Ismael Olmedo: "Nuestra tecnología no solo captura microplásticos, sino que ofrece la solución para la protección de la salud humana y la defensa del medioambiente"
Para Ismael Olmedo, CEO de Captoplastic, ver el curso del agua limpio y lleno de vida es impagable. Algo que, a medida que va cumpliendo años, valora más. Por ello le parece muy gratificante el trabajo que realizan en su empresa: han desarrollado una tecnología que captura los microplásticos presentes en el agua. Es decir, son capaces de recoger partículas contaminantes de hasta una micra (0,001 mm.) que, dado su pequeño tamaño, no se pueden captar y se están volviendo un problema tanto para la naturaleza como para nuestra salud. Hemos hablado con Olmedo para que nos cuente cómo esta tecnología puede ayudar a liberar los ecosistemas de estas diminutas partículas y proteger el medioambiente.

Pregunta: ¿Cómo se crean y cómo nos afectan los microplásticos?
Respuesta: Los microplásticos son partículas muy pequeñas de plástico que pueden presentarse de varias formas, ya sea como espumas, perlas, pellets o fibras. Hay dos tipos principales: los microplásticos primarios, que se generan directamente en tamaños diminutos, como las microesferas que se encuentran en algunos productos cosméticos, y los secundarios, que provienen de la fragmentación de plásticos más grandes, un proceso que ocurre por la exposición al sol, al viento y al agua. La mayor parte de los microplásticos que encontramos proviene de fuentes como el agua residual de las lavadoras y de los neumáticos. Por ejemplo, cada vez que lavamos nuestra ropa, algunas fibras sintéticas se desprenden y acaban en las aguas residuales y, eventualmente, llegan a ríos y océanos. Según un estudio de WWF, cada semana ingerimos unos cinco gramos de plástico, el equivalente a una tarjeta de crédito. Esto puede derivar, entre otros, en problemas cardíacos o cancerígenos.
P: ¿Cómo acaban en nuestro organismo?
R: Muchas veces los microplásticos están presentes en los alimentos que ingerimos, el agua que bebemos o el aire que respiramos. Aunque la legislación europea reconoce el peligro de los microplásticos y establece la necesidad de medirlos, como en la Directiva UE 2020/2184 relativa a la calidad del agua potable y en la recién publicada Directiva UE 2024/3019 sobre el tratamiento de las aguas residuales urbanas, aún no existe una obligación explícita de capturarlos. A pesar de los avances regulatorios, las normativas parecen ir un paso por detrás de la problemática, especialmente en lo que respecta al control y eliminación de microplásticos en las aguas residuales.
"No hay una única solución: es una cuestión de concienciación y de ir sustituyendo el plástico como materia prima para los múltiples usos actuales"
P: ¿Cómo llegan los microplásticos al agua?
R: Las aguas residuales urbanas e industriales, en las que Captoplastic está centrada, son un foco de contaminación de microplásticos que terminan en ríos y océanos. La cantidad de microplásticos en el agua puede variar bastante, dependiendo de si el agua viene de zonas industriales o de áreas con mucha población, entre otros factores. En España, generalmente, antes de que el agua entre en la depuradora, podemos encontrar entre 30 y 100 miligramos de microplásticos por litro, según nuestras estimaciones.
P: ¿La depuradora ordinaria no elimina estos microplásticos?
R: En el proceso de depuración ordinario, primero se quitan las partículas más grandes y luego hay un tratamiento por decantación y otro biológico. Aunque en el tratamiento primario y secundario parte de los microplásticos se retira del agua, en realidad no se eliminan por completo, ya que se trasladan a los lodos. El problema es que esos lodos se usan en la agricultura o en compostaje, lo que puede volver a introducir los microplásticos en el medioambiente
P: En este contexto de problema con los microplásticos, nace en 2020 Captoplastic. ¿Qué fue lo que os motivó a crear la empresa? ¿De dónde veníais?
