Javier Rodríguez Soler: “La descarbonización puede ser una gran oportunidad para las economías emergentes”
Las economías emergentes deberían sumarse con fuerza a la carrera hacia la descarbonización. Su papel en este reto es crítico. Así lo ha expresado Javier Rodríguez Soler, responsable global de Sostenibilidad de BBVA, durante su intervención en el panel ‘COP Talks’ sobre el impacto de la inversión sostenible en mercados emergentes, en el marco de la COP26 en Glasgow.
Dos son las razones por las que las economías emergentes deberían hacer un esfuerzo para comprometerse con los objetivos de descarbonización. Primero, y según la ONU, sufrirán los efectos negativos del cambio climático mucho más que el mundo desarrollado, por lo que deberían estar más interesadas en el éxito colectivo.
En segundo lugar, estas regiones tienen un enorme potencial para proyectos de energías renovables, así como para implantar soluciones basadas en la naturaleza para compensar las emisiones de CO2. Esto representaría una gran oportunidad para su crecimiento y el desarrollo.
Ante este escenario, el responsable global de Sostenibilidad de BBVA ha destacado que “nos encontramos ante la mayor disrupción empresarial que hemos conocido, que puede generar enormes oportunidades de negocio. Se estima que la inversión necesaria para descarbonizar la economía mundial está en un rango de entre 100 y 150 billones de dólares para el período 2020-2050, lo que representa alrededor del 5% del PIB mundial”.
Apoyo financiero a economías emergentes
Los países emergentes perciben la reducción de emisiones como algo oneroso y difícilmente asumible. Como “parte de un banco con una presencia muy importante en los mercados emergentes”, Javier Rodríguez Soler ha explicado que la percepción respecto de las emisiones de carbono en esos países es diferente a la de los desarrollados. “El sentido de urgencia se ve superado por problemas más inmediatos y urgentes como la desigualdad, la salud o la falta de infraestructuras, especialmente ahora después de la pandemia. Debemos conseguir encontrar las mejores intersecciones entre la sostenibilidad y el fomento del desarrollo económico”, ha señalado.
De hecho, la cantidad de inversión necesaria para la transición a la neutralidad de carbono en economías emergentes está fuera de su alcance. Para estos países resulta muy complejo conseguir los recursos y atraer capital externo. “Sin embargo, — ha añadido — no podemos pensar que vamos a tener éxito en el proceso de descarbonización sin los países emergentes. El mundo desarrollado debería ser más audaz en su apoyo financiero a los países en desarrollo, por el bien del planeta y también para aliviar la brecha de desigualdad”. “Necesitamos más ambición, más multilateralismo y un marco más sólido para asegurar que los países cumplan con sus compromisos y que los inversores estén cómodos para invertir en los diferentes proyectos. Es necesario un esfuerzo colectivo. Los países que antes actúen, antes se beneficiarán”, ha señalado Javier Rodríguez Soler.
Debemos conseguir encontrar las mejores intersecciones entre la sostenibilidad y el fomento del desarrollo económico
“La colaboración público-privada es clave; el sector privado será el que realmente promoverá un cambio significativo. Para ello, necesita que los países emergentes tengan un marco regulatorio estable y seguro para que compañías como BBVA redoblen su interés para invertir en sus proyectos y economías”, ha subrayado.
El foco de BBVA en la sostenibilidad
BBVA tiene una larga trayectoria en la sostenibilidad. Desde hace dos años es una prioridad estratégica, y en 2021 se ha creado un área al máximo nivel de la organización que dirige el propio Javier Rodríguez Soler, quien ha destacado que el objetivo del banco es “ayudar a nuestros clientes en la transición hacia un futuro más sostenible, con un enfoque holístico basado en la acción climática y el crecimiento inclusivo.
En BBVA es un componente central de nuestra estrategia, negocio y propuesta de valor. Nos hemos marcado cinco objetivos: 1) canalizar las finanzas sostenibles a gran escala doblando el objetivo inicial hasta los 200.000 millones de euros entre 2018 y 2025. A septiembre de 2021 ya hemos canalizado 75.000 millones de euros; 2) descarbonizar nuestra cartera en línea con la ambición neta cero para 2050; 3) reducir drásticamente nuestros impactos directos (emisiones de alcance 1 y 2); 4) convertirnos en un referente en transparencia en sostenibilidad; y 5) contribuir con todos nuestros grupos de interés a promover la acción colectiva para dar forma al cambio sistémico que necesitamos”.
El papel de los mercados voluntarios de carbono para beneficiar a los mercados emergentes
Por último, Rodríguez Soler ha subrayado el importante papel de los mercados voluntarios de carbono para apoyar flujos de inversión sostenible hacia mercados emergentes. “En BBVA, como miembros del equipo principal del Grupo de Trabajo para la Ampliación de los Mercados Voluntarios de Carbono (Taskforce on Scaling Voluntary Carbon Markets, TSVCM, por sus siglas en inglés), creemos que éstos brindan una clara oportunidad de negocio y son un instrumento complementario en la senda hacia la descarbonización. No obstante, estos mercados deben mejorar de forma notable su funcionamiento, fomentar la liquidez, la transparencia, la estandarización y la solidez, transmitiendo señales claras de demanda”, ha concluido.
Javier Rodríguez Soler ha participado en el panel junto a Rael McNally, senior portfolio manager, Global Renewable Power de BlackRock; y Gema Sacristán, chief investment officer de IDB Invest. Sonja Gibbs, managing director y responsable de financiación sostenible de IIF, ha moderado las intervenciones de los ponentes.