Consejos para ser turistas más sostenibles: respetar y ayudar
Minimizar el impacto desde la planificación y la selección de empresas turísticas. Pero además informarse del carácter sostenible real, contribuir al bienestar de las comunidades locales y rechazar cualquier abuso a los más vulnerables. Estas son algunas de las claves para ser un viajero ecológico.
Feria de turismo Fitur, Madrid, mayo de 2021. Jesús Pozuelo, presidente de la Asociación de Ecoturismo en España, sube al estrado y dice: "Hemos de hacer un uso correcto de la palabra ecoturismo, apoyar a destinos y empresas para que ofrezcan propuestas auténticas y de calidad". Su llamamiento llega en un momento en el que la naturaleza y el aire libre se han convertido en motivaciones de primer orden para viajar. Todo el mundo habla de sostenibilidad y de turismo ecológico, y se corre el riesgo de poner la etiqueta “ecoturista” con demasiada ligereza.
Según la Sociedad Internacional de Ecoturismo (TIES por sus siglas en inglés), el ecoturismo suma proactividad a los viajes sostenibles (aquellos que buscan minimizar su impacto ambiental, social y económico). Esto incorpora la visión, la gestión e iniciativas que contribuyen a la conservación activa del entorno. Además, también implican a las comunidades locales y buscan un impacto positivo en ellas.
¿Qué se puede hacer para que los viajes sean más ecológicos?
Todas aquellas personas que desarrollen, comercialicen o participen en este modelo de negocio han de seguir estos ocho principios:
- Minimizar los impactos físicos, sociales, del comportamiento y psicológicos.
- Generar conciencia y respeto medioambiental y cultural.
- Brindar experiencias positivas tanto a los visitantes como a los anfitriones.
- Proporcionar beneficios económicos directos destinados a la conservación.
- Generar beneficios económicos tanto para la población local como para la industria.
- Brindar experiencias interpretativas memorables a los visitantes, que ayuden a aumentar su sensibilidad hacia las circunstancias políticas, ambientales y sociales de los países anfitriones.
- Diseñar, construir y operar instalaciones de bajo impacto.
- Reconocer los derechos y las creencias espirituales de los pueblos indígenas en su comunidad y trabajar con ellos para apoyar su empoderamiento.
Hay muchas similitudes entre esta definición y la Declaración de Québec salida de la Primera Cumbre Mundial del Ecoturismo, que se celebró en Canadá en 2002 y determinó que el turismo ecológico o ecoturismo debe cumplir una serie de condiciones para ser considerado como tal, y que sirven de guía para el comportamiento de los turistas a pie de destino. A saber: interpretar y contribuir a la conservación del patrimonio natural y cultural; incluir a las comunidades locales, potenciar su participación y ayudarlas a generar riqueza; optar por viajeros independientes y grupos pequeños; ser sensible a las circunstancias políticas, ambientales y sociales del destino; apostar por las energías renovables.
Un viaje sostenible, un viaje respetuoso
"Respetar nuestro mundo y todo lo que nos hace diferentes y únicos mejorará su experiencia de viaje", ya sea navegar en barco por el caudaloso río Mekong, saborear la auténtica cocina de un vendedor ambulante en Marruecos o admirar la Alhambra en Granada, sea en una playa tropical, en una ciudad bulliciosa o en un pueblo tranquilo. "Si actúa con responsabilidad, se ganará el respeto de las comunidades anfitrionas", reza la contundente introducción de la Organización Mundial de Turismo (UNWTO) en sus 'Consejos para un viajero responsable', una guía práctica que predica reducir el impacto ambiental, "honrar a los anfitriones y al patrimonio común" o apoyar la economía local.
La UNWTO aconseja cierto sentido crítico para no quedarse en lo superficial y comprobar que lo que se anuncia como responsable realmente lo es. Por ejemplo, "algunas iniciativas pueden parecer ecológicas o éticas pero no ofrecen condiciones de trabajo dignas", advierte. "Observe las leyes y regulaciones nacionales. Siga las reglas de los lugares religiosos y respete los espacios privados", añade.
Y por supuesto también llama a situarse a favor los Derechos Humanos, en particular el de los niños, en aquellos destinos cuyos sistemas políticos o las condiciones sociales no los garanticen. "Contribuya a protegerlos de la explotación, abusar de ellos es un crimen", subraya. Asimismo aconseja no dar dinero ni regalos a los menores que mendigan y, en su lugar, apoyar proyectos comunitarios.
Planificación y consumo local para hacer tus viajes más ecológicos
La guía también apela a informarse. "Investigue bien antes del viaje y elija operadores turísticos con políticas ambientales y proyectos comunitarios", como por ejemplo empresas de turismo sostenible, eco-destinos y hoteles o agencias que ostenten eco-certificaciones como Green Key (para alojamientos), Travelife, Biosphere o el sello europeo Ecolabel, entre otras.
Una vez de regreso, UNWTO exhorta a hacer un uso inteligente de las plataformas digitales y utilizarlas para informar de la injusticia, la discriminación o la explotación de las que el viajero haya sido testigo, o para destacar y apoyar el trabajo de oenegés o proyectos comunitarios descubiertos.
Consume local, aprende nuevas costumbres, protege los ecosistemas, respeta la diversidad, minimiza tu impacto, favorece la sostenibilidad del patrimonio y fomenta el trabajo justo, recomienda el Manifiesto del Viajero Responsable de Biosphere (el sello nacido a raíz de la Conferencia Mundial de Turismo Sostenible celebrada en Lanzarote, España, en 1995). "Prioriza aquellos productos, servicios o experiencias que, siempre que sea posible, incorporen nuevas tecnologías y métodos innovadores que contribuyan a la sostenibilidad del destino a través del ahorro o mejor uso de los recursos, la información o la capacidad de comunicación”.
“Abordar el ecoturismo desde el punto de vista de la innovación y el uso de las tecnologías permitirá un turista mucho más sostenible", capaz de conectarse a través de aplicaciones móviles con un residente o un productor local y ayudar al desarrollo de la zona, apunta Belén Grana, directora de Knowledge Development e Innovación de ICEMD (Instituto de Innovación de la escuela de negocios ESIC). “Consumir y dar a conocer las bondades de los pequeños productores y los proveedores locales permitirá reducir el impacto y podremos revalorizar proyectos, muchos de ellos innovadores, que en los últimos años se han asentado en territorios rurales”, coincide María Albalá, directora del Hub de Innovación del mismo Instituto.