Es uno de los electrodomésticos básicos para cocinar y de los que consume más energía. Pero puede usarse con sentido común para reducir el gasto: desde elegir el tamaño adecuado para optimizar su capacidad, a tener en cuenta la etiqueta de eficiencia energética para ahorrar a largo plazo.
Consumo Electrodomésticos
Un sistema domótico es capaz de recoger información proveniente de unos sensores o entradas, procesarla y emitir órdenes a unos actuadores o salidas. Sólo es necesario una conexión a internet y una cobertura total de ‘wifi’ para que la red de control del sistema domótico, regulada por la instrucción ITC-BT-51, se integre con la red de energía eléctrica y se coordine con el resto de redes que estén conectadas a ella.
Según los expertos, una de las medidas para ahorrar energía en el hogar es la de tener la nevera a una temperatura de 4ºC y el congelador entre -18 ºC y -25 ºC. En la actualidad, y teniendo en cuenta que muchas neveras se regulan solas, es también elegir el lugar donde se coloca este electrodoméstico y optimizar el almacenamiento.
Para saber el consumo que tienen los electrodomésticos de casa hay que tener en cuenta qué elementos componen el recibo de la luz. En ese sentido, cabe destacar dos principales: el número de kilovatios (kW) que tenemos contratados y la cantidad de kilovatios hora (kWh) que se han consumido en el hogar durante un periodo de tiempo determinado.
Pero, ¿qué es la domótica? Sabemos que la domótica ayuda a que la vida en tu casa sea más cómoda, esté más automatizada, te ayude a ahorrar pero, ¿en qué consiste? “Un sistema domótico es capaz de recoger información proveniente de unos sensores o entradas, procesarla y emitir órdenes a unos actuadores o salidas. El sistema puede acceder a redes exteriores de comunicación o información”, explica la Asociación Española de Domótica e Inmótica CEDOM. El resultado es una vivienda en la que todo está programado e intercomunicado, estudiado para facilitar el confort
En el manejo de las finanzas personales existen una serie de gastos a los que es imposible escapar, ya que están ligados a elementos imprescindibles en nuestra vida cotidiana. La factura energética es uno de ellos. Electricidad, agua, gas y gasolina son los elementos que componen el gasto energético habitual de una familia y que suponen un porcentaje importante de los gastos mensuales de un hogar. De hecho, una gestión eficiente de estos recursos puede suponer la diferencia entre las deudas o el ahorro.
Según el estudio realizado por IDAE y Eurostat, el 17% del consumo total de energía procede de los hogares, igual que el 25% del total del consumo de la electricidad. Además, el servicio más consumido es la calefacción, seguido de los electrodomésticos y otros aparatos hacen que nuestro gasto sea de 990 euros de media anual por vivienda.