Descarbonizar la cadena de valor: reducir emisiones
Para impulsar la descarbonización del planeta, las empresas deben extender sus objetivos de reducción de emisiones a lo largo de toda su cadena de suministro, incluyendo proveedores, transportistas e incluso consumidores. Esto implica un enorme reto de organización, medición y análisis. Estrategias como acercar la producción al consumo, incorporar el ecodiseño, la circularidad y el trabajo junto con grupos de interés en cada eslabón son algunas de las claves.
La descarbonización supone un gigantesco reto puesto que requiere de un cambio sistémico de modelo económico y productivo para hacer frente al cambio climático. Y en ese cambio las empresas, como actores clave en la sociedad, están llamadas a desempeñar un papel protagonista.
En 2020, la marca de detergente Tide, de Procter&Gamble, redujo las emisiones absolutas de gases de efecto invernadero (GEI), como el CO2 (el principal GEI causante del calentamiento global, según el consenso científico) de su fabricación directa en más del 75% anual respecto a una década atrás, y plantea reducirlas a la mitad para 2030. La propia compañía reconoce que la cifra no es suficiente. Para ellos, "más de dos tercios de las emisiones en el ciclo de vida de la lavandería se producen en el uso del consumidor”. Por ejemplo, al lavar con agua caliente.
Alcances de las emisiones para descarbonizar
Este ejemplo demuestra que no basta con reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de las operaciones directas de las empresas — emisiones de 'scope' o alcance 1 y 2— sino que deben reducirse las emisiones de alcance 3, es decir, las de los proveedores e incluso los clientes de una empresa para asegurar la descarbonización a lo largo de toda su cadena de valor desde la materia prima hasta el producto final.
Para afrontar el reto de descarbonizar las cadenas de suministro, Begoña Casas, profesora de Economía y Empresa de la Universidad Europea, aconseja “calcular la huella de carbono para saber en qué punto se encuentran la compañía, sus proveedores, distribuidores, transportistas, vendedores y consumidores. Analizar cada tramo, ver si se puede descarbonizar y cómo, qué inversiones son necesarias y los retornos. Todo con la meta de definir objetivos y plazos claros a los que deben adherirse los proveedores, muchas veces heterogéneos. Esto puede requerir una acción colectiva a nivel de la industria”.
Palanca de cambio, modelo colaborativo e integral para la descarbonización
Esta descarbonización de las cadenas de suministro constituye una enorme palanca de cambio para reducir el impacto medioambiental de las empresas, escribe Klaus Schwab, fundador y presidente ejecutivo del Foro Económico Mundial, en el informe 'Desafío Net-Zero: La oportunidad de la cadena de suministro', elaborado en colaboración con el Boston Consulting Group.
"Al involucrar a los proveedores para crear una cadena de suministro 'net-zero' o neutra en emisiones de carbono, las empresas no solo reducen su impacto climático, sino las emisiones en sectores donde son difíciles de reducir, acelerando la acción climática en países donde, de lo contrario, no sería una prioridad", concluye el estudio.
La profesora Casas señala ejemplos de descarbonización como la línea de ropa sostenible Mango Committed, "enfocada a la protección de la naturaleza en toda la cadena de valor" o el compromiso con la sostenibilidad de la cadena de valor de Inditex, como ejemplo de “cadena circular".
Tras entrevistar a docenas de empresas líderes en la descarbonización de sus cadenas de suministro, los investigadores aconsejan varias acciones a realizar por cualquier empresa comprometida con la sostenibilidad que quiera descarbonizar su cadena de valor:
- Calcular las emisiones globales de la cadena de suministro, incluyendo datos de los proveedores.
- Establecer objetivos de reducción ambiciosos y holísticos.
- Revisar el diseño del producto, aplicando el ecodiseño y los principios de la economía circular, teniendo en cuenta el final de la vida útil del mismo antes de diseñarlo.
- Revisar en profundidad la estrategia de abastecimiento, priorizando a los proveedores geográficamente más próximos: a menos distancia entre fabricación y consumo, y menor necesidad de transporte, menos emisiones de CO2. Además, acercar la producción a los centros de consumo permite incrementar su resiliencia, estando mejor preparadas para absorber 'shocks' e internalizar el coste del carbono hace menos atractiva la producción en terceros países con menores estándares ambientales", según apunta la organización Forética.
- Establecer estándares ambiciosos de adquisiciones
- Trabajar conjuntamente con los grupos de interés eslabón por eslabón, para cofinanciar palancas de reducción de emisiones y colaborar con otras empresas del sector para maximizar el impacto.
- Desarrollar mecanismos de gobernanza corporativa que eleven la reducción de emisiones al más alto nivel
Última frontera en la descarbonización
Según el Foro Económico Mundial, más del 50% de las emisiones globales proceden de ocho cadenas de suministro: alimentación, construcción, moda, electrónica, automoción, bienes de consumo de alta rotación — cuidado personal, productos de limpieza, ropa o calzado—, servicios profesionales y transporte de mercancías. “El 40% podría reducirse con palancas como circularidad, eficiencia energética o energías renovables, con un impacto marginal en los costes, que solo aumentarían entre el 1% y el 4% para el consumidor final".
“Las compañías se enfrentan a un nuevo reto: la huella de sus cadenas de suministro", apuntaba Jaime Silos, director de Desarrollo Corporativo de la fundación Forética, en la presentación del estudio 'La era del stewardship. Incrementando la presión en la custodia ESG'. "Cada tonelada de CO2 generada por una compañía de forma directa genera de media cuatro toneladas a lo largo de su cadena de proveedores", indica el estudio, que define el alcance 3 o cálculo de las emisiones en toda la cadena de suministro como "la última frontera" en la batalla climática.
En este sentido, entidades financieras como BBVA apoyan a sus clientes empresariales ante este reto ofreciendo soluciones para dar pasos hacia la descarbonización de sus cadenas de suministro. En concreto, el Sustainable Supply Chain Finance que, basándose en criterios de sostenibilidad fundamentalmente ligados a la reducción de emisiones de GEI, incentiva a los proveedores con una tasa más baja a la hora de anticipar el cobro de sus facturas.
Además, BBVA es pionero en ofrecer a las empresas en España una calculadora de huella de carbono basada en la analítica de datos. Un paso importante de cara a la implementación de acciones que les ayuden a reducir sus gastos en energía al mismo tiempo que generan un impacto positivo en el planeta.