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Energía asequible y no contaminante

La aerotermia es la energ­ía almacenada en forma de calor en el aire ambiente, que se puede extraer para calentar o enfriar una casa y que permite hacer del hogar un espacio más sostenible. Los sistemas de aerotermia –más caros en la inversión inicial que las calderas de gas– reducen el consumo y las emisiones de dióxido de carbono (CO2), y utilizan una fuente inagotable de energía.

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El amoniaco verde, producido a partir de hidrógeno y nitrógenos neutros en dióxido de carbono (CO2) y obtenido a través del aire, se presenta como una alternativa al amoniaco tradicional con múltiples aplicaciones. Entre ellas, podría servir para almacenar y transportar la energía de las centrales renovables o incluso convertirse en combustible para ayudar a descarbonizar la industria naval.

Los pellets son pequeños cilindros compactados que se han posicionado como una fuente de energía limpia y sostenible, aunque también pueden ocasionar problemas medioambientales como el ocurrido con los pellets de plástico en el litoral del norte de España. Utilizados originalmente en estufas para calefacción, han evolucionado ampliando su presencia en diversas aplicaciones que van desde la generación de energía hasta su uso a nivel industrial.

BBVA ha organizado un encuentro de expertos, que siguieron más de 200 clientes empresariales, para tratar las consecuencias del conflicto entre Rusia y Ucrania en la economía global, europea y española, y los posibles escenarios a corto y medio plazo. El encuentro, moderado por el director de Empresas y Corporaciones de BBVA en España, Fernando Alonso, ha contado con la participación de la ex Ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, y el responsable de Análisis Económico de BBVA Research, Rafael Doménech. La previsión de no entrar en recesión económica o la importancia de seguir apostando por la transición energética con energías renovables para dejar atrás la dependencia energética y atraer inversión, han sido algunas de las conclusiones.

El desarrollo de las energías limpias como la solar, eólica, hidráulica y biomasa es fundamental para combatir el cambio climático y cumplir con el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 7, que aboga por una energía asequible y no contaminante. En ese propósito se encuentra la mayoría de países de América Latina, que a través del mecanismo de subastas han logrado el desarrollo de su capacidad de energía renovable.

La energía minieólica, una alternativa limpia con el medioambiente, es aquella inferior a 100 kW de potencia. En muchos casos, se utiliza como complemento de la energía fotovoltaica. Se trata de aprovechar la fuerza del viento para rebajar la factura de la luz, aunque en algunos casos –en lugares alejados de la red eléctrica general– esta solución se convierte en la única viable. Las instalaciones entre 1,5 kW y 3 kW son las más populares.

Hoy el ahorro de energía en la Ciudad BBVA es de 5.766.731 kWh al año, el equivalente al consumo de 1.900 hogares. Esto significa que el complejo gasta entre un 12% y un 15% menos que cuando se inauguró en 2015 y con ello se evita la emisión de 1.430 toneladas de CO2 anuales. Un logro que no solo se debe al equipamiento y al diseño sostenibles de las instalaciones, sino también al uso de herramientas basadas en inteligencia artificial que gestionan la energía de la forma más eficaz posible.

A la sombra de los coches eléctricos, cuya adopción crece a buen ritmo, surge otra tecnología que puede influir enormemente en la movilidad de las próximas décadas. Los coches de hidrógeno podrían ser el complemento necesario a los eléctricos, sobre todo para salvar largas distancias, pues sus depósitos permiten recorrer 800 o 1.000 kilómetros sin repostar. Pero aún hay retos que solventar para potenciar un futuro ecosistema de transporte basado en este gas a presión.