Falsos mitos sobre el ahorro de energía
Según el estudio realizado por IDAE y Eurostat, el 17% del consumo total de energía procede de los hogares, igual que el 25% del total del consumo de la electricidad. Además, el servicio más consumido es la calefacción, seguido de los electrodomésticos y otros aparatos hacen que nuestro gasto sea de 990 euros de media anual por vivienda.
Leyendas erróneas sobre el ahorro en el hogar
El lavavajillas consume más que lavar los platos a mano: El uso del lavavajillas puede reducir el consumo de agua hasta 30 litros por día, o lo que es lo mismo, consumen alrededor de un 9% menos de energía frente al lavado tradicional.
Evidentemente, no todo vale para conseguir estos resultados que ayudan a la sostenibilidad medioambiental y económica: el lavavajillas ha de ser de bajo consumo, ya que en ellos, podemos regular la temperatura del agua y reutilizar el calor para la fase de secado o de aclarado. Por lo tanto, si puedes adquirir uno, que sea de los de bajo consumo, enjuaga los platos antes de introducirlos, ponlo cuando esté lleno, selecciona el programa y listo.
El modo espera de los aparatos eléctricos no consume casi energía: Basándonos en el informe del IDAE y Eurostat, dejar los aparatos en modo standby supone un gasto de 231 kWh anual. Si a alguien le parece poco esta cifra, el consumo medio anual del ordenador es de 172 kWh o el consumo de un lavavajillas que es de 246 kWh. Por lo tanto, que el modo reposo consuma lo mismo o más que un ordenador, podría resultar relevante. Por ello, no nos cuesta nada apagar completamente los aparatos eléctricos, y así evitaremos esto consumo que supone casi un 5% del consumo en los hogares.
Apagar la calefacción supone un mayor gasto que dejándola a una temperatura constante: Apagar la calefacción no aumenta ni el gasto ni consumo de energía. Nada más lejos de la realidad, ya que si disminuimos la temperatura entre las 22:00 y las 06:00, horas en las que el calor se encuentra en el ambiente después de todo el día, podríamos recortar el consumo en torno a un 13%.
La vitrocerámica consume menos que la cocina eléctrica: Muchas personas al renovar su cocina han instalado una vitrocerámica porque piensan que consume menos, cuando la realidad no es así. Exactamente gastan hasta cuatro veces más que las cocinas eléctricas.
La pérdida de calor o frío por las ventanas es insignificante: Podemos pensar que en comparación con tamaño de la casa, el calor no se va a escapar por esa superficie tan reducida cuando en realidad supone un 25 y 30% de pérdidas de calefacción.
Mantener los fluorescentes encendidos gasta menos: Al dejar los fluorescentes siempre encendidos, el gasto es mucho mayor que si lo apagamos o lo encendemos según lo necesitemos. El único inconveniente que existirá al encender y apagar constantemente la luz, es que este puede dejar de funcionar más rápidamente.
Con las lámparas Led sucede totalmente lo contrario: Muchos son los que compran este tipo de lámparas convencidos de que son de bajo consumo, cuando en realidad, este bajo consumo sólo se producirá cuando una bombilla está constantemente encendida. Es decir, las lámparas Led gastan más al encenderse y apagarse que al mantenerlas.
Poner la llama de los fogones a todo gas hará que se caliente antes lo que cocinemos: Si cocinamos con gas, poner la llama del fogón al máximo no hace que la comida se haga antes, ya que habrá llamas que saldrán del recipiente, lo que supone una pérdida de calor, además de quemar la olla o la sartén. Lo que si ayuda a que la comida se haga antes será el uso de tapas, ya que permitirá que no se pierda tanto el calor.