Estos son los beneficios para las pymes que apuestan por la sostenibilidad
Las pequeñas y medianas empresas crean el 50% del PIB mundial y entre el 60%-70% del empleo, además de conformar el 90% del tejido empresarial, según datos de las Naciones Unidas. Apostar por la sostenibilidad impacta en su reputación, reduce costes, sirve para innovar y ayuda a conseguir nuevos mercados. El medioambiente y la responsabilidad social es una prioridad.
¿Cuántos granos de café se utilizan cada día en Reino Unido? Sin duda, muchos: se calcula que los británicos beben unos 98 millones de tazas de café diarias, para lo que es necesaria una larga cadena de producción y transformación que va desde la recolección de los granos hasta el tratamiento de los residuos.
Para reducir el impacto medioambiental de esta cadena, la empresa Bio-bean invirtió en tecnología innovadora con la que transformar los residuos del café en biocombustible. Gracias a esta apuesta por la sostenibilidad, la empresa británica aumentó su presencia en otros mercados y ha establecido alianzas en EE. UU., China, Francia e Italia.
Emprender pensando en aplicar la economía circular a la ropa deportiva llevó a los jóvenes Esterri Peña y Paula Cerrada a crear Fitplanet. Esta marca de moda sostenible vio en la reutilización de residuos la oportunidad perfecta para crear ropa deportiva sostenible elaboradas a partir de, por ejemplo, botellas de plástico recicladas. Y no solo eso, sino que además esta firma tiene un objetivo social: dona el 10% de lo recaudado con cada una de las prendas que venden a proyectos de protección de especies en peligro de extinción. Motivos que les llevaron a convertirse en 2022 los ganadores del Premio BBVA a la Innovación en Sostenibilidad Medioambiental.
Al otro lado del Atlántico, en Bogotá, los creadores de La Huerta de Rosita mejoraron su reputación y atrajeron nuevos clientes e inversores al comercializar alimentos orgánicos provenientes de una agricultura sostenible y respetuosa con el medioambiente. Y las historias no acaban aquí: en diferentes puntos del mundo, pequeñas y medianas empresas están viendo los beneficios de apostar por la sostenibilidad.
Este es un repaso de las oportunidades que supone para las pymes implementar prácticas sostenibles, de los riesgos que conlleva no hacerlo y de algunos consejos para hacer una transición efectiva hacia la sostenibilidad.
La importancia de la sostenibilidad en las pymes
Las pequeñas y medianas empresas tienen un papel crucial en la economía de todo el mundo. De acuerdo con la ONU, representan el 50 % del producto interior bruto (PIB) y están detrás de entre el 60%-70% del empleo y del 90 % del tejido empresarial. En algunas zonas, este porcentaje es aún más alto: en América Latina supone el 99,5 % y en España, el 99,8 %.
Para estas empresas, apostar por la sostenibilidad es cada vez más importante. “En los últimos años, ha habido un cambio hacia una mayor conciencia sobre la sostenibilidad y la responsabilidad social empresarial (RSE), y las pymes no pueden ignorar esta tendencia”, explica Silvia Jiménez Crespo, directora del programa de sostenibilidad Retail en BBVA.
Según Jiménez Crespo, la sostenibilidad es cada vez más importante para los consumidores y los inversores, por lo que la implementación de prácticas sostenibles puede tener un impacto positivo en la reputación de la empresa. Además, puede ayudar a reducir costes y a mejorar la eficiencia, y convertirse en una fuente de innovación y crecimiento, ya que invita a desarrollar productos y servicios que respondan a las nuevas demandas del mercado. “Por lo tanto, la sostenibilidad debe ser una prioridad para todas las pymes que deseen tener éxito en un mundo cada vez más consciente del medioambiente y la responsabilidad social empresarial”, señala.
“Apostar por la sostenibilidad es un ‘must’, no una opción”, concuerda Elisa Aracil, doctora y profesora de Economía en Universidad Pontificia Comillas-ICADE, investigadora en el Instituto de Investigación Tecnológica (Comillas-ICAI) y directora del Observatorio de Finanzas Sostenibles. “La sostenibilidad genera resultados instrumentales para las empresas, como una mayor reputación, más lealtad del consumidor, más fortaleza de la marca y mejor atracción y retención de talento”, añade. Además, esta experta asegura que la sostenibilidad reduce la percepción del riesgo, por lo que mejora el acceso y el coste de financiación, sube el precio de las acciones y puede mitigar el efecto negativo de los incidentes corporativos, entre otros ejemplos.
