De tu ‘smartphone’ al plato: las 7 mejores ‘apps’ para reducir el desperdicio alimentario
Las aplicaciones móviles son herramientas eficaces para luchar contra el desperdicio alimentario. Conectan a comercios con consumidores, enseñan a planificar comidas, promueven intercambios y donaciones de productos entre vecinos o permiten comprar directamente a los productores. Estas son las aplicaciones móviles más utilizadas.
Hace exactamente 30 años, una empresa danesa lanzó su Hagenuk MT-2000. Este teléfono móvil pasó a la historia por incluir, por primera vez, una opción para jugar al Tetris. Tres años después, Nokia incluyó en sus teléfonos el videojuego Snake. Y ahí sí comenzó una revolución que continúa hasta hoy.
Las aplicaciones móviles han transformado la forma en que vivimos y entendemos el mundo. Nos permiten jugar, pero también orientarnos en una nueva ciudad, comunicarnos, informarnos, comprar, vender, aprender y hasta contribuir a poner fin a muchos de los problemas medioambientales y sociales de nuestro tiempo. Un buen ejemplo lo tenemos en la lucha por acabar con el desperdicio alimentario.
En las últimas décadas, han surgido diferentes aplicaciones que buscan que los alimentos que llegan a nuestras tiendas y nuestros platos no terminen en la basura. Suponen una herramienta muy poderosa para poner en contacto a vendedores y consumidores, pero también para generar concienciación, favorecer la economía circular y compartir ideas para aprovechar los alimentos al máximo.
Tecnología para conectar y concienciar del desperdicio alimentario
El problema del desperdicio alimentario involucra diferentes áreas. Entran en juego los sistemas de producción, de distribución y de venta, así como la acción de los consumidores. Por ello, para ponerle remedio y encontrar soluciones alternativas, es importante conectar los diferentes eslabones de la cadena. Y ahí es donde cobran importancia las aplicaciones.
“El hecho de que haya ‘apps’ para evitar el desperdicio alimentario supone que contemos con herramientas ágiles para que el pequeño comercio pueda gestionar este problema”, explica Enrique de Miguel, cofundador de Coometas, una empresa de acción social que busca digitalizar el sector de la ayuda alimentaria para ofrecer soluciones a personas en situación de vulnerabilidad y que está detrás de Encantado de comerte, una aplicación orientada a salvar lotes de alimentos que los comercios no han logrado vender a lo largo del día.
“Antes de que existiesen este tipo de aplicaciones, la mayor parte de los alimentos que no se vendían acababan en la basura, convirtiéndose en desperdicio alimentario. Las aplicaciones posibilitan conectar al pequeño comercio con usuarios físicos, finales, de una manera muy sencilla”, añade.
Cobra importancia, también, la concienciación. El desperdicio alimentario no tiene solo consecuencias sociales, sino también en el medioambiente. ‘Our world in data’ calcula que el 6% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que se lanzan a la atmósfera cada año derivan de la pérdida de alimentos y que esta mala gestión echa a perder la riqueza del 28% de las tierras productivas. Esto lo convierte en un problema que debe plantearse y abordarse.
“A partir del momento en que un tema como el desperdicio de alimentos se hace público y se le da importancia, pasa de no existir a existir. Si no se pone encima de la mesa, la gente no es consciente de su importancia. La conversación sobre el desperdicio alimentario, fomentada también desde las ‘apps’, hace que la sociedad se interese, busque información, se mueva y vea que hay soluciones para combatirlo”, comenta de Miguel.
Siete ‘apps’ para reducir el desperdicio alimentario
En los últimos años han surgido aplicaciones móviles que buscan acabar con el desperdicio de alimentos desde diferentes perspectivas. Algunas de las más conocidas, como Encantado de comerte o Too Good To Go, conectan vendedores con usuarios, pero también hay otras que enseñan a planificar las comidas para evitar que se derrochen alimentos, que favorecen los intercambios y las donaciones entre vecinos o que permiten comprar, directamente, a los productores.
Estas son algunas de las ‘apps’ más interesantes para reducir el desperdicio de comida en la actualidad:
Encantado de comerte. Desde que se lanzó en España en 2020, la ‘app’ Encantado de comerte ha salvado más de 80 toneladas de alimentos. Esta aplicación permite a los usuarios comprar lotes de alimentos que los comercios cercanos no han conseguido vender a lo largo del día, con precios reducidos. Además, la misma ‘app’ permite a diferentes entidades sociales financiar la compra de alimentos de las familias en situación de vulnerabilidad.
