Turismo responsable: sus retos y oportunidades
Según la Organización Mundial del Turismo (OM), este sector alcanzó -a nivel mundial- los 415 millones de viajeros en 2021. Todavía lejos de los 1.500 de 2019 (una cifra superior a la población del país más habitado del mundo, que es China), el escenario que dejó el coronavirus a partir de entonces ha obligado a abrir un paréntesis. La sostenibilidad se presenta como una oportunidad para levantar la contribución que este sector realiza al PIB mundial. El monográfico de sostenibilidad de BBVA sobre el turismo sostenible muestra las claves.
El turismo ha pasado de representar más del 10% del PIB global al 5,5%, según cifras aportadas por el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC). Unas pérdidas económicas que sufren más los países en vías de desarrollo por la falta de vacunas. Y es que la pandemia, además de incrementar la desigualdad, ha provocado menor número de viajeros y una tragedia por la pérdida de empleo en todos los continentes. Como muestra un informe de la organización Mundial de Turismo (OMT) de 2020, una de cada diez personas en el mundo se dedicaba a actividades relacionadas con el turismo. Muchas, en microempresas y pequeñas y medianas empresas (mipymes). Solo en España, cerca del 80 % de las empresas turísticas son pequeñas pymes de menos de 50 empleados. Este estudio advierte, además, que más de 100 millones de puestos de trabajo directos están en peligro. Eso sí, por poco tiempo. El WTTC prevé que a finales de 2022 estaremos a más de un 80% del nivel prepandemia. Si asumimos los desafíos, hay esperanza.
Los retos del turismo sostenible
¿Cuáles son los retos del turismo poscovid? Javier Blanco, asesor turístico y autor de ‘Antes de pulsar el botón de reinicio. Retos de la reconstrucción del turismo global tras la covid-19’, apuesta por “Extender la puesta en marcha de planes de adaptación y mitigación del cambio climático en empresas y destinos. Es importante, además, la innovación y la tecnología al servicio de un mayor equilibrio socioeconómico y ambiental en los destinos y de una mejor experiencia integral de los visitantes. Avanzar en nuevas formas de trabajo en red, donde los procesos de participación sean fuente de creación e impulso de políticas públicas transformadoras, es fundamental”.
Estamos ante una oportunidad de cambio. A nivel global, el turismo representa el tercer sector más importante en materia de exportaciones. Para la reconstrucción, la OMT propone “crear comunidades y empresas más resilientes mediante la innovación, la digitalización, la sostenibilidad y las alianzas”.
La transición hacia un nuevo turismo sostenible
Precisamente con este enfoque nace Turismo Reset, un colectivo de profesionales que se ha unido para regenerar el turismo con el objetivo común de trabajar, como afirman en su manifiesto, “por la transición hacia un nuevo paradigma socialmente equitativo ambientalmente respetuoso y económicamente sostenible”. Su presidenta, Alicia Fajardo, destaca que: “La Covid-19 ha supuesto un punto de inflexión para un sector turístico que ya se enfrentaba a grandes desafíos derivados del crecimiento exponencial experimentado durante las últimas décadas, dejando al descubierto la vulnerabilidad del actual modelo de desarrollo turístico. Nos encontramos ante la oportunidad de afrontar estos retos y transformar el desempeño de la actividad turística, impulsando la evolución hacia un sector más próspero, justo e inclusivo, trabajando en armonía con la naturaleza, y garantizando el máximo beneficio y respeto hacia las comunidades anfitrionas y los recursos de los que éstas dependen”.
Junto con este colectivo y hacia esta dirección, diversos actores y agentes relacionados con el turismo en España trabajan con varias organizaciones y grupos de investigación dentro de la iniciativa “Manifiesto Por Una Recuperación Sostenible”. De esta alianza nace la “Declaración Turismo 2030. Contribución a la Estrategia de Turismo Sostenible 2030”, una hoja de ruta que llama a la acción público-privada para “equilibrar las exigencias ecológicas y sociales con la competitividad del sector”. La apuesta por la acción climática junto con una movilidad descarbonizada, la mitigación del sobreturismo, la inclusividad social o la equidad intergeneracional y perspectiva de género son algunos de los aspectos más destacables de este decálogo.
Las alianzas entre el sector público-privado y la gestión del Fondo de Recuperación Europeo son claves para la transformación del motor económico que supone el turismo. Empresas como NH Hotel Group, Meliá Hotels International, Air Europa o Logitravel ya han dado el salto y se han unido para optar a la financiación de los fondos con proyectos colaborativos que incluyen la generación de energías renovables, el autoconsumo y la elaboración de los biocombustibles. Este plan también contempla sistemas de ‘big data’ e Inteligencia Artificial (IA). En paralelo, un consorcio impulsado por Grupo Iberostar, Barceló y Riu Hotels&Resorts ha presentado un programa para rediseñar la oferta turística. Que las pymes se unan a esta transformación y accedan también a los fondos europeos es fundamental para dar respuestas a la recuperación socioeconómica y ambiental global porque, como ha advertido la ONU, las mipymes (las micro, pequeñas y medianas empresas) son la palanca para remontar hacia una economía inclusiva y sostenible.
El turismo es un gran invento (si es sostenible)
El turismo es viajar y descubrir, pero también son las personas y los destinos que nos reciben. Conservar la biodiversidad y el medioambiente, así como usar de forma óptima los recursos que nos ofrece la naturaleza son, hoy en día, ejes esenciales. La Organización Mundial de Turismo define el turismo sostenible como: “El que tiene plenamente en cuenta las repercusiones actuales y futuras, económicas, sociales y medioambientales para satisfacer las necesidades de los visitantes, de la industria, del entorno y de las comunidades anfitrionas”.
