¿Cuánta agua consume y puede ahorrar un hotel? Claves para ser sostenible
El consumo medio de agua estimado en Europa en un hotel se sitúa en torno a los 394 litros por huésped y noche. El agua, uno de los recursos naturales más amenazados por el calentamiento global, es un recurso esencial para la supervivencia de todas las especies del planeta. Al mismo tiempo, este elemento es clave también para la propia actividad del sector turístico y un factor fundamental para su transformación hacia un modelo más sostenible en términos energéticos.
El turismo es un sector de la economía fundamental para muchos países y además las previsiones apuntan a que seguirá creciendo, pero tendrá que hacerlo de manera sostenible para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y mitigar los efectos del cambio climático. La Tierra se enfrenta a desafíos hídricos importantes derivados de sus efectos, como las inundaciones o las sequías. Sin embargo, el agua se consolida como un reclamo fundamental y esencia de muchas actividades turísticas. Además, es también uno de los recursos que más se consumen en los alojamientos turísticos. Estos son, después del transporte, la clave para optimizar el gasto energético en el sector.
Se estima que para 2030 la mitad de la población de la Tierra vivirá en zonas con escasez de agua y, además, la demanda superará en un 40% a la oferta hídrica disponible. Naciones Unidas apunta también al aumento de la población mundial, el desarrollo económico y los estragos del cambio climático como factores para explicar que los recursos de agua dulce disponibles por persona hayan disminuido en más de un 20% en las últimas dos décadas.
El gasto hídrico de los turistas: más del doble que los locales
El turismo requiere un aumento significativo de la demanda de agua para cubrir las necesidades de agua potable e higiene. En concreto, la industria hotelera utiliza grandes cantidades de agua dulce para limpiar toallas y ropa de cama y en la oferta de actividades como piscinas, spa, parques acuáticos o campos de golf, además del riego de zonas ajardinadas y la limpieza de las instalaciones. En paralelo, la industria del turismo genera también un aumento indirecto del consumo de agua derivado de la actividad de otros sectores que producen bienes o servicios para la cadena de suministro turístico, como la agricultura, el sector servicios, etc.
La suma de los consumos directos e indirectos derivados de la actividad turística hace que un turista, en términos 'per cápita', gaste mucha más agua que un residente, según calcula una investigación de la Universidad de Palma (España). Según calculan los investigadores, en los países desarrollados podría ser el doble o el triple, llegando a multiplicarse por quince en los países en vías de desarrollo. Sin embargo, esa diferencia de consumo puede variar mucho en función de la zona del mundo en la que se haga el análisis, aunque está claro que el consumo del turista siempre es mayor que el gasto de un habitante local. Por ejemplo, el consumo medio de agua estimado en Europa en un hotel se sitúa en torno a los 394 litros por huésped y noche. Según señala la misma investigación, los hoteles en Barbados tienen un consumo promedio de agua de 839 litros por huésped y noche, mientras el consumo promedio de los hoteles de Australia y Nueva Zelanda es de 313 y en Hong Kong, Singapur, Indonesia o Tailandia, la media es de 677 litros por huésped y noche.
En el cambio de modelo de gestión necesario para hacer sostenible el consumo de agua el sector privado juega un papel fundamental y la industria del turismo en particular, ya que tiene un importante potencial de ahorro que puede a la vez hacer más rentables los propios establecimientos hoteleros, pues se calcula que el consumo de agua representa en promedio el 10% de los gastos fijos de un hotel.
Lavandería y cocina, claves para el ahorro de agua
Dentro de las dinámicas de funcionamiento de un hotel, las cocinas y las lavanderías suelen representar aproximadamente el 10% y el 5% del consumo de energía, aunque estas cifras varían considerablemente según el tamaño del restaurante y la cantidad de ropa que se procese, según estima un análisis de la Comisión Europea sobre las mejores prácticas de consumo dentro del sector turístico.
