De restos de plástico a botellas de oxígeno: la contaminación humana pesa en el Everest
El Everest, símbolo de superación, sufre por el turismo masivo. Con 200 toneladas de basura al año, el impacto del ser humano amenaza el frágil ecosistema. Iniciativas del ecosistema ‘cleantech’ buscan transformar restos plásticos en soluciones sostenibles para preservar el entorno.
8.848,86 metros sobre el nivel del mar. En 2020 y tras años de controversia, los gobiernos de China y Nepal acordaron finalmente la altura del monte Everest. El pico más alto del mundo, que corona la cordillera del Himalaya desde hace más de 50 millones de años, cuenta ya con una cifra precisa (y consensuada) que simboliza el esfuerzo de todo aquel que consigue llegar a su cima.
Existe otro aspecto que, sin embargo, no genera discrepancias entre los dos estados: el impacto que el turismo masivo tiene en este remoto rincón del planeta. Se calcula que, cada año, unas 80.000 personas ponen el pie en el Parque nacional de Sagarmatha, en donde se encuentra el monte Everest, y dejan tras de sí unas 200 toneladas de basura.
La llegada del turismo de masas a un lugar que hasta hace pocas décadas era un destino exclusivo para los alpinistas más experimentados, está dejando un reguero de residuos orgánicos, plásticos, papeles, vidrios y muchos otros desechos que desbordan la capacidad de gestión de las comunidades locales.
En este lugar a casi 8.900 metros sobre el nivel del mar, en el que la altitud y la orografía multiplican las dificultades a la hora de encontrar soluciones, la tecnología y, en concreto, las tecnologías limpias se presentan como una vía fundamental para reducir el impacto de nuestra basura en el medioambiente.
El impacto de cada paso del ser humano en el Everest
“Es difícil saber con exactitud cuánta basura se acumula en el monte Everest, ya que, año tras año, la nieve la entierra. Y es importante recordar que el ‘boom’ de las expediciones al Everest comenzó ya en la década de 1980”, explica Frédéric Kauffmann, fundador y CEO de ‘The NeverRest Project’, una iniciativa que combina la ingeniería y la tecnología para ofrecer soluciones sostenibles capaces de reducir el impacto del turismo en la montaña más alta del mundo.
Una de las vías para encontrar soluciones a este problema es medir, gracias a tecnologías avanzadas, la cantidad de basura actual para facilitar su recogida. De acuerdo con el reporte anual de la ONG local Sagarmatha Pollution Control Committee (SPCC), durante las expediciones de la primavera de 2022 a los montes Everest, Lhotse y Nuptse se gestionaron 44.713 kilogramos de residuos solamente en los campamentos base.
Entre esta basura, hay envoltorios de alimentos, piezas de ropa, botellas, tanques de oxígeno, baterías o tiendas de campaña que los visitantes dejan conscientemente atrás. A esto hay que sumar los propios restos orgánicos que se generan en cada jornada de escalada y que tienen un impacto en el ecosistema.
“Cada escalador genera una media de dos litros de orina al día. En el campo base del Everest se reúnen unas 2.000 personas cada temporada, lo que supone 4.000 litros depositados al día en un glaciar, el Khumbu”, explica Kauffman. “La zona más contaminada es la del campo 4 (que se encuentra a 7900 metros), ya que es prácticamente imposible recoger los residuos que se generan allí debido a su peligrosidad. También hay otra muy problemática: el vertedero de Gorakshep, oculto a la vista, en donde se vierten la mayoría de las heces y la basura de las expediciones”, añade.
Al igual que en tantas otras montañas del mundo, la acumulación de basura contamina las fuentes de agua y los ríos, afectando así a la vida salvaje, a los cultivos y a la salud de las comunidades locales. Una expedición al monte Everest en 2019 demostró que, también allí, las aguas y la nieve contienen restos de microplásticos, cuyo impacto en la salud humana está aún por conocer.
Búsqueda de soluciones ante la contaminación en el Everest
El rápido aumento del turismo en el Parque nacional de Sagarmatha ha hecho imposible adaptar los sistemas de gestión de residuos a la demanda, a pesar de los intentos de las autoridades y las comunidades locales. En los últimos años, el Gobierno de Nepal ha llevado a cabo campañas de sensibilización y de limpieza, muchas organizadas por el SPCC.
