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Infraestructuras 26 feb 2025

Ejemplos de infraestructuras sostenibles que cambian vidas

La escalera de la Comuna 13 de Medellín, el TransMilenio de Bogotá o El Botánico de Buenos Aires como refugio climático son tres ejemplos de cómo las infraestructuras sostenibles pueden ayudar a reducir las desigualdades y mejorar la vida de las personas. En este nuevo monográfico de BBVA podrás conocer más infraestructuras capaces de multiplicar las oportunidades de la población, mejorar la competitividad del país e impactar positivamente en la creación de oportunidades.

Ejemplos de infraestructuras sostenibles que cambian vidas

Las infraestructuras sostenibles son esenciales para satisfacer las necesidades actuales y construir un futuro equitativo y próspero. Abordan desafíos como movilidad, accesibilidad, energía y servicios básicos de manera sostenible. También mejoran la calidad de vida y promueven el desarrollo económico y social a largo plazo.

Simultáneamente, estas infraestructuras son cruciales para mitigar los impactos ambientales y avanzar hacia un modelo de desarrollo más respetuoso con los recursos naturales. La inversión en proyectos que incorporen principios de sostenibilidad es esencial para impulsar un cambio positivo a nivel global, creando una sociedad más justa, resiliente y en armonía con el planeta.

Cambiar el mundo con una escalera: el caso de la Columna 13 de Medellín

Los paisas, como se conoce a los habitantes de la región colombiana de Antioquía, conocen de primera mano el poder transformador de una escalera, de un camino, de una biblioteca… En definitiva, el poder que tienen las infraestructuras socialmente sostenibles de mejorar la vida de las personas. 

Gracias a todas ellas, Medellín, la capital regional, pasó de ser una ciudad desigual y segregada, golpeada por el conflicto armado y el narcotráfico, a convertirse en un ejemplo de inclusión y desarrollo social para toda América Latina. Y no hay mejor imagen para ilustrar que las escaleras mecánicas de la Columna 13.

La también llamada Comuna San Javier, una de las 16 áreas en las que se divide Medellín,  fue durante décadas un corredor de drogas y armas, donde la población convivía a diario con la violencia. En 2011, el gobierno local construyó las primeras escaleras eléctricas para conectar los barrios de la comuna entre sí con el resto de la ciudad. Poco después llegaron viaductos y balcones, nuevas calles en las escarpadas laderas del distrito, la red de teleféricos de Medellín, conocida como metrocable, y los nuevos jardines y bibliotecas.

Ejemplos de infraestructuras sostenibles que cambian vidas

De acuerdo con la alcaldía de la ciudad, todas las actuaciones, y las escaleras mecánicas en particular, han mejorado la movilidad, facilitando el acceso a las partes más altas de la comuna 13; han contribuido a reducir la violencia; han generado nuevas oportunidades económicas, empoderando a la comunidad local; han mejorado la calidad de vida de la población y han reconstruido el tejido social de San Javier. Este es el objetivo final de las infraestructuras socialmente sostenibles: mejorar la vida de las personas.

Mejorar la movilidad acerca personas y vidas

La primera vez que Enrique Peñalosa llegó a la alcaldía de Bogotá, lo hizo con una agenda urbana muy clara, insistiendo en que la ciudad estaba fracturada por la falta de espacios públicos y una infraestructura de transportes demasiado centrada en el coche particular. Se propuso cambiar ese legado, pero hacerlo sin grandes aspavientos.

Apoyándose en el plan ideado por su antecesor y rival político, Antanas Mockus, bautizado como ‘Por la Bogotá que queremos’, Peñalosa puso en marcha iniciativas aparentemente sencillas como el ‘Día sin carro’ (24 horas al año en las que ningún coche privado circula en la capital colombiana) o el refuerzo de la ciclovía (una red de calles que cierra al tráfico todos los domingos y festivos). Pero, si una actuación ha trascendido su mandato y cambiado la ciudad, esa es la del TransMilenio.