La lavandería es una de las áreas de mayor consumo de agua en los hoteles, tal y como concluye el estudio de una muestra de hoteles de Hong Kong, que calcula que podría representar hasta el 47% del consumo total de agua de un hotel, consolidándose así como la actividad de mayor consumo. Como media, otras investigaciones analizadas por varios científicos de la Universidad de Palma han estimado que las lavanderías representan un 20% del consumo total de agua del hotel, aunque la cifra depende mucho de las instalaciones, de si se trata de hoteles sostenibles y de las estrellas de cada alojamiento. Los mismos autores recogen, por ejemplo, las cifras de consumo de un hotel promedio de tres estrellas en Francia: la lavandería supondría en este caso el 12% del consumo total de agua.
Una guía del proyecto europeo HOTREC para aumentar la eficiencia energética de los hoteles recoge algunas medidas para reducir el consumo de agua en lavanderías, como hacer funcionar las máquinas siempre con cargas completas, lavar a la temperatura más baja posible y secar la ropa al aire libre si es posible. Para calcular el consumo de agua de un hotel y empezar a tomar las medidas necesarias de optimización, la iniciativa HWMI ('Hotel Water Measurement Initiative') ha desarrollado junto a 'ITP (International Tourism Partnership)' y varias compañías hoteleras una metodología para que los hoteles calculen el uso de agua en sus propiedades. Además de este cálculo, una cuestión fundamental ligada al consumo de agua en los hoteles es además el consumo eléctrico derivado del uso de agua caliente, que supondría la segunda fuente de consumo energético con un 15% del total de la demanda de un hotel, según los datos del proyecto europeo HES ('Hotel Energy Solution') .
Innovación para ahorrar agua en los hoteles
Una investigación publicada en la revista 'Tourism Management' por investigadores de varios países calcula que un hotel de 100 habitaciones podría llegar a ahorrar al menos 227 litros por huésped / noche si implementa medidas de gestión eficiente y aprovecha las tecnologías disponibles para optimizar el uso de recursos hídricos. En el mismo experimento se calcula que el ahorro anual para este establecimiento tipo ascendería a 16.573 metros cúbicos de agua, 209.541 kWh (kilovatios por hora) de energía y 58.436 euros.
Las innovaciones sencillas, como la grifería de bajo caudal, los inodoros de baja descarga o la implementación de sistemas de riego eficientes, son medidas para tomar consciencia de la importancia del agua y las más extendidas entre los hoteles actualmente, según un análisis de la Universidad de Palma. En un nivel más avanzado de innovaciones tecnológicas, la más extendida sería la implantación de sistemas de regulación de la presión del agua y el desarrollo de sistemas de detección de fugas y control de pérdidas, mientras que las innovaciones avanzadas menos populares son la recolección y el uso de agua de lluvia y el uso de aguas residuales para riego.
Por ejemplo, con un programa de bajo costo en 20 hoteles de Jamaica, se consiguió reducir el consumo de agua un 30% y obtener un ahorro de 800 dólares por habitación al año gracias a implementar medidas para monitorear el gasto de agua, cuidar el mantenimiento básico de las instalaciones sanitarias, las tuberías e instaurar un programa de reutilización de toallas y ropa blanca.
Otro ejemplo exitoso de optimización del consumo de agua es el de un hotel en Malta, que con medidas sencillas de bajo coste como aireadores de bajo flujo y cabezales de ducha optimizados, mostró una reducción en el consumo de agua del 48% por pernoctación y una rentabilidad del 1.650%, tal y como concluyen investigadores de la Facultad de Medioambiente de la Universidad de Malta.
El turismo y los Objetivos de Desarrollo Sostenible
Tal y como explica un informe de Naciones Unidas de 2018, “el papel del sector privado y el acceso a la financiación son fundamentales para construir un sector turístico más sostenible, y que la competitividad a largo plazo depende de la voluntad de gestionar las vulnerabilidades de la industria”. En este sentido, el documento recoge algunas iniciativas como la del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), que trabajó junto con la organización estatal de electricidad de Marruecos para promover el calentamiento solar de agua en los hoteles mediante préstamos subvencionados. Además, la ONU reconoce en el mismo informe un efecto derivado de la gestión sostenible del sector turístico y los recursos hídricos que consume: la inversión turística puede desempeñar un papel clave para lograr el acceso al agua y la seguridad, así como la higiene y el saneamiento para todos los habitantes de una región.