R: Todo comenzó cuando un grupo de investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid desarrolló una patente relacionada con una solución innovadora para capturar y controlar los microplásticos en el medioambiente, un tema de gran preocupación en todo el mundo. Esta patente captó la atención de BeAble Capital, un fondo español especializado en Deep Tech [tecnología profunda basada en ciencia básica] debido a su relevancia ambiental y a su potencial para convertirse en una tecnología disruptiva para combatir la contaminación por microplásticos. BeAble Capital no solo vio el potencial comercial de la patente, sino que también ofreció financiación y apoyo estratégico para convertir esa tecnología en una empresa. Así nació Captoplastic en 2020. En la actualidad contamos con un total de diez patentes de identificación, cuantificación y eliminación de microplásticos y somos unas quince personas. Yo soy el CEO, pero antes fui directivo de Aguas de Barcelona durante 25 años y tengo formación financiera y de gestión. A mi alrededor son todos ingenieros y químicos muy jóvenes con mucho conocimiento y conciencia medioambiental.

P: ¿En qué consiste vuestra tecnología y cómo contribuye a paliar el problema de los microplásticos?
R: Tenemos dos líneas de productos diferentes. Por un lado, nos enfocamos en la identificación, cuantificación y análisis de microplásticos en el agua y, por otro, en su captura. Para extraerlos, en primer lugar, añadimos al agua un captador magnético que se adhiere a los microplásticos de hasta una micra —otras soluciones se limitan a partículas de cinco micras o más—. A continuación, utilizamos un campo magnético para retirar el agregado. Por último, rompemos el agregado para obtener por separado los microplásticos y el captador que, de nuevo, introducimos en el sistema para repetir el proceso una y otra vez.
"Las empresas que utilizan nuestra tecnología pueden reducir su huella ambiental y eliminar más de un 80% de microplásticos"
P: ¿Por qué es innovadora vuestra tecnología en este ámbito?
R: Nuestra tecnología destaca por su simplicidad, sostenibilidad y eficiencia en comparación con otras soluciones en el mercado. Por ejemplo, los hidrociclones [equipos destinados a la separación de partículas sólidas en medios líquidos] necesitan mucha energía para lograr la fuerza centrífuga requerida para funcionar. Nuestra tecnología consume mucha menos energía. Otro sistema serían las membranas, que necesitan reemplazos frecuentes, algo que no sucede con nuestra técnica, ya que nuestro captador es reutilizable. Esto contribuye a que nuestro coste operativo sea más bajo que el de otras soluciones. Además, nuestra tecnología se puede implementar en etapas tempranas del proceso de tratamiento de aguas, evitando que los microplásticos lleguen a los lodos, algo que muchas tecnologías actuales no pueden lograr. Nuestra tecnología no solo captura microplásticos, sino que ofrece la posibilidad de reutilizarlos. Esta es una ventaja particular de nuestro sistema, que permite recuperar los microplásticos sin degradarlos: la clave de nuestra exclusividad reside en la precisión del sistema de captación y la facilidad con la que podemos separar los plásticos sin alterar su estructura. Esto abre la puerta a iniciativas de reciclaje y reutilización en aplicaciones industriales o de diseño, como paneles o mobiliario fabricado a partir de plásticos reciclados, contribuyendo así a un modelo circular.
P: ¿Cómo pueden beneficiarse las empresas de vuestra tecnología?
R: Nuestra tecnología beneficia a una amplia gama de empresas, como plantas de tratamiento de aguas urbanas e industriales, fabricantes de plásticos, la industria textil, laboratorios de análisis de agua y fabricantes de electrodomésticos. También es útil para la industria alimentaria y de bebidas que usan grandes volúmenes de agua. Todas ellas pueden eliminar hasta un 80% de microplásticos y adelantarse a futuras normativas.
P: ¿Cómo podemos prevenir que los microplásticos acaben en el agua?
R: Respecto a esto, estamos desarrollando una tecnología de plantas de captura para la lavandería industrial y otra que incorporará un mecanismo en la lavadora doméstica que capture los microplásticos antes de que lleguen a las depuradoras. En los neumáticos se podrían utilizar materiales que se degradaran menos y liberasen menos microplásticos, que con la lluvia, acaban en las depuradoras urbanas. Reducir el uso de plásticos también sería una medida importante para ayudar a disminuir su presencia en el medioambiente. No hay una única solución: es una cuestión de concienciación y de ir sustituyendo el plástico como materia prima para los múltiples usos actuales.