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Infraestructuras y edificios construidos con materiales reciclados

Diseñar y planificar una vivienda, una infraestructura o una ciudad entera para reutilizar materiales al final de su vida útil, aprovechar los materiales de obras y demoliciones como recursos, rehabilitar, desarrollar materiales más sostenibles… Son avances, pero hace falta un nuevo paradigma: reciclar la propia arquitectura para transformarla en arquitectura del reciclaje.

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Los Aprop son alojamientos temporales (cinco años de vida útil) que se construyen reaprovechando contenedores marítimos. "Totalmente acoplables a cualquier configuración, de fácil montaje, desmontaje y traslado a otro solar". Pretenden "atender la emergencia de viviendas" con soluciones habitacionales "de construcción más limpia, rápida, sostenible y adaptada a más espacios de oportunidad". Manuel Enríquez, presidente de la Asociación Sostenibilidad y Arquitectura (ASA) y socio del estudio Bye Arquitectos, pone estos Aprop como ejemplo de arquitectura que trabaja con materiales reciclados.

"Ni en la naturaleza ni en las sociedades primitivas existe el concepto de basura, es en nuestra época moderna cuando la generamos. Hemos de pasar de ese modelo lineal, de extraer recursos, fabricar, consumir y tirar, a una economía circular consistente en fabricar-usar, fabricar-usar", defiende.

"Ya en el año 25 antes de Cristo, Vitruvio hablaba de la relación de las personas con su entorno", apunta el experto. El planteamiento casi siempre fue antropocéntrico, con la naturaleza concebida como recurso al servicio de las necesidades de las personas. "Todo hasta que, a finales del siglo XIX, con la creación y el desarrollo de las grandes ciudades, aparecieron problemas de insalubridad y enfermedades".

Teoría y práctica del reciclaje

A partir de entonces el modelo comenzó cuestionarse. Décadas de tiras y aflojas entre los humanos y el medio ambiente han dado lugar a la arquitectura bioclimática, a la arquitectura sostenible, a movimientos como Passivhaus o a conceptos como la bioconstrucción. Y también a la teoría de las 3R: Reducir, Reutilizar y Reciclar, a la que se le han añadido otras dos: Repensar y Regenerar.

Este modelo está superando el clásico análisis del ciclo de vida de edificios e infraestructuras desde que se planifican hasta que dejan de cumplir su función. "Es una forma de medir que se sigue usando, pero estamos viendo que se va quedando obsoleta", afirma Enríquez, quien considera mucho más interesante el concepto “de la cuna a la cuna” como sinónimo de economía circular. En tal sentido, el experto destaca este libro escrito a medias por el arquitecto y paisajista William McDonough y el ecologista Michael Braungart.

Para Enríquez, la arquitectura del reciclaje sería aquella que lleva el concepto de economía circular en su ADN y aprovecha desde la tierra o las rocas extraídas durante la excavación o los trabajos de cimentación hasta sus restos tras su demolición. Y de eso hay poco por ahora: "Lo que existe actualmente es anecdótico, le falta bastante desarrollo", añade. No obstante, empiezan a asomar señales como "algunas normativas que obligan a pormenorizar, ya en la fase de proyecto, qué va a ocurrir con tu edificio cuando sea derrumbado", recuerda.

Materiales reciclados para la construcción

Sin embargo, el experto sí ve más frecuente que a una construcción se incorporen, cada vez en mayor proporción, materiales reciclados o con componentes reciclados.

"Esto tiene que ver con cuestiones económicas, de sellos [se refiere a certificaciones internacionales de sostenibilidad en la edificación como LEED o BREEAM] o de las normativas", apunta. Por ejemplo, se emplean ladrillos fabricados de caucho y plásticos reciclados; residuos convertidos en hormigones, áridos y otras materias primas para cimientos y nuevas infraestructuras [de todo tipo, desde carreteras y puentes a puertos, aeropuertos, presas, túneles o líneas ferroviarias]; parques y zonas de juegos que emplean neumáticos reciclados... "El principal problema son los plásticos, muy contaminantes y con una vida útil muy larga", señala.

En este contexto, muchos autores y profesionales depositan sus esperanzas en los edificios de madera como parte del futuro de la construcción sostenible, siempre que la explotación de los bosques sea estrictamente sostenible. Enríquez no se muestra tan optimista al respecto: "Por ahora, lo que hemos conseguido con el boom de la madera es hacer que se encarezca un 400%". Tampoco comparte el entusiasmo por edificios con certificación LEED que demandan mucha energía, aunque la cubran con fuentes limpias. "Un tío mío cocinero siempre dice que limpio no es el que limpia mucho sino el que ensucia poco. La idea es demandar menos energía, no ‘manchar’ mucho y luego ‘limpiar’ con placas solares", argumenta.

