El reto de la longevidad: más años y mejor educación financiera
La sociedad no acaba de reaccionar ante el fenómeno de la longevidad y sus implicaciones en el sistema de pensiones. Ante esta situación, los expertos avisan de que, para afrontar con éxito el aumento creciente de la esperanza de vida, hace falta una revolución en todos los aspectos de la vida, tanto sociales como económicos y tener una buena educación financiera.
La longevidad es uno de los grandes retos a los que se enfrenta una sociedad que aún no es muy consciente de sus consecuencias. “La edad equivalente a los 65 años de 1900, está hoy entre los 81 y 91”, explicó durante la celebración del EduFin Summit 2018, José Antonio Herce, director asociado de Afi, presidente del Foro de Expertos del Instituto BBVA de Pensiones y miembro del Consejo Asesor del Centro para la Educación y Capacidades Financieras de BBVA. Este experto no quiso dejar pasar la ocasión de lanzar un aviso al auditorio: “Tenemos que estar atentos a las señales que nos da la vida, vamos a vivir más y tenemos que empezar a actuar y pensar en nuestro futuro”.
Históricamente, la edad del retiro a los 65 años se estableció en la Prusia del siglo XIX, cuando la esperanza de vida rondaba los 40 años: “130 años después, lo primero no ha cambiado y lo segundo se ha duplicado”. Ante una existencia más longeva, según Herce, conviene asegurar un futuro financiero sin sobresaltos: “Las vidas más largas requieren una mayor planificación financiera y mejor educación financiera”.
Pros y contras
Esta situación tiene sus ventajas. Por un lado, tal y como explica Herce, las personas pueden disfrutar de años extra de vida saludable después de su retiro. Por otro, el mercado tiene en la “generación de plata” una oportunidad para desarrollar y ofrecer nuevos productos que satisfagan las necesidades de este nicho. Sin embargo, esto implica un mayor esfuerzo a nivel formativo que no se está realizando: “Nos estamos quedando atrás en los esfuerzos educativos y de capacitación para que los ciudadanos sean plenamente conscientes de las implicaciones de la longevidad y puedan adaptarse”.
José Antonio Herce durante su intervención en el EduFin Summit 2018: "Las vidas más largas requieren una mayor planificación y mejor educación financiera”
El desafío es para todos. Según este experto, los ciudadanos deben ser conscientes de la necesidad de conseguir las herramientas necesarias para afrontar esta situación y adaptarse. En su informe “La longevidad y el ‘greyny boom’”, Herce advierte de que, “la esperanza de vida al nacer lleva incrementándose prácticamente de forma lineal a un ritmo de 2,5 meses por año en los últimos 160 años y no hay ninguna razón para esperar que disminuya a largo plazo”. En este contexto, la solución no es aplicar incentivos a favor de la fertilidad: “Aunque esas políticas ayudaran de alguna manera a financiar nuestras pensiones, este impacto tendría un recorrido muy breve y conllevaría desequilibrios mayores a largo plazo”. La propuesta de Herce pasaría por romper la barrera de los 65 años para el retiro a favor de una “jubilación mucho más flexible”.
Una revolución en todos los aspectos
En la VIII Jornada Institucional Previsión BBVA organizada por BBVA Asset Management y BBVA Seguros, se abordó el impacto que la longevidad tiene en las pensiones en todas sus vertientes, también en lo referente a la educación financiera, ante los nuevos productos que van a ir apareciendo en el mercado, y en la mentalidad de las entidades financieras: “Existe mucho margen para la innovación en este campo a través, por ejemplo, de las rentas vitalicias, pero es importante que la industria comience a enfocarse en el periodo de desacumulación del ahorro, y no tanto en el de acumulación, como ha hecho hasta ahora”, explicó Jorge Bravo, miembro del Foro de Expertos del Instituto BBVA de Pensiones.
El cambio debe afectar también a las instituciones y empresas. Un estudio realizado por Mercedes Ayuso y Robert Holzmann, miembros del Foro de Expertos del Instituto BBVA de Pensiones, explica que: “Tener una edad efectiva de jubilación cada vez mayor con el apoyo de un sistema de pensiones óptimo exigirá una transformación fundamental de las instituciones del mercado de trabajo y, esencialmente, de todas las demás instituciones sociales tal y como las conocemos”. Esto significa que hay que replantearse todos los aspectos de la vida: la educación, la forma en que se negocian los salarios, cómo se desarrolla la vida laboral y profesional, la edad de jubilación, el cuidado de la salud, etc. Sin embargo, según estos investigadores: “Sin una solución técnica satisfactoria para los planes de ingresos para las jubilaciones, no será posible resolver estos otros aspectos”.
La situación es nueva para todos y necesita que el sistema se transforme. “La industria de las pensiones debe innovar y ofrecer servicios responsables, una buena relación calidad-precio (eso es competencia) y seguridad adecuada”, explicó Herce en el EduFin Summit. Ante esta revolución, los ciudadanos necesitan reforzar su educación financiera, tener información actualizada y adaptarse. El desafío es grande pero también apasionante. Así lo expresaba Robert Holzmann, durante VIII Jornada Institucional Previsión BBVA: “El aumento de la esperanza de vida es probablemente el cambio socioeconómico más importante de la historia de la humanidad”.