A estas iniciativas se suman las de entidades privadas, como 'The NeverRest Project'. En 2023, esta organización presentó el primer Everest Sustainable Base Camp, basado en un conjunto de soluciones pioneras para revertir los problemas ambientales de la montaña en el lado nepalí. “Es el resultado de dos años de intenso trabajo con ingenieros internacionales y nepalíes, científicos ambientales y expertos en montañismo”, señala Kauffman.
El proyecto abarca diferentes categorías de acciones que buscan mejorar desde la gestión de recursos hasta la concienciación, y en las que la tecnología juega un papel fundamental. “Para nosotros, la tecnología es crucial, ya que nos permite recopilar datos y utilizarlos para tomar decisiones más precisas”, señala el CEO de 'The NeverRest Project'.
“Por ejemplo, nuestro proyecto incluye un prototipo de análisis topográfico exhaustivo del área del campo base del Everest, que nos permite analizar desde la distribución del territorio de los operadores de expediciones hasta la evolución del glaciar Khumbu, entre otros parámetros”, explica.
Entre las soluciones que propone 'The NeverRest Project', destacan desde un urinario portátil hasta un glaciar artificial.
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Inodoros innovadores
Para solucionar el problema de los residuos sanitarios, 'The NeverRest Project' ha desarrollado Nourea, un urinario portátil con un filtro incorporado capaz de reducir el 42% de los residuos orgánicos humanos. “Está diseñado para ser utilizado en zonas de alta montaña con turismo no regulado, su uso es unisex y contiene un filtro que transforma la orina en agua en unos 20 minutos”, explica Kauffman.
A este urinario se suma un sistema de sanitarios capaces de transformar los desechos humanos (tanto sólidos como líquidos) en cenizas. “Queman los desechos biológicos a altas temperaturas, dejando solo una cantidad insignificante de ceniza. El uso de cuatro personas durante una semana dejaría una cantidad equivalente al de una taza de té”, señala Kauffman.
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Un glaciar artificial
Si tenemos en cuenta la que se utiliza para beber, cocinar y ducharse, en el campo base del Everest se consume una media de unos 12.000 litros de agua al día. Para evitar tener que recoger hielo del glaciar Khumbu, 'The NeverRest Project' propone la creación de un glaciar artificial, The Ice Spring. Se calcula que, una vez implementado, podría proporcionar al campo base un total de 750.000 litros de agua potable durante toda la temporada de expedición.
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Tiendas conectadas y sostenibles
A este glaciar artificial, se suman tiendas solares portátiles capaces de generar la energía suficiente para reducir al máximo el uso de queroseno y de gas. Además, 'The NeverRest Project' ha diseñado un sistema modular único para calentar todas las tiendas de forma conjunta. “Se trata de un sistema modular que facilita la conservación térmica y, por tanto, el ahorro de gas de las estufas que calientan los acumuladores de forma individual. Además, fomenta la interacción social de los expedicionarios tanto entre sí como con su equipo nepalí, a menudo separados”, añade Kauffman.
A estas soluciones, que nacen del ecosistema ‘cleantech’, se unen aquellas que buscan cambiar la mentalidad de los visitantes al Everest a través de la concienciación y la educación. “Creemos particularmente en la responsabilidad individual de todos los visitantes, ya que no es lógico que los gobiernos asignen una enorme cantidad de recursos para limpiar lo que otros tiran en un ciclo interminable”, señala Kauffman.
Para conseguirlo, de 'The NeverRest Project' está elaborando también una guía para visitantes, operadores del sector turístico y población local basada en recomendaciones sobre aspectos sociales, culturales y ambientales. Una guía que, aunque se centra en las condiciones concretas del Everest, podría tomarse como referencia en las montañas de cualquier punto del mundo.
De hecho, y de acuerdo con el informe ‘Plastics on the peak: The 2021 Global Waste Survey’, elaborado a partir de una encuesta realizada a más de 1.700 personas ligadas al turismo de montaña de varios continentes, la principal solución para lograr un turismo sostenible y respetuoso se basa el principio de “no dejar rastro”.
“Somos muy optimistas sobre el futuro porque nos enfrentamos a situaciones que solo pueden mejorar. Y no estamos hablando solo del Everest, sino del mundo entero”, concluye el CEO de 'The NeverRest Project'.