Riesgos y oportunidades
Es importante que las empresas conozcan tanto los riesgos de no integrar políticas sostenibles como las oportunidades de hacerlo. “Introducir la gestión de riesgos y oportunidades de sostenibilidad en las pymes puede ser un desafío, pero también puede brindar grandes oportunidades”, señala Silvia Jiménez Crespo.
“Por un lado, las empresas pueden enfrentarse a riesgos ambientales, económicos y reputacionales si no abordan adecuadamente los problemas de sostenibilidad. Por otro lado, las que adoptan prácticas sostenibles y responsables pueden obtener beneficios como el acceso a nuevos mercados, reducción de costes y mejora de la cadena de suministro”, explica.
Unos de los riesgos principales que abordan las empresas tienen que ver con los efectos que las actividades humanas tienen en el medioambiente. Por ejemplo, la contaminación de suelos, aguas y aire; la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) que aceleran el cambio climático o la generación de residuos.
Además de tener un impacto medioambiental, estos riesgos pueden tener consecuencias financieras, legales, reputacionales y operativas para las empresas.
A los riesgos medioambientales les siguen los riesgos económicos, aquellos que impactan en la capacidad de una empresa para operar de forma sostenible y rentable a largo plazo. Entre estos riesgos destacan los cambios en la demanda, la pérdida de contratos o clientes y las multas por no cumplir con las regulaciones.
Por último, están los riesgos reputacionales, que pueden darse por incumplir leyes y regulaciones relacionadas con la sostenibilidad, gestionar de forma incorrecta la cadena de suministro, poner en riesgo el medioambiente y mostrar una ética empresarial inadecuada.
“Cualquier práctica que contradiga los valores de sostenibilidad y responsabilidad social de una empresa puede representar un riesgo reputacional importante y afectar su capacidad para atraer y retener clientes e inversores”, señala Jiménez Crespo. “Por lo tanto, es importante que las pymes adopten prácticas sostenibles y transparentes para reducir estos riesgos”.
Cuando la empresa británica Bio-bean comenzó a utilizar los restos de granos de café para fabricar biocombustible, dio un paso adelante para favorecerse de uno de los principales beneficios de apostar por la sostenibilidad: acceder a nuevos mercados y oportunidades.
Otro de los grandes beneficios es la reducción de costes gracias al uso de tecnologías sostenibles, la gestión eficaz de los residuos y la utilización de materiales sostenibles. “El uso de materiales sostenibles puede reducir los costos de producción y aumentar la eficiencia de los procesos. Estos suelen ser más duraderos y requieren menos mantenimiento que los materiales tradicionales”, explica Jiménez Crespo.
La empresa mexicana Tequila Herradura, por ejemplo, invirtió en un programa de gestión de energía y agua que redujo sus costos operativos y su huella medioambiental, y a su vez mejoró su rentabilidad y su reputación.
El tercer grupo de beneficios tiene que ver con la cadena de suministro: cada vez más grandes empresas eligen a sus proveedores teniendo en cuenta criterios sociales y medioambientales. A esto se suma la oportunidad de firmar diferentes tipos de contratos con el sector público.
Por último, pero no por ello menos importante, apostar por la sostenibilidad permite mejorar la reputación de una empresa y aumentar la confianza en la marca. Estos son algunos de los pasos para conseguirlo:
- Adoptar prácticas sostenibles en las operaciones diarias, como por ejemplo reducir el uso de recursos naturales y disminuir la cantidad de residuos.
- Ofrecer productos y servicios sostenibles, como productos orgánicos, reciclados o de comercio justo.
- Comunicar el compromiso con la sostenibilidad con transparencia y responsabilidad.
- Participar en iniciativas de sostenibilidad, patrocinar eventos ambientales o asociarse con organizaciones sin fines de lucro que apoyen la sostenibilidad.
- Obtener certificaciones de sostenibilidad, como B Corp, que mide y evalúa el desempeño social y ambiental de una empresa.
¿Y por dónde empezar? De acuerdo con Aracil, las pymes que quieren hacer sus primeros cambios para ganar en sostenibilidad deben centrarse en un aspecto concreto. “Es decir, priorizar, pero sin olvidar nunca que la sostenibilidad debe ser transversal a toda la empresa y no una cuestión de un único departamento”, explica.
Además, a la hora de seguir estos consejos y tomar decisiones estratégicas, es importante huir del ‘greenwashing’. “Para evitarlo, las pymes pueden hacer esfuerzos para medir y proporcionar datos comparables con los de los competidores y con los de la propia empresa en otros periodos temporales. También es importante explicitar objetivos que sean alcanzables y cuantificables y, si es posible, usar estándares internacionales”, concluye Aracil, directora del Observatorio de Finanzas Sostenibles.