Espacios verdes urbanos: Los parques que transformaron Barranquilla
La ONU y los científicos insisten en que mejoran la biodiversidad, mejoran la salud mental y transforman la vida de las ciudades. Barranquilla, en Colombia, decidió hace años convertirse en la urbe de los parques. En la actualidad, el 93 % de los barranquilleros vive a tan solo ocho minutos a pie de un espacio verde urbano.
A punto de desembocar en las aguas azules del mar Caribe, los últimos kilómetros del río Magdalena marcaron durante siglos la historia de Barranquilla. Por allí navegaron barcos llenos de oro, se libraron grandes batallas y se inspiraron cantantes y poetas. Hoy, sin embargo, los árboles han ganado al río como protagonistas de la vida en esta ciudad colombiana.
El proyecto ‘Todos al parque’ ha creado más de un millón y medio de metros cuadrados de parques y espacios verdes que se reparten por toda su área metropolitana. Sus árboles han mejorado el bienestar de los barranquilleros, han bajado los niveles de delincuencia y han impulsado el empleo local, además de mejorar la adaptación de la ciudad al cambio climático.
El proyecto ha conseguido, entre otras muchas cosas, que Barranquilla sea conocida hoy como la ciudad de los parques y que el World Resources Institute entregue a su alcaldía el prestigioso premio ‘Ross Center Prize for Cities’.
El nacimiento de cientos de parques
En la década del 2000, el Gobierno de Barranquilla tenía una prioridad clara: mejorar las necesidades básicas de la población con menores ingresos de la ciudad. Realizó importantes cambios en ámbitos como la sanidad, la educación y el urbanismo, y consiguió así su objetivo de hacer una ciudad más vivible y amigable.
Sin embargo, un aspecto de la ciudad empañaba los logros de su gobierno: el 90% de los barranquilleros estaba descontento con sus parques. Los motivos saltaban a la vista: Barranquilla tenía muy pocos espacios verdes y los que había apenas se utilizaban. De acuerdo con la propia alcaldía, eran sinónimo de delincuencia y desidia, no estaban cuidados y sus infraestructuras dejaban mucho que desear.
Las autoridades de Barranquilla decidieron poner fin a esta situación con esta iniciativa. Un par de décadas después, los espacios verdes han transformado la ciudad y la vida de sus habitantes: hay más de un millón y medio de metros cuadrados de parques repartidos por su área metropolitana y otros 350.000 en proyecto. Hoy, el 93 % de los barranquilleros vive a tan solo ocho minutos a pie de un espacio verde urbano.
Las ventajas de una ciudad verde
La naturaleza tiene la capacidad de transformar la vida en las ciudades. Tal y como indica la ONU, los árboles son excelentes filtros para contaminantes urbanos y partículas finas como el polvo, la suciedad o el humo del aire, ya que los atrapan en las hojas y la corteza. Pueden ayudar a enfriar el aire entre 2 y 8 º C, por lo que reducen el efecto de isla de calor urbana y la necesidad de usar ventiladores o aire acondicionado.
Además, mejoran la biodiversidad, absorben dióxido de carbono (CO2), regulan el flujo de agua y previenen las inundaciones. De este modo, señala la ONU, “una ciudad con una infraestructura verde bien planificada y administrada se vuelve más sostenible, se adapta mejor al cambio climático, reduce el riesgo de desastres y conserva los ecosistemas”.
Además, los espacios verdes mejoran la calidad de vida de sus habitantes al beneficiar su salud tanto física como mental. Su presencia aumenta las oportunidades para realizar actividades deportivas y sociales, reduce el estrés, mejora la calidad del sueño y reduce la incidencia de numerosas enfermedades. Un estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona publicado en ‘The Lancet’, señala que una de cada tres muertes atribuidas al calor en las ciudades europeas podría haberse evitado si hubiese más árboles en las calles.
Otro estudio de la misma entidad relaciona la presencia de espacios verdes con una mayor salud mental. Hace referencia a la regla 3-30-300, según la cual todas las personas deberían poder ver al menos tres árboles desde su hogar, tener un 30% de cobertura de árboles en su vecindario y no vivir a más de 300 metros del parque o espacio verde más cercano. Una regla que busca convertirse en realidad en Barranquilla.
Lo cierto es que la presencia de espacios verdes en la ciudad colombiana ha tenido otros beneficios que van más allá de la salud: dentro de los parques, los robos han disminuido y, en los barrios que los rodean, las economías locales han revivido. La conexión de las comunidades y la salud pública han mejorado, al igual que la adaptación al cambio climático.
“‘Todos al Parque’ ha revitalizado el paisaje de toda la ciudad y ha mejorado el bienestar de cada persona en Barranquilla, comenzando por quienes más lo necesitaban”, señala Ani Dasgupta, presidente y director ejecutivo de World Resources Institute. “El éxito de ‘Todos al Parque’ es un recordatorio de que los espacios verdes e inclusivos son esenciales para desarrollar la resiliencia urbana, además de crear beneficios para el clima y la biodiversidad”.