Cuatro lecciones de educación financiera con Bridget Jones y otros personajes de cine
Ha llegado la hora de llenar el cubo de palomitas, ponerse cómodo en el sofá y revisar algunos títulos que, entre risas, sorpresas, giros de guion y alguna que otra lágrima, pueden aclarar muchas dudas sobre educación financiera y cómo manejar bien las finanzas.
El cine, además de entretener, da respuesta a los dilemas que plantean las finanzas: al fin y al cabo, cualquier personaje de cualquier historia necesita dinero para vivir. Estas películas son solo algunos ejemplos de historias que, muchas veces sin que el espectador sea consciente, contienen grandes enseñanzas de educación financiera.
La Guerra de los Rose (1989)
Bárbara (Kathleen Turner) y Oliver (Michael Douglas) se conocen, se enamoran, se casan y se divorcian, en esta entretenida cinta dirigida por Danny DeVito. Su historia no se diferenciaría de la de muchas parejas si no fuera porque su divorcio es uno de los más traumáticos, crueles y divertidos de la historia de la cine. Mientras los platos vuelan, el espectador recibe, sin darse cuenta, algunas lecciones sobre las consecuencias de querer aparentar lo que no se es, gastar más dinero del necesario para mantener un determinado estatus social y darle más importancia a lo material que a lo personal.
Los Rose se desmoronan por la desmedida ambición de ambos y por querer subir demasiado deprisa en la escala social, lo que les lleva a fracasar como pareja. Si hubieran planificado mejor sus finanzas, siendo realistas con sus recursos y evitando el despilfarro, nadie habría hecho una película sobre su historia, pero quizá habrían sido mucho más felices.
El diario de Bridget Jones (2001)
Fue uno de los grandes éxitos literarios y cinematográficos de principios de la década de 2000 y las consiguientes secuelas lo han mantenido vigente. La entrañable, acomplejada, algo torpe y divertida Bridget Jones, no necesita presentación, ni tampoco sus aventuras amorosas y sus propósitos de Año Nuevo que no suele cumplir, lo que acaba perjudicándola siempre.
Bridget se propone cada año ser más precavida a la hora de gastar y ahorrar, pero no establece un plan para conseguirlo ni ninguna meta de ahorro. Vivir al día le impide tener una buena salud financiera y cumplir con sus objetivos a medio o largo plazo. Además, las consecuencias de no cumplir otros de sus propósitos como dejar la comida basura, el tabaco y el alcohol, no solo afectan negativamente a su salud sino que le impiden llegar con tranquilidad a fin de mes.
The Big Short (2015)
Se trata de una película sobre inversiones, dinero y finanzas que se desarrolla en medio de la locura de Wall Street y del mercado hipotecario norteamericano de principios de los años 2000. Su director Adam McCay es capaz de explicar términos tan complejos como CDO hipotecario o ‘Credit Default Swap’ de una forma divertida y sin que el espectador se pierda.
Las lecciones sobre economía no se diluyen en la enloquecida trama, como ocurre habitualmente, sino que son explicadas por ‘celebrities’ y expertos, como el premio Nobel de Economía 2017, Richard H. Thaler. Desde luego, con profesores así, es muy difícil que no se entienda la lección.
Living on one dollar (2013)
¿Se puede vivir con un dólar al día? Los directores de este documental contestan a esta pregunta en la Guatemala rural, enfrentándose a todo tipo de privaciones, para hacer comprender al espectador lo que significa vivir por debajo del umbral de la pobreza. La historia gira en torno a la falta de ingresos y de cómo la miseria afecta a todos los aspectos de la vida de una persona, arrebatándole las oportunidades a las que debería tener derecho.
Durante el transcurso del documental, los jóvenes directores solicitan un microcrédito como forma de revertir la situación y comprobar si realmente esta forma de financiación sirve para algo. La película refleja cómo este dinero ayuda a paliar la pobreza extrema, generar riqueza y romper el círculo vicioso de la falta de ingresos. La inclusión financiera y el acceso a la financiación suponen la oportunidad de vivir dignamente y darle a los hijos la educación que necesitan para afrontar un futuro mejor, además de conseguir que las personas ganen confianza en sí mismas, se empoderen y consigan los objetivos que se plantean.