El compromiso histórico de BBVA con la mujer
En 1975, España abolía el permiso marital, la autorización legal que toda mujer casada necesitaba para poder trabajar, viajar fuera del país o gestionar una propiedad. Con seis años de antelación, el Banco de Bilbao fue pionero en lanzar una campaña dirigida a las mujeres. Bajo el lema ‘¿Un banco que se preocupa por nosotras?’, tenía el objetivo de ofrecer un servicio específico con asesoramiento financiero y comercial a la mujer, que permitía realizar determinados trámites bancarios sin autorización de un tutor legal.
A finales de la década de los 70, la mujer representaba más del 50% de la población, administraba los hogares y estaba incorporándose al mercado laboral. La falta de independencia económica resultaba un bloqueo en esos primeros pasos hacia la igualdad. Una época en la que el Banco de Bilbao, origen de BBVA, estaba en plena revolución: la aparición de las tarjetas de crédito y de nuevos productos financieros inspirados en las corrientes que venían de bancos extranjeros abrieron la puerta a un tipo de cliente ignorado hasta entonces.
Banco de Bilbao tomó la delantera y lanzó en 1969 la primera campaña publicitaria dedicada a las mujeres. La documentación del Archivo Histórico de BBVA aporta datos de una campaña muy arriesgada para la época por la falta de referencias hasta ese momento. La entidad invirtió 43 millones de pesetas (aproximadamente 258.430 euros actuales), creó una revista propia, Diana, dirigida al cliente femenino y organizó el trofeo Rosa de Plata para galardonar a mujeres que destacaran en diversos ámbitos de la vida activa y profesional.
La campaña fue un éxito rotundo en dos sentidos. Por un lado, la mujer española encontró lo que necesitaba en un banco. Por otro, las cifras custodiadas en el Archivo Histórico documentan que desde que comenzó la campaña hasta abril de 1970, el Banco de Bilbao logró abrir más de 87.000 cuentas con un saldo total de más de 1.500 millones de pesetas (algo más de 9 millones de euros actuales).
El Banco de la Mujer
Respaldada por los números, la entidad creó el Banco de la Mujer, un servicio especial para atender a las mujeres cuyo cometido era el asesoramiento bancario y financiero, la apertura de cuentas o la recepción de peticiones de préstamos a empleadas. El servicio se implantó en las grandes sucursales de España desde 1973 y el personal de estas cerca de 300 oficinas estaba básicamente formado por empleadas. Hasta 1969, la presencia de la mujer en la banca fue muy anecdótica, siempre en puestos en servicios centrales y raramente de cara al público (recepcionistas, secretarias, mecanógrafas…).
Los primeros números de la revista Diana y recortes de prensa de la época reflejan ese importante impulso en la incorporación de la mujer al mercado laboral. Las revistas internas del banco realizaban además entrevistas a las primeras directoras de oficina de la entidad, con el fin de visibilizar el papel de la mujer dentro de la organización.
Imagen de la campaña de 1969 - Archivo Histórico BBVA
El Banco de la Mujer permitió fomentar las relaciones públicas, la participación de la entidad en actos en pro de la mujer e incluso se crearon clubs de inversión para mujeres. Fue tal la repercusión que alcanzó este servicio que invitaron a representantes del Banco de Bilbao a formar parte de congresos internacionales con asistentes y personalidades femeninas tan importantes como Margaret Thatcher, primera ministra del Reino Unido de 1979 a 1990.
En la senda hacia la paridad de género
El servicio del Banco de la Mujer dejó de existir a finales de la década de los 70. La entidad replanteó una estrategia que una década antes resultaba disruptiva pero que con la nueva situación política, económica y social del país necesitaba una revisión. La discriminación positiva que se planteó en un primer momento y que tuvo tanta repercusión ya no tenía sentido debido a que la mujer estaba prácticamente incorporada en todos los ámbitos laborales.
A partir de los 80, el número de empleados y empleadas comenzó a igualarse, sobre todo en los puestos intermedios. Más difícil ha sido el camino hacia la igualdad en los puestos directivos, un reto que llega hasta nuestros días.
Imagen de la campaña de 1969 - Archivo Histórico BBVA
BBVA trabaja en la actualidad en diferentes iniciativas para seguir promoviendo la igualdad y la inclusión entre su plantilla. Con un análisis cuantitativo y cualitativo adicional, la entidad ha identificado tres grandes áreas sobre las que actuar para aprovechar todo el potencial del talento femenino de la organización. La primera de ellas se centra en la eliminación de sesgos inconscientes en los procesos de selección. Para ello está siendo fundamental la aplicación de la regla de Rooney, que exige que la mitad de los candidatos finalistas para puestos internos sean mujeres. Adicionalmente, el banco ha mejorado la redacción de las ofertas de empleo, utilizando un lenguaje inclusivo.
Visibilizar el talento femenino es el segundo de los puntos estratégicos de BBVA, acompañando a las mujeres que tienen un mayor potencial en la organización para facilitar su promoción a puestos de mayor responsabilidad. La última línea de trabajo en materia de género se denomina igualar el campo de juego y consiste en una serie de iniciativas que están ayudando a equilibrar las oportunidades profesionales de hombres y mujeres. En este punto destaca el programa ‘Trabaja mejor. Disfruta tu vida’, con importantes medidas en materia de conciliación laboral y la productividad. Buenas prácticas para lograr un uso eficiente del tiempo de trabajo, medidas en cuanto a la desconexión digital o el cierre de las sedes corporativas del banco en España a partir de las 19 horas, son solo algunas de las acciones aplicadas.