Esta organización señala tres fundamentos para conseguir un modelo sostenible: optimizar los recursos naturales, proteger la cultura local y el reparto equitativo de ganancias. Para lograr estos objetivos, los proyectos tienen que proteger los ecosistemas y el entorno. Todo ello combinado a una demanda responsable, para que los beneficios económicos estén en sintonía con unos productos y servicios que respeten los valores tradicionales y culturales de las personas locales. Esta suma es la que ofrece el proyecto de Rusticae: un sello de calidad turística presente en Europa y América, donde el valor económico reside en lo pequeño, local y moralmente responsable, como ha explicado su cofundadora, Carlota Mateos: “El turismo se ha llegado a considerar la gran lacra del siglo XXI por el impacto tan nefasto que ha tenido en tantísimos lugares del planeta. Desde Rusticae siempre hemos apostado por un modelo de calidad versus cantidad. Un modelo que ha puesto en valor los territorios tal y como siempre fueron, que se apoya en el paisaje, en la cultura y la arquitectura regional, en una naturaleza bien preservada, y que siempre se construye en torno a las comunidades locales. En estos 26 años se ha revelado como un modelo tremendamente viable y con un fuerte impacto positivo, tanto social como medioambiental”.
Garantizar el turismo sostenible incluye que haya un equilibrio con las ganancias que se generan entre las personas que se dedican a este sector y los habitantes de los destinos. ¿Cómo se logra? Generando empleos dignos, ofreciendo facilidades para acceder a una vivienda a los trabajadores o invirtiendo en servicios sanitarios y en educación. Y para ello, nuestro compromiso de viajar de forma responsable. Macu Armisén, consejera de ECODES y directora gerente de Zaragoza Turismo hasta 2020, ha destacado que “El turismo en la sociedad poscovid es un derecho de la sociedad del bienestar, pero la visión del cliente es más exigente con el producto que quiere consumir y ha servido para sensibilizarnos con el impacto que dejamos. El informe sobre “Viajes Sostenibles” de 2021 de Booking.com revela que los clientes están más comprometidos que nunca a viajar de forma consciente. Un 60% admite que le molesta que el alojamiento elegido le impida ser sostenible, y el 49% cree que no hay suficientes opciones de viajes sostenibles disponibles en 2021”.
Promover el turismo sostenible
Actuar implica una demanda y una oferta responsable. Promover y ofrecer alternativas sostenibles no solo a los viajeros de larga distancia, sino también a los locales que redescubren las bondades de su territorio. Algunos beneficios para reducir el impacto de huella ambiental de los destinos llegarían con la mejora de la movilidad sostenible, la renaturalización, los eventos culturales sostenibles o propuestas como las que nos explica Ramón Martí y que ejecutan desde SEO/BirdLife: “Muchos de los componentes que se plantean para reorientar el actual modelo turístico (iniciativas sostenibles, grupos reducidos, turismo de proximidad, conservación de la biodiversidad, desestacionalización, uso de productos, patrimonio y recursos locales, empleo digno, etc.) están en la esencia del turismo de naturaleza”
Desde eco-union, una asociación medioambiental que trabaja para favorecer la transición hacia modelos de desarrollo sostenible del turismo, su presidente, Jérémie Fosse, ha apoyado también esta idea: “El turismo debe iniciar urgentemente su proceso de transformación hacia la sostenibilidad ambiental y social, eliminando gradualmente su impacto climático, y garantizando beneficios positivos para todos sus actores, en particular las comunidades locales, los ecosistemas y su cadena de valor”.
Unos objetivos por los que trabajan en México desde 2009 en la Red de Turismo Sustentable y Desarrollo Social, fomentando la conservación y el patrimonio natural y cultural. "En este horizonte difuso de la conservación y la economía, el verdadero ecoturismo se presenta como una oportunidad para las comunidades locales de compaginar sus actividades primarias, su cultura y sus espacios naturales, en una actividad económica con resultados promisorios", ha destacado su directora, Ixael López.
Dos de sus programas de conservación que desarrollan en La Paz están relacionados con la preservación del tiburón ballena y la ballena gris. Para ello diseñan procesos y herramientas que promuevan una visión integral del turismo, con beneficios culturales, económicos, sociales, ambientales y políticos. Además, los programas incluyen la perspectiva de género y son participativos.
Ciudadanos y turismo sostenible
La creación de un espacio de participación sobre los proyectos que implica a la sociedad en las actividades turísticas. Bajo esta idea nació La Mano del Mono, también en México, una iniciativa donde están integradas las comunidades indígenas que viven en zonas naturales protegidas y las personas que residen en las ciudades. La empresa, junto con otras fundaciones y emprendedores, forma parte del programa de apoyo del BBVA Momentum, que impulsa el turismo sostenible.
Esfera Viva es otra de ellas, en Colombia. Esta plataforma digital colaborativa, que promueve a través de la innovación las comunidades sostenibles, crea sinergias entre empresas y ciudadanos ofreciendo diversas alternativas ambientales y sociales, para atraer la inversión en la que más contribuya a fortalecer el planeta.
Este enfoque supone un avance sustancial respecto al concepto de turismo masivo y estacional que ideó el primer empresario en esta industria, Thomas Cook. Organizó su primera excursión en 1841: apenas un día, con un recorrido de 17 kilómetros para asistir a un congreso del Movimiento de la Templanza, un grupo defensor de la abstinencia del alcohol. Su visión para los negocios le permitió crear poco después una agencia de viajes donde organizó rutas internacionales y el primer viaje alrededor del mundo.