El alga color café que cubre las playas: ¿Qué es el sargazo y cuáles son sus consecuencias?
Mientras flote en el mar, no hay problema. Es al acumularse en las playas cuando este alga impacta en la biodiversidad: huele mal y afecta a la supervivencia de especies marinas. Por contra, las propiedades del sargazo pueden aprovecharse para producir alimentos, fármacos o biocombustibles.
El mar de los Sargazos es un territorio impredecible, sin fronteras definidas, que cambia de tamaño y de ubicación en función del rumbo de las grandes corrientes del océano. Allí, entre las algas que han temido los navegantes a lo largo de tantos siglos, nacen y mueren las anguilas –aunque no sepamos por qué– y conviven muchos otros animales, desde tortugas bobas hasta peces sapo.
Sin embargo, cuando las algas pardas que dan nombre a este mar se desplazan flotando hasta la costa y terminan cubriendo las playas, generan muchos problemas medioambientales, económicos y sociales.
El término sargazo se refiere a un género de macroalgas (Sargassum) del que existen más de 350 especies. La mayoría son bénticas (están ligadas al fondo marino), pero hay dos que, gracias a sus vesículas de gas, pasan toda su vida flotando, sin necesidad de estar arraigadas al suelo. Estas se conocen como sargazo pelágico y se distribuyen en zonas tropicales y templadas.
Históricamente, su mayor acumulación se centraba en el mar de los Sargazos (en el Atlántico septentrional). Este mar forma es un ecosistema único, clave en la migración de animales como peces, ballenas y tortugas, que ofrece alimento a numerosas especies y también permite a otras como crustáceos y moluscos esconderse de sus depredadores. Es, también, el lugar al que las anguilas europeas y americanas acuden a desovar.
“En el mar de los Sargazos, el sargazo pelágico forma un ecosistema muy importante. Es como una especie de oasis en el desierto en el que cientos de especies encuentran refugio, zonas de alimentación y crianza”, explica Rosa Elisa Rodríguez, académica en el Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
“Mientras el sargazo flote en el mar, va a seguir cumpliendo estas funciones. El problema se da cuando está cerca de la costa y se acumula en las playas”, añade. En los últimos años, el sargazo se ha ido desplazando hacia el Atlántico tropical y ha ido recalando en las costas, desde África hasta el Golfo de México, pasando por todo el Caribe, formando lo que ahora se conoce como el Gran Cinturón de Sargazo del Atlántico.
El principal problema para las zonas costeras es que se acumula en grandes cantidades. El sargazo es un alga que crece a gran velocidad: en las condiciones adecuadas, puede llegar a duplicar su masa en tan solo 20 días.
¿Qué pasa si hay sargazo en las playas?
Al acumularse en las playas, el sargazo se descompone, generando numerosos problemas medioambientales, económicos y sociales. Los más perceptibles tienen que ver con nuestros sentidos: las algas empiezan a oler mal al descomponerse, y cambian el color del paisaje.
Al cubrir las aguas costeras, impiden que la luz se filtre al fondo marino, de forma que los corales y otras algas no consiguen hacer la fotosíntesis. Además, cuando los sargazos se descomponen consumen grandes cantidades de oxígeno, causando anoxia y a su vez emitiendo gases tóxicos (como el ácido sulfhídrico y el metano). Todo esto afecta a la biodiversidad y genera una cadena de consecuencias que influyen en la supervivencia de numerosas especies.
A su vez, la presencia de sargazo genera problemas de salud en las poblaciones humanas que viven en las costas, a los que se suman las consecuencias económicas. “Los turistas ya no encuentran arena blanca, sino playas de color café con malos olores. Los líquidos que se van generando por la descomposición de las algas llegan al mar y las aguas del Caribe, cristalinas, dejan de serlo. Esto impacta en la economía”, explica Rodríguez.
Los primeros casos de grandes acumulaciones de sargazo en las costas tropicales se dieron en 2011. Desde entonces, se han registrado eventos masivos en las costas del Caribe casi todas las primaveras y veranos. De acuerdo con el Satellite-based Sargassum Watch System (SaWs), un sistema creado por el Optical Oceanography Laboratory de la Universidad del Sur de la Florida para analizar y estudiar este fenómeno, también se han dado en EE. UU., en el norte de Brasil, en Centroamérica y en África occidental.
