Vino ecológico: qué es, qué tipos hay y cuáles son sus beneficios
El vino ecológico es una opción sostenible que respeta el medioambiente. Sus beneficios van desde la ausencia de químicos hasta un menor impacto ambiental. España se encuentra entre los países con mayor extensión de este producto. El consumo, sin embargo, no es demasiado elevado, aunque crece año a año. Por tanto, el mercado exterior es, por el momento, el principal atractivo.
El vino ecológico es tendencia. Sí, como si se tratara de un nuevo corte de pelo o del diseño de un pantalón. En los últimos años, y gracias a la mentalidad cada vez más sostenible de los consumidores, ha empezado a abrirse campo en la industria vinícola de España.
Particularmente, España se encuentra entre los mayores productores en extensión de viñedo ecológico y eso despierta cada vez más interés por su producción, sumidos como estamos en promover una agricultura más respetuosa con el planeta. La superficie ecológica de viñedo en España cuenta con 166.285 hectáreas en 2024, es decir, un 17,5% de la superficie ecológica nacional. En la actualidad, no para de aumentar. Las cifras son muy positivas, a pesar de que su consumo doméstico sigue siendo escaso.
¿Qué es un vino ecológico?
El vino ecológico se caracteriza por poner en práctica para su cultivo acciones sostenibles en sus distintas etapas de elaboración. Incluso en su paso por la bodega. El vino ecológico procede de uvas cultivadas ecológicamente, no se permite el uso de elementos que no sean naturales ni en los terrenos de cultivo ni en los viñedos. Los viñedos están libres de fungicidas sistémicos, pesticidas y de herbicidas químicos.
Ya en la bodega se prohíben determinadas prácticas enológicas como la concentración parcial por frío, la eliminación del dióxido de azufre mediante procedimientos físicos, el tratamiento por electrodiálisis, la desalcoholización parcial del vino y el tratamiento con intercambiadores de cationes.
El nivel máximo de sulfitos permitido es inferior al de los vinos convencionales. El máximo autorizado es 100 mg/litro para los tintos y 150 mg/litro para los blancos, frente a los 200 mg/litro que están autorizados en los vinos convencionales (blancos o tintos). El vino ecológico excluye el uso de organismos modificados genéticamente (OMG) en cualquier momento y lugar del proceso productivo.
Características de los vinos ecológicos
“Estos vinos se caracterizan por un cultivo especial y por un tiempo en barrica también con condiciones diferentes a las de los vinos que conocemos de siempre, pero lo cierto es que en boca y en nariz no se diferencian de ellos. En realidad, es más una cuestión de conciencia sostenible que de paladar. Nosotros los sumilleres no lo notamos en la descripción organoléptica, en la cata profesional. No existe una explicación técnica que los haga diferentes a los vinos no ecológicos”, explica Marcos Arreza, experto en vinos de un hotel de gran lujo en Madrid.
Para poder circular en el mercado con esta denominación es obligatorio que las botellas lleven una etiqueta que certifique su compromiso medioambiental y las prácticas sostenibles. Y esa sería prácticamente la única diferencia, además, por supuesto, de otra mucho más consistente como es la protección del medioambiente y el respeto por el planeta.
Andalucía, Aragón, Asturias y Baleares son las comunidades autónomas que lo producen en mayor cantidad. Pero, en general, estos cultivos están en toda España puesto que existe también una demanda cada vez mayor en mercados exteriores como Suecia, Alemania, Suiza, Dinamarca, Japón, EE. UU. y Canadá.
Beneficios del vino ecológico
El vino ecológico ofrece múltiples beneficios que lo distinguen de los vinos convencionales. Este tipo de vino se distingue por su respeto al medioambiente, ya que en su producción se evita el uso de pesticidas y herbicidas sintéticos, empleando únicamente abonos naturales. Esta práctica no solo protege la salud del consumidor al reducir la ingesta de residuos químicos, sino que también promueve la biodiversidad en los viñedos, creando ecosistemas más equilibrados y sostenibles.
Además, el vino ecológico contribuye al desarrollo rural y a la sostenibilidad económica. Al requerir técnicas de cultivo más manuales y una gestión cuidadosa del viñedo, se fomenta la creación de empleo en las zonas rurales y se preservan las tradiciones vitivinícolas locales. Este enfoque integral no solo beneficia al medioambiente, sino que también fortalece las comunidades locales.
Tipos de vinos ecológicos
El mundo del vino ecológico ofrece una amplia variedad de opciones que se adapta a diferentes paladares y preferencias. Entre los tipos más destacados, como en el mundo del vino convencional, se encuentran los vinos tintos, blancos y rosados, con la particularidad de ser elaborados con uvas cultivadas siguiendo prácticas agrícolas sostenibles. El vino blanco ecológico, por ejemplo, se produce a partir de variedades de uva blanca cultivadas de manera orgánica, lo que da lugar a vinos frescos y aromáticos que reflejan las características naturales de la tierra.
Además de los vinos ecológicos tradicionales, existe una categoría conocida como vinos naturales o vinos ecológicos sin sulfitos añadidos. Estos vinos se elaboran sin sumarle dióxido de azufre durante el proceso de vinificación. Es importante destacar que, aunque no se añadan sulfitos, estos pueden estar presentes de forma natural en pequeñas cantidades debido al proceso de fermentación. Los vinos sin sulfitos añadidos suelen tener perfiles organolépticos únicos y pueden variar de una botella a otra, ofreciendo una experiencia de degustación distintiva para los amantes del vino.
Diferencias entre vino ecológico y natural
Aunque los términos 'vino ecológico' y 'vino natural' a menudo se usan indistintamente, representan enfoques distintos en la viticultura. El vino ecológico se produce a partir de uvas cultivadas sin pesticidas ni fertilizantes sintéticos, siguiendo prácticas agrícolas sostenibles que promueven la biodiversidad. Durante su elaboración, se permite el uso de ciertos aditivos, como los sulfitos, aunque en cantidades más reducidas que en los vinos convencionales. estos vinos cuentan con certificaciones oficiales que garantizan el cumplimiento de normativas específicas.
Por otro lado, el vino natural va más allá en la reducción de intervenciones. Además de emplear uvas de cultivo ecológico, en la bodega no se añaden aditivos ni se realizan técnicas como la clarificación o filtración. Una característica distintiva es la ausencia de sulfitos añadidos. Esta mínima intervención puede dar lugar a vinos con perfiles organolépticos más impredecibles y una vida útil más corta, debido a la falta de conservantes.
Países líderes en viñedos ecológicos
Los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) indican un crecimiento sostenido tanto de la superficie de viñedo ecológico como del número de bodegas que elaboran vino ecológico en España. A pesar de que la viticultura ecológica sigue representando un porcentaje muy pequeño del total, España ya se encuentra entre los países con mayor extensión y cultivo de viñedos ecológicos, junto a Italia y Francia.
Solo hace falta dar un pequeño paso para habituarnos al consumo de este tipo de vinos. Si tenemos en cuenta que el sabor es similar al del vino tradicional, ¿por qué no cambiar y consumir un producto que es más sostenible y cuidadoso con el paisaje que nos rodea?