¿Cómo se puede reciclar el agua? Una solución para este recurso natural
Las cada vez más frecuentes e intensas sequías y la situación de los embalses están obligando a encontrar soluciones para un uso más sostenible y eficiente de un bien tan preciado como el agua. Regenerar y reutilizar el agua es posible.
En el año 2005 se retiraron unas 16 toneladas de peces del pantano de Sau. Unos mil kilos fueron extraídos cada día de esta gran infraestructura situada a más de 400 metros sobre el nivel del mar en la comarca de Osona, en Barcelona. En 2023, 18 años después, se repitió la operación: la sequía había dejado las reservas bajo mínimos y fue necesario sacar los peces de la presa para evitar que muriesen por falta de oxígeno y terminasen contaminando el agua.
En un contexto marcado por el cambio climático, las sequías son cada vez más frecuentes e intensas y los embalses al límite se han convertido en una imagen habitual. Entre las opciones para hacer un uso más sostenible y eficiente del agua, están las de su reutilización, reciclaje y regeneración, que permiten dar nuevos usos a las aguas residuales.
A tan solo unos 100 kilómetros del pantano de Sau, en la costa catalana, se encuentra una de las instalaciones que está haciendo posible mejorar la gestión del agua en Barcelona. Se trata de la estación depuradora del Prat de Llobregat, pionera en España al alimentar un río con agua regenerada.
¿Cómo se reutiliza el agua? ¿para qué se usa el agua depurada y regenerada y qué papel está jugando la regeneración para abastecer de agua el área metropolitana de Barcelona en medio de una intensa sequía?
De aguas depuradas a aguas regeneradas
La regla de las tres erres nos habla de reducir, reciclar y reutilizar para proteger el medioambiente y hacer un uso más sostenible y responsable de los recursos. Tres principios que podemos aplicar también a la gestión del agua.
De acuerdo con la Asociación Española de Desalación y Reutilización (AEDyR), la reutilización del agua es el proceso que permite volver a utilizar el agua que ha tenido un uso municipal o industrial (es decir, las aguas residuales). Para devolverlas al medio natural, es necesario depurarlas y así librarlas de contaminantes como microorganismos, materia orgánica, químicos, patógenos o nutrientes.
“Durante los tratamientos primarios y secundarios, las aguas residuales se limpian de materia orgánica, grasas y sólidos. En este punto, aunque tienen microorganismos que impiden su consumo, las aguas ya no son residuales y pueden ser devueltas al medio natural”, explica Joaquín Melgarejo Moreno, catedrático de Historia e Instituciones Económicas y director de la Cátedra del Agua de la Universidad de Alicante–Diputación de Alicante.
Sin embargo, devolver estas aguas depuradas al medio natural no es la única opción. A estos tratamientos primarios y secundarios pueden añadirse los terciarios, más complejos y específicos, que permiten eliminar microorganismos y desinfectar el agua para adecuar su calidad a otros usos y darle una segunda vida útil. Una vez hecho esto, las aguas residuales se convierten en aguas regeneradas.
Las muchas vidas de las aguas regeneradas
Las aguas regeneradas pueden tener varios usos, que dependen de las regulaciones de cada país. En algunos estados, señalan desde AEDyR, pueden utilizarse para consumo humano –es el caso, entre otros, de Israel–, mientras que en otros solo está permitido para usos industriales o agrícolas.
En España, por ejemplo, el uso de aguas regeneradas está sujeto a lo dispuesto en el Real Decreto 1620/2007. Este señala que las aguas residuales no se pueden utilizar en la industria alimentaria ni para consumo humano, salvo situaciones de catástrofe, en las que las autoridades sanitarias deberían especificar los niveles de calidad exigidos para estas aguas.
“En España, el agua regenerada se destina a la agricultura, al riego de jardines y zonas de ocio, a la industria, a la limpieza de alcantarillado y el baldeo de calles y a la recarga de acuíferos”, explica Melgarejo, y señala que el mayor porcentaje –más del 60 %– se dedica a la agricultura. La limpieza de alcantarillado, el baldeo de calles y la recarga de acuíferos, por otro lado, apenas suman el 2,8 % del total.
Sin embargo, cada vez más voces se posicionan a favor de mejorar y ampliar el alcance de los sistemas que permiten obtener aguas regeneradas, para hacer frente a los retos que presenta la falta de agua. “Es imprescindible mejorar y ampliar la regeneración y reutilización del agua en toda la geografía nacional, en especial en las zonas de interior”, coincide Melgarejo. “Es preciso que se adecuen medidas económicas y financieras que garanticen la sostenibilidad de las infraestructuras”.