ArchDaily, fundado en marzo de 2008 por los chilenos David Basulto y David Assael, se presenta como el sitio web de arquitectura más leído en el mundo y aporta un ramillete de resultados recientes en cuanto a sostenibilidad en el sector. Y una constatación: "El reciclaje y la reutilización de materiales sigue ganando espacio y relevancia en la industria de la arquitectura y la construcción. Esta práctica se ha establecido como una importante alternativa a los métodos de construcción más tradicionales, ofreciendo una solución más económica y sostenible cuando se aplica conscientemente".

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Conversión del residuo en infraestructuras

El informe 'Economía circular en la edificación', recién publicado por el Green Building Council España (GBCe), apela al ecodiseño y propone eliminar la palabra “residuo” del proceso de producción y transformarlo en un recurso. "Convertir todos los recursos en nutrientes para otros ciclos, permite cerrar el ciclo y transformar un proceso de producto de lineal a circular. Además, los productos deben utilizarse durante el máximo tiempo posible y reutilizarse cuando lleguen al final de su vida útil. El modo en que se instala el producto o sistema en el edificio, su posible durabilidad y la posibilidad de su desmontaje, son aspectos a tener en cuenta también en el diseño y producción de materiales", expone.

"Actualmente, el sector de la edificación no ha sido capaz de interiorizar el modelo de edificios desmontables ni de aprovechar las ventajas económicas de la demolición selectiva, lo cual dificulta la reutilización de los componentes y convierte la mayoría de los materiales que conforman un edificio en residuos al final de su uso", apunta el informe, mientras defiende que los viejos edificios han de ser bancos de materiales para nuevas construcciones sostenibles.

Para lograr este objetivo, la arquitectura ha de integrar "soluciones que permitan un desmontaje sin residuos o diseñar mediante sistemas más que en materiales, pensar en integrar el mantenimiento en el proceso, además de aplicar productos con el mínimo impacto medioambiental y social: con menor energía embebida, pero también promoviendo empresas locales que ayudan a la economía circular de una ciudad", receta el estudio.

Transformar para construir con materiales reciclados

Esta es la máxima de los arquitectos franceses Anne Lacaton y Jean-Philippe Vassal se ve claramente aplicada en las viviendas sociales que construyeron en Burdeos en 2015: ganaron el concurso en 2011, mantuvieron los edificios existentes sin intervenciones importantes en su estructura y centraron toda su energía en expandirlos y abrirlos hacia jardines de invierno y balcones, mediante livianas estructuras metálicas.

"Gracias a esta filosofía se alzaron con el Premio Pritzker de Arquitectura 2021", tercia el arquitecto y divulgador Pedro Torrijos, autor del programa de televisión en Twitter #LaBrasaTorrijos. "A partir de 2000, los arquitectos que reciben los premios ya no son las estrellas de los años noventa, sino que hacen lo que Lacaton y Vassal: añadir algo a un edificio y reconvertirlo, reusarlo, de la manera más económica posible". Para Torrijos, se trata de un camino no solo necesario sino inevitable.

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Reciclaje de la arquitectura

"Yo, más que de arquitectura de reciclaje, hablaría de reciclaje de la arquitectura. Hay demasiados edificios e infraestructuras vacías, creo que rehabilitarlos y ocuparlos va más a favor de la sostenibilidad que emprender procesos nuevos. Siempre dentro de lo razonable, no se trata del dogma de la rehabilitación, habrá casos en los que será preferible por muchas razones, incluida la sostenibilidad, construir todo de nuevo", reflexiona Torrijos.

Enríquez coincide en este punto: "Rehabilitar es aprovechar lo que ya tenemos". El informe de GBCe arroja datos impactantes en este aspecto: por ejemplo que "en Europa existen 11 millones de viviendas vacías y medio millón están abandonadas a medio construir, a pesar de que en el continente hay cuatro millones de personas sin hogar. El 60% de las oficinas europeas no se usan, incluso en horas de trabajo, y la dispersión urbana va en aumento fragmentando los hábitats naturales".

El parque edificado tiene "un enorme potencial si se percibe como la gran fuente de materiales y espacios habitables del futuro. Ya hay un mercado consolidado de edificios existentes, aunque es indispensable que ese parque cumpla con las exigencias actuales en cuanto a salud, confort y comportamiento energético", añade Enríquez. Sin embargo, entre el 10% y el 15% de los materiales se desperdician durante el proceso de construcción y el 54% de los materiales de demolición son enviados a los vertederos, sostiene el informe de GBCe.

Son algunas de las consecuencias de la economía lineal en la que se encuentra inmerso el sector, y que Enríquez invita a curvar.