De acuerdo con la profesora de la UNAM, el coste de la limpieza de sargazo para el Caribe mexicano puede fluctuar entre 300.000 dólares y 1,5 millones de dólares al año por kilómetro de playa. En esta cantidad se incluye el coste de contratar trabajadores, de la compra o el alquiler de maquinaria y del transporte de sargazo.
El origen del problema: del cambio climático a la eutrofización
Algunos estudios científicos sugieren que, en el inicio de la década de 2010, vientos atípicos llevaron las algas del mar de los Sargazos hasta la zona del Atlántico tropical. “Allí se encontraron con unas condiciones muy particulares de agua cálida y una gran cantidad de nutrientes, por lo que empezaron a crecer muy rápidamente”, explica Rodríguez, para señalar las principales causas del problema: el cambio climático y la eutrofización.
Los cambios en las corrientes oceánicas por el derretimiento de los polos y los glaciares y el aumento de la temperatura atmosférica, así como el exceso de nutrientes en los océanos debido a los vertidos de las industrias y de la agricultura en los grandes ríos, están haciendo que el fenómeno se vuelva cada vez más común.
Al igual que otros tantos problemas relacionados con el cambio climático y la contaminación, se espera que la cantidad de sargazo que llega a las costas pueda aumentar en los próximos años. “Todo apunta a un incremento en la biomasa que llega y en el periodo de tiempo en el que lo hace. Este año empezó a llegar a finales de enero, por lo que yo calculo que la temporada va a durar unos 10 meses”, señala Rodríguez.
La reutilización del sargazo, una solución
Las opciones para acabar con el problema del sargazo o reducir el impacto de sus consecuencias pasan por mitigar el cambio climático, reduciendo o eliminando totalmente las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que lanzamos a la atmósfera. Pero, además, existen opciones para mejorar la adaptación de los ecosistemas y las sociedades a esta nueva realidad.
De acuerdo con el Optical Oceanography Laboratory, monitorear la distribución y la abundancia de sargazo en el océano puede ayudar a pronosticar los eventos de varamiento y permitir a las comunidades anticiparse. El Reef Resilience Network, por otro lado, señala que las opciones de manejo pasan por limpiar las playas manualmente o con maquinaria, o crear redes de barrera para recolectarlas en el mar y evitar que se acumulen en la costa.
Además, el sargazo es un alga rica en nutrientes, polisacáridos, ácidos grasos y aminoácidos, entre otros, que puede utilizarse para crear productos alimenticios y farmacéuticos, biocombustibles y fertilizantes. La iniciativa Sargazo Global, por ejemplo, ha identificado compuestos químicos del alga que funcionan como sustitutos a ingredientes y componentes utilizados en los sectores de la agricultura, la farmacia y la construcción.
“Sin embargo, actualmente el aprovechamiento del sargazo es mínimo y la mayoría termina como residuo”, añade Rodríguez. “Para convertir el problema en una solución es necesario que haya mayor apoyo a la investigación y a las empresas interesadas en valorizar el sargazo. Además, es necesario que exista legislación que brinde certeza jurídica a estas empresas”.
Durante siglos, el sargazo ha condicionado las rutas de los navegantes y la vida de animales tan enigmáticos como las anguilas, que tras una larga vida recorren miles de kilómetros para regresar al mar de los Sargazos, reproducirse y morir. Hoy, el destino de estas algas está cambiando debido a la acción del ser humano. Pero puede que, en un futuro, se encuentre una vía para hacer un uso sostenible de esta alga y conseguir que los beneficios vuelvan a tener más fuerza que los inconvenientes.
Con el objetivo de buscar soluciones para reducir la problemática del sargazo, BBVA México ha lanzando el Primer Reto Nacional de Sostenibilidad en la lucha contra el sargazo. Una iniciativa con la que se pretende impulsar proyectos de investigación y desarrollo tecnológico que ofrezcan soluciones para mitigar el impacto de esta alga.