De acuerdo con el catedrático, numerosas zonas de España que tienen escasez estructural de agua han desarrollado respuestas que combinan diferentes soluciones. “Regulación, uso de aguas subterráneas, conducciones de abastecimiento, trasvases, plantas desaladoras… y una apuesta decidida por la regeneración y reutilización de aguas depuradas”, explica.
Actualmente, España cuenta con 2.232 estaciones depuradoras de aguas residuales que tratan un total de 4.066 hectómetros cúbicos de aguas residuales y generan unos 245 litros de agua depurada por habitante y día. Sin embargo, las cantidades no se reparten por igual en toda la geografía.
“Entre la Comunidad Valenciana y Murcia –asegura el experto– reutilizan más del 52% del total de España. Esto nos lleva a pensar que este modelo de gestión, que combina un mix extraordinario de recursos, perfectamente podría y debería ser implementado en el conjunto de España por razones ambientales y de seguridad hídrica”.
De acuerdo con el informe Fomento de la reutilización de las aguas residuales del Ministerio de Transición Ecológica, elaborado en 2020 por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, las principales barreras para ampliar el uso de aguas reutilizadas y regeneradas son de tipo normativo, financiero, competencial y técnico, a las que se suma la desconfianza de los consumidores.
Casos de éxito: Barcelona
En 2023, el área metropolitana de Barcelona comenzó a abastecerse de aguas procedentes de fuentes de desalación y reutilización (y no solo, como sucedía antes, de recursos hídricos como aguas superficiales y subterráneas). Esto es posible gracias a la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) del Prat de Llobregat y a la Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP) de Sant Joan Despí.
“En 2021, el 97 % de los recursos hídricos que llegaban a los hogares en Barcelona y su área metropolitana procedían de fuentes convencionales: ríos (63%) y pozos de aguas subterráneas (34 %). La desalinización aportaba el 3% restante y no estaba en marcha la reutilización”, sostiene Melgarejo. “En 2023, como consecuencia de la sequía, se ha producido un gran salto cualitativo y realmente extraordinario. El 25% del total lo forman aguas reutilizadas, regeneradas en la estación de El Prat, donde los caudales son sometidos a procesos de regeneración terciarios avanzados”.
En lugar de ser enviadas al mar, las aguas que pasan por la depuradora se bombean agua arriba y se vierten en el río a la altura de Molins de Rei. Unos ocho kilómetros más abajo, la planta potabilizadora de Sant Joan Despí capta esta agua y la somete a un tratamiento avanzado. Tras ser potabilizada, se distribuye a los municipios del área metropolitana de Barcelona. De acuerdo con AEDyR, es lo que se conoce como un proceso de reutilización potable indirecta.
El sistema ofrece numerosas ventajas. “La mayor está siendo la garantía de suministro, que de otro modo habría quedado suspendido, generando situaciones graves que afectarían a todo el tejido productivo y ambiental de Barcelona y de su entorno”, asegura. “Es una medida de seguridad hídrica de la que deberíamos aprender y que deberíamos desarrollar en otros lugares de España, anticipándonos a situaciones de escasez extrema”.
Consejos para reciclar agua en casa
Aunque las opciones para reutilizar grandes cantidades de agua dependen de procesos de tratamiento a gran escala, lo cierto es que a nivel individual también hay gestos que tienen un impacto. Estos son algunos sencillos consejos para reutilizar el agua en casa:
- Recoger en un cubo el agua fría que sale de la ducha antes de que se caliente y utilizarla para regar las plantas o fregar los platos.
- Utilizar el agua que se acumula en los aparatos deshumidificadores con el mismo fin.
- Colocar depósitos de agua de lluvia y utilizarla posteriormente para regar jardines, fregar el suelo o llenar la cisterna del baño.
- Colocar un plato bajo las macetas para recoger el agua que sobra tras regar y usarla para cuidar otras plantas.
- Instalar sistemas de reciclaje de aguas grises o de aprovechamiento de agua de lluvia.
Aprovechar en la medida de la posible el agua que ya hemos utilizado es, sin duda, una de las claves para hacer frente a uno de los grandes retos a lo que nos enfrentaremos en los próximos años: la falta de este bien fundamental en nuestro día a día. Un bien sin el que no tendríamos agricultura o industria, y sin el que no sería posible la vida.