Bogotá necesitaba un sistema de transporte colectivo rápido, pero no tenía capacidad económica para implementar una red de metro o de tranvía. Así que, inspirándose en los casos de éxito de Curitiba (Brasil) y Quito (Ecuador), se construyó un sistema de autobús de tránsito rápido o metrobus, con carriles segregados exclusivos. Igual que un metro, pero en superficie y sin necesidad de hacer grandes gastos en la flota de transporte urbano.

Ejemplos de infraestructuras sostenibles que cambian vidas

El principal efecto inmediato fue que la mayor parte de la población de Bogotá, que hasta entonces apenas había tenido acceso a un servicio de transporte público de calidad, pudo empezar a moverse a otros puntos de la urbe colombiana de forma rápida, segura y barata. Así lo resume un estudio de evaluación del TransMilenio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) efectuado pocos años después de la entrada en vigor del sistema.

De acuerdo con un informe más reciente de la University of Americas, el TransMilenio ha mejorado la accesibilidad del transporte público en Bogotá, la seguridad vial, el confort de los usuarios del sistema y la atractividad del transporte colectivo, reforzando la identidad colectiva de la ciudad y la cohesión social.

El poder de las energías renovables

El cambio climático aparece señalado, a menudo, como un problema ambiental. En gran medida lo es, pero, en realidad, sus mayores riesgos son de carácter económico y social. De acuerdo con el Banco Mundial, este tiene implicaciones serias en la salud, la seguridad alimentaria e hídrica, las migraciones y los desplazamientos forzados. También en los conflictos o la pérdida de identidad cultural de miles de millones de personas y, en especial, de las comunidades más vulnerables.

Las soluciones frente al cambio climático pasan en gran medida por la transformación de nuestra matriz energética y el abandono de los combustibles fósiles, una transición que en ningún otro país de América Latina cobra tanta fuerza como en Chile. El país ha sido denominado por Forbes como el decimocuarto mejor lugar del mundo para invertir en energías renovables, gracias a unas condiciones únicas y al decidido apoyo desde la administración pública.

Ejemplos de infraestructuras sostenibles que cambian vidas

Un ejemplo de este atractivo está en la compra del 49 % de Chile Renovables por parte del grupo Global Infrastructure Partners (GIP), una operación premiada en los 2022 Project & Infrastructure Awards de Latin Finance. El objetivo directo de esta inversión, valorada en cerca de 500 millones de dólares, es multiplicar la capacidad de generación y almacenamiento de energías renovables del país, pero también tiene implicaciones directas a nivel social.

De acuerdo con una evaluación de los beneficios de las renovables publicada en 2023, la implementación de plantas de energía fotovoltaica, eólica e hidráulica, así como de sistemas de almacenamiento y fábricas de baterías, tiene un gran potencial de generación de empleo local, reducción de la pobreza, mitigación de los peores efectos del cambio climático, refuerzo de la seguridad energética y mejora de la calidad del aire y, por tanto, de la salud.

Refugios climáticos para todos

Entre noviembre de 2022 y marzo de 2023, en pleno verano austral, Argentina sufrió 10 olas de calor extremo prácticamente consecutivas. Fue entonces cuando la ciudad de Buenos Aires miró hacia el Jardín Botánico Carlos Thays (conocido simplemente como El Botánico) en busca de protección. En aquellos días, este gran parque centenario, en cuyo interior la temperatura es, de media, 4,8 °C más baja que la de sus alrededores, se convirtió en el primer refugio climático de Buenos Aires.

El caso argentino no es único. Las temperaturas extremas vividas en todo el mundo en la última década han multiplicado las iniciativas de refugios climáticos alrededor del globo. Se trata de zonas naturales o urbanas que ofrecen unas condiciones ambientales benignas y que sirven para protegerse durante un evento climático o meteorológico desfavorable. En su interior, también, la sostenibilidad social y la inclusión tienen un papel relevante.

