Ingenieras BBVA: La ciencia y la tecnología también es cosa de chicas
Claro que sí, aunque los estereotipos masculinos dominan la ciencia y la tecnología, la realidad es que estas áreas son cada vez más diversas y, poco a poco, más mujeres desempeñan trabajos técnicos. Cuatro profesionales del área de Ingeniería y Organización de BBVA ofrecen su visión para romper barreras y acercar a más jóvenes a la tecnología.
Hace unos años, e incluso en la actualidad, al hablar de informática, programación, desarrollo de software…, el primer estereotipo que se nos viene a la mente es el de 'geek': informático friki (en masculino), inteligente, con aspecto descuidado, obsesionado con la informática, con escasas habilidades sociales, autodidacta y que trabaja a todas horas.
Pero esa no es la realidad. Actualmente, sería difícil identificar los numerosos y diversos perfiles técnicos que nos podemos encontrar, por el aspecto o las características físicas.
Perfiles tan variados y diferentes, como los de las cuatro mujeres formadas en carreras técnicas que hoy trabajan en el área de Ingeniería y Organización de BBVA: Jennifer Sesmero, ingeniera informática, responsable de formación y atracción de talento en la unidad de Seguridad Corporativa; Natalia Heredia, ingeniera de telecomunicaciones, responsable de proyectos transversales de redes en Arquitectura; Berta Gómez, física y científica de datos experta en el equipo de Analitica Avanzada e Ilse Anahi Esquivel, licenciada informática, que desarrolla su actividad en el Centro de Procesamiento de Datos en México, dentro de Infraestructura y Operaciones.
Nuestras cuatro protagonistas están de acuerdo en algo: tenemos que confiar más en nosotras. “No me gusta generalizar, pero en muchos casos, las chicas tendemos un poco más al síndrome del impostor, a ser más inseguras o a pensarnos mucho más las cosas. Por el contrario, aunque existan muchas excepciones, los chicos suelen estar más seguros y se creen más capaces de lo que en algunos casos son”, comenta Berta.
"Las chicas tendemos un poco más al síndrome del impostor, a ser más inseguras o a pensarnos mucho más las cosas"
Es probable que pocas personas conozcan el papel esencial que jugaron las mujeres al inicio del desarrollo de la informática durante los años 80. A principios de 1984 el 37% de los estudiantes de informática de Estado Unidos eran mujeres. Cifras similares encontrábamos en España, con un 30% de estudiantes femeninas en 1985. Sin embargo, en décadas posteriores, se registran descensos del 12% o 15% en nuestro país, según datos de una investigación de Juan Julián Merelo y Cecilia Merelo.
“Cuando comencé Informática en 2003 en la Universidad Europea de Madrid, era la única chica en el primer curso. En cursos posteriores fuimos tres o cuatro chicas, porque algunas se reincorporaron más tarde. Gracias a eso nos hicimos muy amigas y llevamos casi 20 años de amistad” nos comenta entre risas Jennifer.
Algo parecido le pasó a Natalia: “desde que empecé Teleco, he estado en un mundo en el que éramos minoría. Aunque en ningún caso eso me condicionó. Todo lo contrario, creo que como mujeres podemos aportar un extra en el mundo científico y tecnológico, capacidades que tenemos innatas y sabemos potenciar”.
Ingenieras informáticas, de telecomunicaciones o de física
“Cambiar, no hacer siempre lo mismo, tener que estar en constante aprendizaje, hacer algo innovador que precisase de una renovación constante, eso era lo que me gustaba” nos cuenta Ilse.
A Berta, sin embargo, le inspiró su profesor de Física del instituto: “nos dijo que impartiría las clases como si de la universidad se tratase y me encantó. Me encantó tener que hacer un esfuerzo por abstraerme de todo, tener una visión general y a partir de ella, poder solucionar cualquier tipo de problema” recuerda Berta.
En la actualidad, el porcentaje de mujeres profesionales en los campos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés) se sitúa en torno al 30%, cifra similar a los inicios, aunque aún queda camino por recorrer para la equidad.
Ilse Anahi Esquivel, Natalia Heredia, Jennifer Sesmero y Berta Gómez, ingenieras de BBVA.
¿Por qué recomendarías estudiar Ciencias o Tecnología?
