Guía para evitar los errores de inversión
El mundo de la inversión ofrece cada vez más opciones para que los ahorradores puedan mover su dinero y obtener rentabilidad por él. Sin embargo, ante de iniciar cualquier movimiento, conviene informarse bien y no dejarse llevar por malos hábitos que resulten perjudiciales para la cartera.
Cuando alguien se inicia en una actividad, es fácil que cometa errores. El problema es que, a la hora de invertir dinero, los fallos se traducen en pérdidas económicas que pueden afectar a la economía personal. Por eso, antes de empezar, conviene asesorarse bien, saber cuáles son los errores más frecuentes y cómo evitarlos. Estos son los más importantes.
Comprometer el dinero que se necesita
Una de las reglas de oro de la inversión es que nunca se debe utilizar el dinero que se necesite para vivir. “Solo destine a la inversión el excedente entre sus ingresos y sus gastos comunes”, aconseja Finanzas para Todos, el portal financiero impulsado por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y el Banco de España. Por lo tanto, antes de comenzar, conviene estudiar a fondo la situación económica personal. En ese análisis es importante ver con qué ingresos se cuenta, a cuánto asciende el colchón financiero y qué gastos a corto y medio plazo se avecinan. A partir de las conclusiones que se saquen hay que establecer un plan de acción. Como recomienda Finanzas para Todos, “elimine primero las deudas por las que paga altos intereses y sanee su situación financiera actual, antes de tomar decisiones de inversión”.
No conocerse bien
Es necesario saber qué perfil de inversor se tiene y actuar en consecuencia. Según la CNMV, los inversores se clasifican, por su nivel de aversión al riesgo, en tres categorías: conservador, medio y agresivo. Antes de comprometer el dinero, hay que saber con objetividad a qué categoría se pertenece. “Un riesgo inadecuado, ya sea porque no hayamos determinado correctamente nuestro perfil, o porque conociendo nuestro perfil los productos no encajen en él, puede provocarnos más de un disgusto”, explica la CNMV. Conocerse bien en este campo, facilitará la toma de decisiones financieras, aunque hay que tener en cuenta que el perfil puede ir variando debido, “al paso del tiempo (horizonte temporal), los cambios en nuestra situación financiera y lo que nos va sucediendo (por ejemplo, una mala experiencia bursátil)”.
Otros factores personales que se deben tener en cuenta para elegir el producto adecuado son: la elección de las metas que se quieren alcanzar con la inversión y el horizonte temporal idóneo para alcanzarlas. No es lo mismo ahorrar para la jubilación que para comprar una casa dentro de unos años.
No diversificar
Diversificar es una estrategia interesante para minimizar el riesgo que, según la empresa especializada BIP Investment Properties, se puede realizar de varias formas:
- Diversificación temporal: se trata de comprar acciones de forma periódica y con pequeñas cantidades para aprovechar las fluctuaciones del mercado.
- Diversificación por sectores: cada sector tiene sus ciclos económicos, diversificar permite salvar los posibles daños que afecten a un sector determinado.
- Diversificación por empresas: si se invierte en una sola empresa se estará expuesto a sus altibajos. Sin embargo, cuando se hace con varias se podrá salvar parte del capital.
- Diversificación por divisas: es una estrategia interesante que sugiere comprar acciones de empresas internacionales que usen distintas monedas.
- Diversificación geográfica: exponer las inversiones solo a un país podría suponer un riesgo muy elevado por lo que una alternativa inteligente es acudir a otros territorios.
Seguir las modas
Las inversiones no entienden de tendencias ni pueden predecirse. Las rentabilidades históricas no son garantía de rentabilidad futura. Por lo tanto, conviene asumir que no se sabe qué va a pasar con los mercados y actuar con paciencia y responsabilidad.
Tal y como recomienda Finanzas Para Todos, “hay que evitar “comprar caro” cuando los mercados viven momentos eufóricos y “vender barato” en los momentos de crisis”. Eso sí, es necesario determinar las pérdidas que se está dispuesto a asumir y revisar el estado de las inversiones periódicamente.
No informarse adecuadamente
Hay que entender bien el producto de inversión que se va a contratar y los riesgos que conlleva. Un buen asesoramiento previo evitará disgustos en el futuro. La tecnología ha simplificado mucho esta tarea con soluciones y aplicaciones que facilitan la relación entre el asesor y el cliente. Entre ellas se encuentra, BBVA Invest, un servicio ‘online’ de BBVA que ofrece asesoramiento personalizado y propone inversiones que se ajustan a las preferencias y objetivos de cada persona, teniendo en cuenta sus circunstancias personales. De esta forma, cada inversor podrá elegir el producto más adecuado y contar con toda la información que necesite para tomar las mejores decisiones.