¿Cómo fomentar el pensamiento crítico de los adolescentes ante los influencers?
Desde su nacimiento, los jóvenes conviven de forma natural con la cultura digital. Sin embargo, si no reciben orientación adecuada y no se les enseña a ser reflexivos con lo que consumen en las redes sociales y webs, o con lo que les cuenta un influencer, pueden ser vulnerables frente a riesgos importantes. Es clave, por tanto, acompañarlos en el desarrollo del pensamiento crítico.
En un entorno cada vez más hiperconectado y con un elevado flujo de información, es importante que los jóvenes cuenten con las herramientas necesarias para poder formar su propia visión del mundo, de manera responsable. En este sentido, cabe destacar que, según estudios de Fad Juventud, “más de la mitad de ellos y ellas indican que aprenden de forma autodidacta a través de Internet, más allá de la escuela o la familia. De hecho, un 79,9% considera tener mayores habilidades que sus progenitores y un 67,4% que su profesorado”.
Debido a la importancia en la tarea de orientar a familias y educadores en esta cuestión, Educación Conectada, un proyecto de BBVA y Fad Juventud, ha organizado un nuevo taller EduCONEC, enmarcado dentro de su oferta formativa en competencias digitales para docentes, centros escolares, familias y alumnado. En esta ocasión, Estefanía de Anta y Mercedes Muñoz-Rojas, socias fundadoras de la consultora especializada en alfabetización mediática e informacional Wanabi Formación, han analizado cómo los adultos pueden contribuir a que jóvenes y adolescentes puedan formar su propia visión del mundo.
Pensamiento crítico en el entorno digital
Mercedes Muñoz-Rojas define el pensamiento crítico como “la capacidad para analizar y gestionar toda la información que recibimos, hacerla nuestra y decidir qué parte queremos quedarnos, con qué parte estamos de acuerdo” .
En este contexto donde prevalece el consumo de medios digitales es realmente importante, según la experta, el desarrollo del pensamiento crítico, sobre todo teniendo en cuenta la “sobreexposición a la que están sometidos adultos y menores, que ha aumentado tras la pandemia, así como al incremento del tiempo que estos últimos dedican al consumo de medios sociales” ha afirmado.
Asimismo, Muñoz-Rojas ha avisado del riesgo de que el algoritmo pueda crear grupos que refuercen nuestras opiniones, llevándonos a evitar informaciones contradictorias sin salir de nuestra zona de confort personal. Esta práctica puede derivar en el pensamiento único, promoviendo así la radicalización, en lugar de la empatía y el respeto que se identifican dentro del pensamiento crítico. “Tenemos que enseñarles a mirar al resto, a quienes piensan distinto, a quienes nos ofrecen nuevos puntos de vista” ha subrayado.
Por ello, Muñoz-Rojas ha insistido en que la clave no es saber manejar un dispositivo, sino tener un criterio formado para hacerlo, lo que requiere del acompañamiento y formación por parte de las personas adultas.
Así, la experta ha destacado tres elementos esenciales en esta tarea: informarse sobre el uso de los medios sociales y sus posibilidades, establecer límites que, a su vez, refuercen las conductas de autocontrol, y escuchar a los niños y niñas para ver sus puntos de vista y necesidades.
“Igual que hemos enseñado a nuestros hijos e hijas a comportarse en su vida ‘offline’, les tenemos que enseñar a comportarse en su vida ‘online’, a desarrollar un pensamiento crítico que les permita filtrar la información, que les permita decidir qué quieren y qué no quieren y que les permita contrastar esa información”, ha sentenciado la consultora.
Educación Conectada, una oferta formativa para toda la comunidad
Educación Conectada es una iniciativa de BBVA y Fad Juventud que comprende un conjunto de acciones orientadas a facilitar la transformación digital del sistema educativo, para ello ofrece acciones de reducción de la brecha de uso digital (formando en competencias digitales, especialmente).
Un proyecto de apoyo y acompañamiento a toda la comunidad educativa: equipos directivos de centros escolares, docentes, familias y alumnado que pretende dar respuestas útiles e innovadoras a las necesidades del sistema educativo. En 2023, se prevé que las acciones formativas lleguen a 18.500 personas de la comunidad educativa en España a través de acciones formativas específicas en cultura y transformación digital. Desde el año 2020, el programa ha formado a más de 36.000 personas de la comunidad educativa en este ámbito.