Dispositivos y hábitos para reducir el consumo de agua
La incorporación de hábitos sostenibles a las rutinas diarias y la adopción de medidas para eficientar el agua, ayudan a disminuir los gases de efecto invernadero (GEI) favoreciendo al medioambiente. BBVA ha elaborado un monográfico que te servirá como guía para tomar conciencia del impacto que ejercemos sobre el planeta y de la importancia de pasar a la acción para impulsar la sostenibilidad.
Comienza la semana. Te despiertas y en lo primero que piensas es en todo lo que tienes que hacer. Mientras ordenas las ideas y organizas mentalmente todas las tareas, vas al baño, tiras de la cadena y te lavas las manos. Ya has gastado los primeros 20 litros de agua que se usan cada vez que utilizamos el inodoro, algo a lo que en más de la mitad del mundo no hay acceso. 1 de cada 4 personas no tiene agua potable, alrededor de 2.000 millones de personas, y casi el doble no cuenta con servicios de saneamiento de forma segura.
¿Sabías que el inodoro es el responsable del 21% del consumo doméstico del agua? Con un sistema de doble descarga o de interrupción en las cisternas se puede ahorrar hasta el 60%, y más si no lo convertimos en papelera. Otra alternativa es almacenar el agua que sale de la ducha hasta que sale caliente y usarla aquí. En países como España, se consume una media de 133 litros de agua al día. Muchos más de los 90 diarios recomendados para tener un consumo eficiente.
Después de quitarte litros para alcanzar esta cifra, a la vez que piensas en contestar un par de emails, miras nuevos WhatsApps y lees las noticias, te refrescas la cara. Estas acciones, que pueden resultar tan habituales, no lo son para cerca del 29% de la población mundial, que no dispone de instalaciones básicas para lavarse las manos con agua y jabón en casa. Unos datos que corren el riesgo de ir en aumento a causa del cambio climático. Y es que, tal y como ha explicado la experta de este recurso Elena López Gunn –que además es una de las autoras del informe del IPCC y CEO de ICATLIST- todos los impactos de la actual emergencia climática están relacionados con el agua: sequías, inundaciones, olas de calor… Para adaptarse a estos fenómenos, e incluso mitigarlos, añade que las alianzas público-privadas son cruciales. Pero también podemos hacer mucho a título individual.
Lavándonos las manos, la cara, los dientes, duchándonos o fregando podemos reducir el gasto de este recurso hasta un 50%. ¿Cómo? Con los dispositivos ahorradores de agua en los grifos y duchas. Tienen un precio asequible y, además de usar menos agua, permiten un ahorro en la factura. Todo lo que implique abrir un grifo supone más de la mitad del total de agua consumida en el hogar.
En este sentido, la Comunidad #PorElClima, la iniciativa que promueve la acción climática en los distintos sectores de la sociedad recomienda estos dispositivos para reducir el agua:
- Los reductores de caudal. Se instalan en las tuberías de las duchas o lavabos. Este mecanismo posibilita fijar el consumo y pasar de los 15 litros por minuto a los 8 en los grifos, y de 20 a los 10 litros por minuto en una ducha.
- Aireadores en los grifos, que permiten un ahorro en el consumo de hasta un 40%
- Grifos termostáticos. Ahorran cinco litros de agua para conseguir la temperatura adecuada.
Con toda esta información y aplicando algunas de estas soluciones, ya estás en el camino del cambio. ¡Pero todavía puedes hacer más! Con la decisión de ducharnos en vez de bañarnos, consumimos hasta cinco veces menos agua y energía. Lo recomendable son 5 minutos como máximo. En este tiempo requerimos 100 litros, 50 si usamos un reductor de caudal, mucho menos de la mitad de lo que supone un baño. Esto, sumado a cerrar el grifo cuando nos enjabonamos, se traduce en un ahorro de más de 70.000 litros de agua al año. Una práctica que también debemos emplear al lavarnos los dientes: ganamos otros 6 litros de agua por minuto si cerramos el grifo hasta que nos enjuagamos.
La educación, el aprendizaje y la divulgación son claves en todo este proceso de cambio de hábitos. Campañas como las que impulsa la empresa encargada de proveer los servicios de agua y cloacas para la Ciudad de Buenos Aires, AySA, con ‘Lo bueno del agua llega’ o ‘Activá!’, pretenden concienciar a la ciudadanía y generar una modificación de costumbres. Dentro del marco del proyecto ‘El agua nos une’, la alianza público-privada de Suizagua Chile lidera el uso eficiente del agua trabajando con diferentes comunidades de Colombia, Brasil, México, Perú y Chile. Ahí, universidades, empresas y el propio Gobierno trabajan en soluciones innovadoras para combatir la crisis hídrica que atraviesan con la Fundación Ingeniería sin Fronteras Chile (ISF).
En España, el proyecto educativo y de sensibilización ambiental desarrollado por FACSA, a través de la innovación pedagógica, enseña también la importancia de hacer un uso responsable del agua.
Esta dimensión sagrada de este recurso que en muchas religiones significa liberación, purificación y abundancia, Antoine de Saint-Exupéry la reflejó a través de las líneas de ‘El Principito’ describiendo el agua como bien esencial y necesario.
¿Has oído hablar de Turkmenistán, en Asia Central? Es el país donde más agua se extrae por habitante. Le siguen Irak y Chile. Este dato se obtiene de la tasa de agua extraída de la agricultura, la industria y el consumo municipal. Más del 70% de su uso está destinado a la agricultura. La participación ciudadana para recortar este gasto también es importante. Medidas como las que proponen diferentes proyectos de la organización WWF favorecen “el agua del futuro”.
Mientras piensas e integras nuevas prácticas a las que ya aplicabas, la alarma del móvil, el reloj o tu intuición, te indican que ya han pasado los cinco minutos que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) y diferentes dermatólogos para no malgastar agua ni deshidratarnos la piel.
Tras secarte, miras el tiempo que hace y eliges qué te vas a poner. Cambiar el modo de consumo también se extiende a la elección de la ropa. Intercambiarla con tu gente si todavía se puede usar y comprar menos, pero de mayor calidad y, sobre todo, sostenible, es clave para el planeta. El sector textil es el responsable de aproximadamente el 20% de la contaminación mundial de agua potable. La UE estima que fabricar una camiseta de algodón requiere 2.700 litros de agua, la misma cantidad que una persona bebe en dos años y medio.