Tipos de pobreza: ¿cuáles son y por qué es importante su clasificación?
La falta de recursos que impide a una persona satisfacer sus necesidades básicas, es decir la pobreza, es un problema global que los expertos abordan desde diversas perspectivas. El objetivo: estudiar cada una de sus causas y poder combatirla.
La pobreza es uno de los problemas más graves del planeta. La solución siempre ha parecido extremadamente difícil, pero en la actualidad, con la conciencia social más extendida que nunca entre personas, gobiernos e instituciones, se está más capacitados que nunca para combatirla. Para Naciones Unidas es el número uno de sus diecisiete Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Según la ONU, alrededor de 700 millones de personas —el 10% de la población mundial— vive hoy en situación de pobreza extrema y, aunque reconoce que se ha reducido un 36% desde 1990, alerta de que en los últimos años el proceso se ha ralentizado. La pandemia por el coronavirus supuso un claro retroceso.
Los teóricos clásicos la han descrito como la falta de recursos económicos que tiene consecuencias sociales negativas. La Fundación Joseph Rowntree, del Reino Unido, la define como aquella situación que se da “cuando los recursos de una persona (principalmente sus recursos materiales) no son suficientes para satisfacer sus necesidades mínimas (incluida la participación social)”.
Por otro lado, existen varios baremos para poder medirla. Como recoge en un informe el Instituto Nacional de Estadística (INE) de España, la línea de pobreza se fija multiplicando el valor de los productos alimenticios básicos por el reverso de la proporción que significa el gasto en alimentos sobre el gasto total.
Un problema multidimensional
La pobreza tiene múltiples implicaciones más allá de la falta de dinero. En 1995, durante la Cumbre Mundial para el Desarrollo organizado por la ONU, se establecieron entre sus manifestaciones “la falta de ingresos y recursos productivos suficientes para garantizar medios de vida sostenibles; el hambre y desnutrición; la mala salud; el acceso limitado o falta de acceso a la educación y otros servicios básicos; el aumento de la morbilidad y mortalidad por enfermedad; la falta de vivienda y vivienda inadecuada; los ambientes inseguros; y la discriminación y exclusión social”.
“Es esencial profundizar en cómo se mide la pobreza para reducirla”, explica Stephanie García Van Gool, directora de Medición de Impacto y Desarrollo Estratégico de la Fundación Microfinanzas BBVA.
Las personas pobres encuentran más dificultades para acceder a servicios y medidas de protección social y de expresarse en sociedad; en general, disponen de menos oportunidades. La pobreza también está asociada con muchas violaciones de los derechos humanos y laborales. Según el departamento Global Compact de Naciones Unidas, “el trabajo infantil, el trabajo forzoso y la trata de personas están profundamente conectados con la pobreza”.
Por tanto, la pobreza es un mal multidimensional, abierto a muchas consideraciones. Por ejemplo, ¿es pobre solamente la persona que pasa la mayor parte de su vida sin recursos o también aquella que atraviesa un periodo crítico puntual? Además de comida y techo, ¿hay que tener en cuenta otros aspectos como el acceso a la información o la conectividad? Para abarcar todos los ángulos de la pobreza, esta se ha clasificado en varios tipos.
“Es necesario que exista una clasificación, y tiene un sentido”, dice Miguel Bustos, profesor de Derecho Penal de UNIR, que ha investigado la pobreza desde el enfoque de la aporofobia (odio al pobre). “Primero, porque solo definidas y clasificadas podemos llevar a cabo políticas para ponerles remedio. Segundo, porque es muy útil saber que las causas de la pobreza infantil no son las mismas que las de la pobreza rural. A pesar de que todo es pobreza, los enfoques son importantes para atisbar las posibles soluciones o mecanismos más idóneos a fin de ponerle solución”.
¿Cuáles son los tipos de pobreza?
Los tipos de pobreza pueden agruparse en dos categorías: aquellos que afectan a grupos concretos de la sociedad (como la pobreza infantil o rural) y aquellos que tienen un efecto sobre el conjunto de la sociedad (como pobreza absoluta y relativa). Estos tipos de pobreza no son excluyentes entre sí: hay personas que pueden estar inmersas en una situación de pobreza extrema a la vez que rural (de hecho, es lo más habitual). Por otra parte, las causas y manifestaciones de la pobreza pueden variar en función del contexto socioeconómico, político y cultural de cada país.
