Cómo reforzar las finanzas de la población vulnerable ante la crisis
Las poblaciones vulnerables son las más afectadas por la pandemia global y las que necesitan un mayor número de medidas de apoyo económico. Mayada El-Zhoghbi, directora del Centro para la Inclusión Financiera (CFI) y nuevo miembro del Consejo Asesor del Centro para la Educación y Capacidades Financieras de BBVA aboga, entre otras medidas, por el acceso igualitario a los servicios financieros.
Mayada El-Zoghbi fue nombrada directora del CFI en septiembre de 2019, tras veinte años liderando programas de inclusión financiera. Desde entonces, dirige la visión y estrategia de este organismo que trabaja para que millones de personas no se queden fuera del sector financiero y reciban la formación y los servicios que necesitan para mejorar sus vidas. En estos momentos, El-Zoghbi ve con preocupación los efectos de la irrupción del COVID-19 en la población más vulnerable. “Estamos observando que los impactos han sido bastante diversos en todos los mercados”.
Brechas económicas y sociales
Las diferencias, en algunos casos, son abismales. “Los datos de la encuesta de la consultora BFA Global en Kenia muestran que los ingresos han disminuido para más del 75% de los encuestados. En Reino Unido, en el mismo periodo de tiempo, la cifra es de poco más del 25%”, explica la directora del CFI. Además de la situación geográfica, otro factor determinante a la hora de afrontar una crisis es el grupo social al que se pertenezca. “Los migrantes han visto una mayor caída en los ingresos que los no migrantes”.
La población femenina también se ha visto especialmente afectada por la crisis. “Las mujeres están sobrerrepresentadas como trabajadoras en la industria de la salud y a menudo asumen más trabajo de cuidado no remunerado con niños y ancianos”. Normalmente son ellas las que llevan a cabo trabajos informales y poco cualificados por lo que se han visto más vulnerables ante la pandemia debido a “las grandes reducciones de ingresos a medida que las fábricas cierran y la disminución de la demanda de servicios informales prestados mayoritariamente por mujeres (limpieza, salones de belleza, etc.)”. Ante esta situación, Mayada El-Zoghbi aboga por medidas de estímulo fiscal “en forma de transferencias directas a individuos y empresas”.
Mayada El-Zhoghbi, directora del Centro para la Inclusión Financiera (CFI) y nuevo miembro del Consejo Asesor del Centro para la Educación y Capacidades Financieras de BBVA.
El apoyo a estas poblaciones no se consigue exclusivamente con medidas financieras, “tenemos que abordar las raíces de la desigualdad”. Algo que incluye, según esta experta, “educación, vivienda, redes de seguridad social, así como acceso a servicios básicos como electricidad, agua y saneamiento”. Llevar a cabo estas medidas requiere un trabajo conjunto de los actores implicados en cada sector. “Los que trabajamos en finanzas inclusivas debemos asociarnos con los responsables de formular políticas, así como con organizaciones comunitarias y otras partes interesadas”.
La importancia de la inclusión financiera
Acceder a servicios y productos bancarios es vital para la supervivencia de las poblaciones vulnerables. En ese sentido, Mayada El-Zoghbi destaca los productos relacionados con el “crédito, ahorro, seguro y pagos” que “contribuyen a la capacidad de las personas para administrar sus gastos diarios”. El problema surge cuando los recursos son limitados, “las personas recurren a lo que tienen acceso, aunque no sea necesariamente el producto más óptimo para ese momento”.
La bancarización promueve la resiliencia financiera, sobre todo cuando se alía con la digitalización. “El dinero móvil es particularmente relevante ya que ayuda a las personas a acceder a los recursos de sus redes”. En el caso de los países vulnerables, el uso de las nuevas tecnologías ha sido un factor importante para abordar las crisis. “La distribución digital ha jugado un papel importante en la entrega de efectivo a los más necesitados, especialmente cuando los ingresos se han visto afectados debido a las medidas de confinamiento”, cuenta El-Zoghbi. “En países donde existe una infraestructura digital robusta, los gobiernos y las organizaciones humanitarias han podido desembolsar rápidamente asistencia en efectivo para ayudar a los más vulnerables a resistir la pérdida de ingresos”. Sin embargo, esta experta señala que los efectos positivos de la digitalización deben ir acompañados de un apoyo gubernamental o humanitario ya que no pueden paliar por sí mismo la falta de ingresos.
Inversores y entidades financieras
Ante esta situación, ¿qué papel debe jugar la inversión? “La respuesta de los inversores determinará qué instituciones fracasarán y cuáles permanecerán”, explica esta experta. “CFI ha estado trabajando con Microfinance Coalition para publicar ‘calls to action’ destinadas a inversores, donantes y responsables de formular políticas. El objetivo es que apoyen a las instituciones especializadas y que estas puedan continuar sirviendo a la base de la pirámide con servicios financieros”. El sector está concienciándose de la importancia de actuar de manera responsable para reducir los efectos negativos de la pandemia. “Varios vehículos de inversión en microfinanzas han firmado acuerdos entre ellos para un abordaje colectivo, reduciendo los incentivos de actuar en solitario”.
En este contexto, las entidades financieras juegan un papel fundamental como proveedores de servicios financieros. Mayada El-Zhoghbi prevé un aumento de demanda en determinados productos: “Creo que esta pandemia ha despertado el interés de las personas en los seguros. Podría ser el momento de la historia en el que ese sector finalmente pueda florecer sirviendo a la base de la pirámide”.
El radio de acción de las personas ante crisis como la del coronavirus es limitado. Superarla es una tarea de todos. “Algo tan grande, requiere una acción colectiva. Se necesita que los gobiernos den un paso adelante, brinden asistencia a los más vulnerables y que el sector privado haga su parte. Los mercados no pueden resolverlo todo”, afirma El-Zoghbi. “Necesitamos redes de seguridad, atención médica universal y un sistema capitalista más humano si no queremos que los efectos de esta pandemia se repitan una y otra vez”.