Desde un punto de vista sanitario, los mayores, los niños y las personas con enfermedades preexistentes son los grupos más vulnerables al calor extremo. Pero hay otros colectivos que sufren las altas temperaturas de forma excepcional porque, precisamente, no tienen cómo protegerse de ellas. Por ejemplo, los residentes de bajos ingresos y los migrantes tienden a vivir en las áreas más pobres de la ciudad, con menos vegetación, más cálidas y con edificios peor aislados.

Ejemplos de infraestructuras sostenibles que cambian vidas

Las necesidades de estos y otros grupos vulnerables no siempre se tienen en cuenta. Según un estudio de campo de Human Rights Watch en la comunidad autónoma de Andalucía, España, muchos refugios climáticos no son usados por las personas que más los necesitan por la falta de accesibilidad y de información. Pero esto cambia si las redes de protección se diseñan con un enfoque socioeconómico inclusivo, que tiene en cuenta las necesidades de los más vulnerables.

Garantizar la salud de los más vulnerables

Enclavado en la costa nordeste de Brasil, Sergipe es el estado menos extenso y uno de los menos poblados del país. Con una economía basada fuertemente en el sector primario (y, sobre todo, en el cultivo de caña de azúcar), Sergipe es también el quinto estado de los 26 que forman Brasil con mayor índice de pobreza. Allí, casi una de cada dos familias vive con menos de 100 dólares al mes, de acuerdo con el Instituto de Movilidad y Desarrollo Social del país. Es en lugares como Sergipe donde garantizar el acceso a servicios públicos puede marcar la mayor diferencia.

En este estado brasileño, el 84 % de la población depende en exclusiva de la sanidad pública (el 100 % si atendemos solo al segmento más vulnerable). Para mejorar los servicios sanitarios, el Banco Interamericano de Desarrollo aprobó hace un año un préstamo de 36 millones de dólares que está apoyando la compra de materiales para el hospital oncológico que se está construyendo en Sergipe, la construcción de una maternidad para embarazos de alto riesgo y las reformas del hospital infantil, el Laboratorio Central de Salud Pública, el Centro de Atención Diagnóstica por Imagen y la escuela de salud pública.

El préstamo también servirá para reforzar el servicio público de salud de Sergipe a través de la adquisición de ambulancias y equipos para los centros de salud y las maternidades del estado, así como para avanzar en la transformación digital de los servicios sanitarios con la compra de equipos informáticos y software y un sistema de registro electrónico de salud interoperable o el desarrollo de un portal web de pacientes, profesionales y gestores, entre otros aspectos.

Reduciendo la desigualdad desde el principio

La llamada primera infancia, que cubre los primeros años de vida de los niños, es uno de los periodos más adecuados para potenciar y estimular sus habilidades, capacidades y destrezas, así como para prestar atención a su desarrollo físico y motor. De acuerdo con la ONG Acción contra el hambre, la atención integral en la infancia contribuye a disminuir la desigualdad social, favorecer los procesos sociales y culturales y generar una elevada rentabilidad económica en el futuro. Por eso, casos como el de Uruguay sirven de ejemplo para el mundo.

La atención integral en la infancia contribuye a disminuir la desigualdad social

Desde 1988, el país sudamericano ha ido construyendo una red de Centros de Atención a la Infancia y a la Familia (CAIF) con el objetivo de garantizar la protección de los derechos de las niñas y niños desde su concepción hasta los tres años y en especial de aquellos menores más vulnerables. Los centros cubren desde la atención durante la gestación hasta una serie de refuerzos pedagógicos para los niños de más edad. A lo largo de los años, su cobertura no ha dejado de ampliarse.

El Banco de desarrollo de América Latina y el Caribe acaba de aprobar un préstamo de 300 millones de dólares para reforzar los programas sociales de Uruguay. Este préstamo cubrirá, entre otras cosas, la expansión de los centros CAIF y los centros de enseñanza de tiempo extendido para el nivel secundario, así como el fortalecimiento de los programas de becas educativas y acompañamiento familiar para mujeres embarazadas y familias en situación de vulnerabilidad.