de especies.

Posible soluciones a esta crisis

El informe ‘Tackling Biodiversity & Climate Crises Together and Their Combined Social Impacts’, elaborado por IPBES y el IPCC, presenta soluciones que pueden atajar tanto el cambio climático como la crisis de biodiversidad. Hacerlo de forma conjunta, señalan desde estos organismos, permitiría maximizar los beneficios y contribuiría a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas.

Entre las acciones identificadas en el informe destacan detener la degradación y priorizar la restauración de ecosistemas terrestres y marinos ricos en especies y carbono, como bosques, sabanas, manglares y praderas marinas; aumentar las prácticas agrícolas y forestales sostenibles y eliminar los subsidios a aquellas actividades que perjudican el medioambiente.

'Podcast': Biodiversidad, salud para el planeta y para las personas

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Las soluciones para afrontar la crisis de la biodiversidad son fundamentalmente dos: la conservación y la restauración”, explica David Moreno Mateos, profesor en el Departamento de arquitectura del paisaje en la Universidad de Harvard e investigador asociado en el Basque Centre for Climate Change (BC3). “Además, hay otras acciones importantes, como reducir la contaminación, el vertido de fertilizantes a las aguas y la concentración de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera”.

Tanto la conservación como la restauración suponen un desafío en un mundo marcado por el desarrollo económico y el crecimiento demográfico. Las opciones pasan por plantear sistemas más sostenibles y con un menor impacto ambiental.