De este modo, Coometas busca resolver una paradoja que se da en todas las ciudades. “En una misma calle hay comercios que tiran alimentos y familias que tienen que ser atendidas por los servicios sociales para conseguir comida. Esto no tiene ningún sentido”, señala de Miguel. “Nosotros nos propusimos que las familias atendidas por entidades sociales pudiesen utilizar nuestra aplicación, como cualquier usuario, para adquirir alimentos. En estos casos no son únicamente excedentes, sino que son también productos frescos. Es decir, funciona como si fuese un bono digital”.
“Gracias a nuestra aplicación estas personas no tienen estigmatización y se eliminan las colas del hambre. Además, se favorece que puedan comprar en el comercio local. Hasta hace poco, todas estas compras se realizaban a través de tarjetas supermercado en grandes superficies, pero, gracias a nuestra aplicación, se pueden canalizar al pequeño comercio”, afirma el cofundador de Coometas.
Too Good To Go. Es la ‘app’ de referencia para acabar con el desperdicio alimentario en España. La iniciativa nació en Dinamarca hace nueve años, cuando sus creadores se fijaron en que la comida de un restaurante terminaba en la basura en lugar de aprovecharse. Funciona de la siguiente manera: los establecimientos preparan paquetes sorpresa con los alimentos (frescos o preparados) que les sobran y los ponen a la venta a precios reducidos.
En 2016, se vendieron casi 479.500 paquetes. En 2022, la cifra se acercó a los 79 millones en los 17 países en los que opera. En España, su uso aumenta: en 2023 se vendieron (o, como indican desde la propia compañía, “se salvaron”) 6,6 millones de paquetes, un 28 % más que en 2022.
Olio. Olio es una ‘app’ para compartir objetos y bienes entre vecinos y miembros de una comunidad. Tiene una versión para particulares y otra para empresas, enfocada específicamente en redistribuir los excedentes de alimentos. Actualmente, la ‘app’ de Olio tiene siete millones de usuarios en todo el mundo y más de 4.500 establecimientos adheridos, como supermercados, restaurantes o servicios de cáterin.
“Al final, lo que proporcionan estas aplicaciones móviles es la conexión entre personas: favorecen la comunidad, y esto tiene un valor enorme. Además, contribuyen a hacer una gestión más óptima de los recursos de los que disponemos y, de este modo, contribuyen a la economía circular”, señala de Miguel.
La colmena que dice sí. Esta ‘app’ es una iniciativa que conecta a los consumidores con productores de proximidad, creando comunidades llamadas colmenas. Busca que las personas puedan comprar los productos que crecen más cerca, directamente a aquellas personas que los trabajan. De media, y según La colmena que dice sí, los bienes que se venden gracias a su aplicación recorren un promedio de 69 kilómetros entre los productores y los consumidores.
Phenix. Es una ‘app’ que nació en Francia en 2014 y que hoy cuenta con cuatro millones de usuarios registrados en cinco países. A través de ella, comercios como supermercados, restaurantes, pescaderías o panaderías pueden vender su excedente a un precio reducido.
“Con este tipo de ‘apps’ logramos concienciar a la población, y esto incluye también a quienes están detrás de los negocios. Muchos comerciantes creen que no están tirando alimentos, pero en realidad sí que lo están haciendo”, afirma Enrique de Miguel, cofundador de Coometas. “Por ejemplo, los trabajadores de una carnicería que tiran cinco kilos de carne al día pueden pensar que es muy poco, que no es un problema. Pero si sumamos lo que tiran los carniceros, los pescaderos y los fruteros, terminamos con toneladas de alimentos en la basura. Por ello, concienciar en el sector del comercio es muy importante”.
Ekilu. Esta iniciativa nació en España en 2018 como Nooddle y en 2021 cambió su nombre a Ekilu. A través de su ‘app’, busca favorecer una alimentación y un estilo de vida saludable y sostenible con el entorno. Entre otras cosas, la ‘app’ ofrece más de 2.000 recetas y un buscador por ingredientes. Al introducir los alimentos de los que se dispone en ese momento, la herramienta sugiere varias recetas para cocinar con ellos.
Best before. Esta aplicación ayuda a organizar la nevera, a llevar un control sobre las fechas de caducidad y de consumo preferente de los alimentos y a hacer las listas de la compra para evitar llevarse de menos o de más. De este modo, Best before favorece que todos los alimentos sean consumidos y evita la desagradable sorpresa de encontrarse con un producto caducado al final de un estante.
Estas ‘apps’ se suman a la lista, cada vez más larga, de herramientas que usan la tecnología para favorecer la sostenibilidad y mejorar nuestra relación con nuestro entorno. Una lista que crea lazos y, a la vez, concienciación. “Yo soy optimista. Que la gente abrace nuevas propuestas y utilice ‘apps’ como estas, que buscan hacer el mundo mejor, me hace pensar que podemos cambiar y mejorar entre todos”, concluye el cofundador de Coometas y Encantado de comerte.