“El campo tecnológico ofrece muchas oportunidades”, responde Jennifer. “Más si cabe en el contexto actual. Es un sector muy amplio, hay mucho donde elegir, diferentes roles que asumir y muchas posibilidades”.
Para Berta, sin embargo, “tener una formación en ciencias me ayuda a ser capaz de afrontar casi cualquier problema. Una de las visiones de las ciencias es coger un problema grande y dividirlo en trocitos más pequeños que se puedan resolver más fácilmente. Además, también es muy común la perseverancia, si te das de bruces con algo lo vuelvas a intentar mirándolo desde otra perspectiva. Y eso, en el día a día es muy útil”.
La idea no es mostrar solo lo que nos aporta la Ciencia y la Tecnología, si no qué podemos aportar nosotros. Para Natalia “si además de los conocimientos, tienes habilidades sociales, sabes detectar fortalezas y debilidades y sacar el máximo rendimiento de cada persona, te irá muy bien. Y creo que, a las habilidades personales que cada cual pueda tener, hay que sumarles algunas innatas más propias de mujeres, como la orientación al detalle, la empatía...”.
¿Por qué está, entonces, tan extendida la idea de que en el sector científico o tecnológico predominan chicos? Y ¿qué podemos hacer para cambiar dicha idea?
“En Física, Matemáticas o Químicas, al menos en mi experiencia, hay una proporción más equitativa que en las ingenierías o la informática. Creo que desde niñas nos encontramos con obstáculos” afirma Berta.
Esta afirmación es compartida por un amplio sector de la sociedad. Como recoge José Antonio Gallego, responsable de Diversidad en BBVA en la columna de opinión ‘Mujer y STEM: un camino lleno de obstáculos’ los principales obstáculos a los que se enfrentan las mujeres son según la AAUW (American Association of University Women), asociación sin ánimo de lucro que trabaja en pro de la igualdad de género: estereotipos de género, entornos profesionales eminentemente masculinos y escasez de ‘role models’ femeninos.
Otro factor para Ilse a tener en cuenta “es la vertiente cultural “creo que la elección entre una formación u otra está fuertemente relacionada con las actividades que históricamente han desempeñado mujeres y hombres, al menos en México”, país de origen y en el que desarrolla su actividad nuestra compañera.
¿Cómo motivar a niñas y mujeres a elegir Ciencia y Tecnología?
“Nosotros desde Ciberseguridad, ya lo hacemos cuando vamos a centros formativos a hablar de la tecnología, las capacidades con las que contamos, los proyectos, la diversidad de los equipos; los planes de formación que tenemos en el banco para Ciberseguridad; les mostramos la cantidad de perfiles y posibilidades que existen, no solo financieros… Tenemos la oportunidad de vivir un momento clave, transmitiendoles nuestra ilusión y ganas. Para mí es toda una satisfacción” nos cuenta Jennifer.
"Yo tengo un hijo y una hija y lo que mejor puedo hacer por ellos, y por la sociedad en general, es no poner etiquetas, no caer en estereotipos, ni juzgar"
Ilse apuesta, porque se promueva “la curiosidad y el aprendizaje continuo, que no temamos a los cambios y seamos capaces de aprovechar todas las oportunidades que se nos ofrecen. Mi único mensaje para las chicas o mujeres que nos lean: luchen por lo que te guste, estoy segura de que conseguirán lo que se propongan, como me ha pasado a mí”.
“Yo tengo un hijo y una hija y lo que mejor puedo hacer por ellos, y por la sociedad en general, es no poner etiquetas, no caer en estereotipos, ni juzgar. ¿Quién determina qué algo es de chicos o chicas? Intento que descubran lo que más les gusta y sobre todo que no tengan miedo al error, que no vean la equivocación como algo malo, porque en la ingeniería es la clave para lograr cosas grandes” finaliza nuestra ingeniera de telecomunicaciones Natalia.
Pese a que la situación actual no es crítica, sigue existiendo una brecha de género considerable en el ámbito de la Ciencia y la Tecnología. Atraer a niñas, jóvenes y mujeres a ámbitos tecnológicos y científicos, no es solamente avanzar hacia una sociedad más equilibrada e igualitaria. Es una necesidad, un reto que tenemos que afrontar como sociedad y en el que todos jugamos un papel fundamental. La tecnología y la ciencia no pueden ser solo cosa de chicos. Conseguir más perfiles femeninos tiene que ser cosa de todos.