Pobreza absoluta
“Se basa en el umbral de pobreza que manejan las instituciones por igual para todo tipo de sociedad”, indica el profesor Bustos. En 2022 el umbral de riesgo de pobreza para los hogares de una persona en Europa se situó en 10.088 euros al año. “Sería aquel nivel por debajo del cual resultaría imposible mantener una existencia digna”, añade. Para Luis Ravina, investigador principal del Navarra Center for International Development de la Universidad de Navarra (centro que realiza investigaciones para el alivio de la pobreza extrema en el mundo), “es la carencia de los bienes necesarios para cubrir las necesidades que llamamos básicas; alimentos, agua potable, vivienda o salud”.
Pobreza relativa
Es un concepto que se ha desarrollado desde la Sociología, y que hace referencia a la distribución de la renta en una sociedad. Es decir, una persona está en situación de pobreza relativa cuando carece de recursos en comparación con el nivel de vida medio de la sociedad en que vive. Como subraya Luis Ravina, “cuando la desigualdad es muy alta se pone en peligro la paz social y dificulta el crecimiento económico. De ahí la importancia de medir la pobreza relativa, que lleva a la exclusión social”. Para Miguel Bustos, es un indicador más acertado que el de la pobreza absoluta, pues hace ver que en entornos cercanos y en sociedades desarrolladas, pueden darse situaciones de pobreza.
Pobreza coyuntural
Es aquella pobreza de carácter temporal, y queda definida cuando la medición de los recursos económicos de una persona durante un periodo de tiempo concreto determina que sufre dicha condición. Por ejemplo, es la que afecta a una persona que queda en situación de desempleo, durante un tiempo carece de recursos y relativamente pronto encuentra un trabajo, por lo que logra salir de la pobreza; o la que damnifica a determinados estratos de la sociedad cuando un país sufre una recesión. Según el Instituto Nacional de Estadística de Perú, “es resultado de la crisis económica que limita las oportunidades de empleo y reduce significativamente los niveles de ingreso”.
Pobreza extrema
Según el último baremo establecido por el Banco Mundial, la línea de la pobreza extrema es de 2,15 dólares por persona y día. Pero para la Oficina de Derechos Humanos de Naciones Unidas, limitarse a una escala económica no refleja la realidad de este tipo de pobreza, el más dramático: “La pobreza extrema es un fenómeno multidimensional. No es solo la falta de ingresos suficientes; implica muchos otros factores también. Esos enfoques no logran captar la complejidad de la pobreza extrema y su amplio impacto en los derechos humanos”. Habitualmente, las personas o colectivos que sufren la pobreza extrema ni siquiera tienen la capacidad o la oportunidad de producir lo que van a consumir, como subraya la ONG Acción Contra el Hambre. Un peldaño por encima de la pobreza extrema estaría la pobreza crítica: quien la padece destina todos sus recursos a alimentos, sin poder acceder a nada más.
Pobreza material
Tiene dos acepciones. Una es la que se refiere a la pobreza que se produce por escasez o ausencia de recursos materiales. Es decir, cuando dicha carencia es la causa. Porque no siempre la pobreza está relacionada con falta de dichos recursos. “Un claro ejemplo es la carencia de salud, educación, familia, cuidados necesarios…”, dice el profesor Ravina. Pero la pobreza material también puede describir la imposibilidad de obtener determinados bienes; no pone el foco en la causa, sino en la consecuencia. Es la perspectiva que aporta Eurostat: “Se refiere a la incapacidad forzada (en lugar de la elección de no hacerlo) para pagar gastos inesperados, permitirse una semana de vacaciones al año fuera del hogar, una comida que incluya carne, pollo o pescado cada dos días, la calefacción adecuada de una vivienda, bienes duraderos como una lavadora, un televisor a color, un teléfono o un automóvil, enfrentar retrasos en el pago.
Pobreza multidimensional
Este enfoque no se centra en la falta de ingresos de las personas, sino en otros muchos problemas, derivados de aquella o no, que también pueden afectarles incluso al mismo tiempo: problemas de salud, educación, suministros básicos… El informe ‘Pobreza y Prosperidad Compartida’ del Banco Mundial reveló que cuatro de cada diez personas multidimensionalmente pobres no son pobres por falta de dinero, sino que están privadas de otras cosas.
