Embajadores BBVA: solidaridad sin paradas
Cuando un grupo de empleados de BBVA España se plantearon hacer los casi 800 kilómetros del Camino de Santiago en bicicleta, podrían haberlo hecho como casi todo el mundo: un grupo de amigos, durante una semana o más y con descansos diarios. Pero, en lugar de eso, lograron juntar a más de 150 personas y cubrir todo el recorrido en tres días sin detenerse un instante. Y todo, por una causa solidaria.
En 2016, más de un cuarto de millón de peregrinos recorrieron el Camino de Santiago en sus diferentes trayectos: desde Francia, desde Portugal, desde Cataluña e incluso desde lugares más lejanos como Madrid o Andalucía. Lo que comenzó siendo un viaje con un fundamento religioso, se ha convertido hoy en una opción turística que cada uno afronta por sus propios motivos. Javier Arias, empleado de BBVA España, lo completó el pasado mes de junio de una forma muy poco convencional. “Queríamos hacer algo que compaginase espíritu de equipo, deporte y acción social, y todo en el entorno de BBVA”.
Javier fue uno de los promotores de un proyecto que se hizo cada vez más ambicioso y que, gracias al apoyo de BBVA Asset Management, ha tenido un gran resultado: 150 niños, mujeres y hombres pedaleando sin paradas, por relevos, hasta completar los 780 kilómetros desde Roncesvalles hasta Santiago de Compostela. “Creemos que se trata de un récord, porque no tenemos constancia de que se haya hecho algo así nunca”.
Pero el verdadero logro fue más allá. Muchas personas van a poder mejorar sus vidas y tener acceso a oportunidades que hasta ahora estaban fuera de su alcance gracias a las donaciones de los participantes. Cuatro ONGs podrán llevar a cabo diferentes proyectos gracias a los más de cinco mil euros recaudados y que han sido destinados en su totalidad a otras tantas iniciativas. “El único requisito que pusimos fue que propusieran acciones concretas. Queríamos que todo el mundo supiese a qué se iba a destinar su aportación”.
Queríamos hacer algo que compaginase espíritu de equipo, deporte y acción social"
Los proyectos van desde la adquisición de tablets para proyectos de educación con jóvenes en riesgo de exclusión, hasta bicicletas especiales para personas con movilidad reducida, pasando por un campamento de verano para chicos y chicas con síndrome de Down. “Con este proyecto queríamos que también los más desfavorecidos tengan acceso a las mismas oportunidades que los demás”, explica Pablo del Palacio, otro de los organizadores, empleado de BBVA Asset Management.
Aunque los participantes “venimos cada uno de un sitio diferente”, aseguran estar unidos por una meta común. “El nexo ha sido BBVA. Lo hemos hecho empleados del Grupo, bajo su paraguas. Y, por supuesto, los proyectos de las ONGs”.
Ambición de hacer algo único
La organización de una iniciativa tan ambiciosa ha sido compleja. “Al principio, a todos nos daba un poco de respeto. Pero nos ha ofrecido la oportunidad de conocer a gente maravillosa, que se ha implicado muchísimo, que ha suplido la falta de medios con ganas, ilusión y una sonrisa”.
El nexo ha sido BBVA"
También el recorrido ha estado lleno de complicaciones, a pesar de haber sido vivido como una fiesta. En especial, en las etapas nocturnas, “a las cinco de la mañana”. Pero el resultado ha merecido la pena, como señalaban los propios representantes de las asociaciones.
Javier tiene su propia forma de medir el éxito de la iniciativa. Para él, lo importante son “la alegría y las sonrisas” de todos los participantes y de quienes van a tener acceso a una vida mejor gracias a los proyectos financiados. Ya tiene la vista puesta en el futuro. “Tengo ganas de repetir el año que viene. Estoy seguro de que vamos a ser muchos más, vamos a recaudar más dinero y vamos a pasárnoslo todavía mejor de lo que lo hemos hecho este año”, afirma entre risas.