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Igualdad y equidad de género: ¿Cuáles son sus diferencias?

Igualdad y equidad son un buen termómetro para medir la justicia social. La igualdad ampara que hombres y mujeres tengan los mismos derechos, recursos y oportunidades. La equidad, por su parte, es la distribución justa de estos según las necesidades. Sin equidad no hay igualdad. El Foro Económico Mundial prevé que hacen falta más de 130 años para llegar a la paridad plena.

Con motivo del Día Internacional de la Mujer de 2023, el Foro Económico Mundial abordó en un artículo las definiciones de igualdad de género y de equidad de género. “Igualdad significa que tratamos a todos por igual: cada persona o grupo de personas recibe los mismos recursos y oportunidades”, escribió. Mientras que equidad significa que “proporcionamos recursos y oportunidades que se ajustan a las necesidades o circunstancias específicas de esa persona o grupo, y, de ese modo, podemos alcanzar un resultado igualitario”.

Desde el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) también explican que para entender la igualdad desde una perspectiva de género hay que diferenciar entre igualdad y equidad de género:

Igualdad de género: requiere que mujeres y hombres disfruten por igual de bienes, oportunidades, recursos y recompensas. Cuando existe desigualdad de género, generalmente son las mujeres las que quedan excluidas o desfavorecidas.

Equidad de género: es el proceso de ser justos con mujeres y hombres. Para garantizar la equidad, debe haber estrategias y medidas para compensar las desventajas históricas y sociales de las mujeres. Estas, les impiden operar en igualdad de condiciones respecto a los hombres. Por lo tanto, la equidad conduce a la igualdad.

Y también hay que contemplar el empoderamiento de las mujeres, un aspecto fundamental de la promoción de la igualdad de género. Se centra en identificar y corregir los desequilibrios de poder y dar a las mujeres más autonomía para gestionar sus propias vidas.

La igualdad y la equidad de género: un termómetro de la justicia social

La equidad y la igualdad son conceptos que emanan de los derechos humanos. Y un buen termómetro para medir la justicia social. Garantizan que una persona no sea discriminada por razón de género, ni tampoco por la edad, etnia o religión, según recuerda Alexandra Arévalo, responsable de Comunicación de la Fundación Friedrich Naumann en México, una organización sin ánimo de lucro que nació en Alemania.

“Equidad es un término menos conocido y utilizado que el de igualdad; a menudo, ambos pasan como sinónimos”, aporta Laura Fernández Lord, responsable de Sostenibilidad, Equidad e Inclusión en la Fundación Microfinanzas BBVA. “La equidad tiene en cuenta que hay segmentos de la población, tradicionalmente vulnerables y discriminados, a los que hay que ofrecer herramientas y acciones diferenciales, para que puedan jugar en igualdad de condiciones”, diferencia Fernández Lord. Alude a la expresión estadounidense “nivelar la cancha”, que significa dar a todos los jugadores las mismas oportunidades.

Según reconoce Arévalo, “género, igualdad y equidad son conceptos alrededor de los cuales se genera mucho ruido”. Por eso recurre a un ejemplo simple y alejado de connotaciones culturales: “En Ciudad de México estamos sufriendo ahora mismo una ola de calor. Entramos dos trabajadores a la vez en la oficina. Un compañero que ha venido corriendo y yo, que lo he hecho en mi carro. En recepción nos ponen un vaso de agua a cada uno. Para mí probablemente sea suficiente, puesto que he venido al volante; pero es muy posible que mi compañero, que ha sudado, necesite más. No es justo que los dos tengamos la misma cantidad de agua, cuando no tenemos la misma sed”.

Equidad sería ofrecer a cada empleado no el mismo número de vasos sino los que necesite en función de su sed. O darle a cada persona la bicicleta que se adapte a sus características, de manera que todos puedan montar, según el símil del Foro Económico Mundial. “La misma bicicleta no sirve para todos”, resume.

Fernández Lord argumenta ante los que se oponen a la igualdad de género que hay que hablar de brecha salarial, ascenso a puestos directivos, reparto de las tareas domésticas y de cuidados, pobreza, educación o pensiones. Ahí es donde entra la necesidad de equidad. “Reconocerla y defenderla resulta cada vez más importante para contrarrestar este tipo de mensajes”, asegura.

Buscar la igualdad de oportunidades partiendo de la premisa de que todos somos iguales podría conducir “a la exclusión en lugar de la inclusión. Para comprender la igualdad, hemos de aceptar que no somos iguales”, aclara.

“La igualdad consiste en ser iguales en estatus, derechos y oportunidades, mientras que la equidad trata de cómo llegar a ese punto mediante la justicia y la imparcialidad”, resumen los expertos del Foro Económico Mundial. “La igualdad establece las reglas básicas para crear oportunidades justas, pero necesita de la equidad para garantizar que todos puedan competir en ese terreno”, apostilla.

Por eso la equidad es tan importante para los derechos y oportunidades de las mujeres. “La igualdad de derechos de las mujeres no basta por sí sola para acabar con las desigualdades existentes”, recuerdan desde el Foro Económico Mundial. En su 'Informe Global sobre Brecha de Género 2023' asegura que, al ritmo en el que se están produciendo los progresos en igualdad y equidad, harán falta otros 131 años para alcanzar la paridad plena entre hombres y mujeres.

La Fundación Friedrich Naumann habla de la equidad en uno de los capítulos de la serie que ha dedicado a aclarar conceptos relacionados con los derechos humanos. Se trata de un video corto, que utiliza un lenguaje sencillo y un tono divulgativo. Se titula ¿Por qué debemos hablar de equidad de género?. Y concluye que “la lucha por la equidad de género es la lucha por una sociedad más justa y libre”.