Este análisis permite obtener una panorámica más completa de la realidad de los pobres. A tal efecto se ha establecido la Medida de Pobreza Multidimensional (MPM), que busca comprender la pobreza a través de otras variables, como acceso a educación, electricidad, sanidad y agua potable.
Las medidas de pobreza multidimensional se están usando cada vez más, con enfoques basados en el método Alkire-Foster (desarrollado por la Oxford Poverty and Human Initiative de la Universidad de Oxford) en el que diferentes dimensiones e indicadores pueden ser seleccionados para crear medidas específicas para contextos particulares. Este enfoque ha sido adoptado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), y más de 100 países. Según la actualización del PNUD en 2023, 1.100 millones (el 18% de una población de 6.100 millones de personas) viven en situación de pobreza multidimensional aguda en 110 países. La Fundación Microfinanzas BBVA fue la primera entidad privada del mundo en usar esta metodología para evaluar la pobreza multidimensional en clientes, y así conocer la situación de los hogares de los 3 millones de emprendedores en vulnerabilidad a los que atiende.
Pobreza estructural
Hace referencia a la situación de determinados colectivos que viven en clara desventaja con el resto de la sociedad. Esta desventaja es crónica, se mantiene en el tiempo; esa sociedad suele carecer de movilidad social. En la sociedad hay personas que son dependientes, niños, enfermos, ancianos. “Cuando los ingresos de esas unidades familiares son insuficientes, o carecen de familiares que les ayuden, el estado debe suministrar la atención requerida”, dice el profesor Ravina. La pobreza estructural es una de las que más aporofobia provoca. “Inspira un rechazo al pobre desde las propias instituciones”, señala Miguel Bustos. “A veces por omisión (falta de ayudas, recursos, apoyo) y a veces por políticas activas, como aquellas que apartan de las calles a los pobres porque molestan”, añade.
Pobreza social
Implica aislamiento social que no es puntual, sino que persiste en el tiempo y no se puede abordar a través de los recursos habituales para paliar la pobreza. En líneas generales, la sufren personas que por diversas razones (no siempre económicas) son infravaloradas y tienen pocos derechos; o lo que es lo mismo, están en situación de exclusión social. Se dice que un país o una región tiene un elevado grado de pobreza social cuando muchos de sus habitantes están oprimidos.
Pobreza rural
Se da en entornos rurales y de baja industrialización donde hay escasos recursos económicos y tienen un mayor impacto problemas como el cambio climático, el acceso a escuelas, hospitales y agua potable, y las enfermedades atacan con mayor virulencia. Los informes de Naciones Unidas ponen de relieve que mientras en los hogares rurales más ricos con un cabeza de familia que ha recibido educación están casi tan bien como el hogar urbano promedio, los hogares rurales en los quintiles inferiores de riqueza con un cabeza de familia sin educación están mucho peor. Según el Banco Mundial, el 80% de las personas en situación de pobreza extrema y el 75% en situación de pobreza moderada residen en áreas rurales.
Pobreza urbana
Identifica aquella pobreza que se produce en zonas industrializadas, con frecuencia a causa de desigualdades derivadas del crecimiento demográfico. “En muchos casos —apunta Luis Ravina—, al migrar del campo a la ciudad disminuye la calidad de vida; peor vivienda, alimentación, todo es más caro, pero la esperanza de obtener una vida mejor hace que soportemos esas nuevas situaciones, en muchos casos de escasez. Un factor importante en esa situación es la pérdida de reconocimiento social. Una persona que vive en el medio rural y que migra a la ciudad, especialmente cuando va a un país extranjero, suele perder su estatus social. Esa pérdida puede crear situaciones muy negativas”.
Pobreza infantil
Según Unicef, “los niños tienen más probabilidades de vivir en la pobreza que los adultos. También son más vulnerables a sus efectos”. A pesar de constituir un tercio de la población mundial, representan la mitad de quienes luchan por sobrevivir con menos de 1,90 dólares al día. Cerca de 356 millones de niños viven en pobreza extrema, según la misma organización. Si hablamos en términos de pobreza multidimensional, la cifra de niños privados de necesidades tan básicas como la nutrición, la educación, la atención sanitaria o el agua potable ronda los mil millones. La pobreza en niños tiene consecuencias muy graves —sobre todo en la pobreza extrema— en su desarrollo físico y psicológico.