¿Cómo encajar la sostenibilidad en el sector logístico?
Entregar un paquete el mismo día que se paga es equivalente a talar 300 árboles, mientras que esperar 72 horas reduce el impacto a 10 árboles. Quizá así se entiende mejor el impacto medioambiental del transporte y la logística. Los expertos ven en la logística sostenible una oportunidad para el planeta… y el negocio.
Un par de clics y la compra está hecha. Por un coste módico, en una hora es entregada en casa. El impacto en el bolsillo del consumidor es bajo, pero ¿está pagando el precio completo? La entrega rápida dificulta la organización de las rutas de reparto y tiene el potencial de aumentar la congestión del tráfico y las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y empeorar las condiciones laborales del repartidor.
La cosa cambia, sin embargo, si en lugar de entrega en el mismo día, el usuario elige entrega al día siguiente o si directamente permite a la empresa logística que entregue la mercancía cuando más le convenga en un plazo de tiempo limitado. Eso sí, para lograr una logística sostenible es necesaria la implicación de todos, desde la plataforma de venta hasta el consumidor con sus decisiones.
Los escenarios están sacados de un estudio desarrollado en México por el laboratorio de logística sostenible del MIT. Según este, si el usuario recibe información clara del impacto de su decisión es probable que la modifique para hacerla más sostenible. En el estudio, la decisión era traducida en árboles. La entrega en el mismo día era equivalente a la tala de 300 árboles, mientras esperar 72 horas reduce el impacto a 10 árboles.
El cambio en las decisiones de los usuarios fue evidente y permitió reducir la huella de carbono de la logística de última milla (la entrega final) un 25%. Más allá de las particularidades del estudio, que muestra el margen de mejora de un elemento muy concreto, ¿cómo encaja la sostenibilidad en la cadena de valor de la logística?
Una larga cadena de impactos y oportunidades
La cadena de valor del sector logístico es compleja y la sostenibilidad medioambiental y social juega un papel importante en todos sus eslabones. Desde el empaquetado en origen y el transporte de larga distancia hasta los almacenes y el reparto de última milla, la logística acumula una larga cadena de impactos.
“La sostenibilidad es un componente de importancia creciente en la logística. No solo las empresas que producen la mercancía tienen interés en mejorar su impacto, sino que los proveedores de servicios logísticos también lo buscan”, explica Gastón Cedillo, investigador del Instituto Mexicano del Transporte, en donde es responsable del Laboratorio Nacional en Sistemas de Transporte y Logística. “Transporte y almacenamiento son los dos elementos de la cadena logística que más se han estado implicando en la sostenibilidad”.
Ambos son también los dos eslabones de mayor impacto medioambiental. A nivel mundial, el transporte supone alrededor de una quinta parte de todas las emisiones de gases de efecto invernadero. De estas, algo menos de una tercera parte corresponden a transporte de mercancías por carretera (tanto urbano como interurbano), un 10% a la red de transporte marítimo internacional y algo más de un 2% a las mercancías que se mueven en avión, según datos de la Universidad de Oxford y la Agencia Internacional de la Energía.
“En la actualidad, la logística depende de un uso intensivo del petróleo, tanto como combustible como para fabricar derivados plásticos”, añade Gastón Cedillo. “La parte de transporte tiene un gran impacto, pero es también una de las áreas de oportunidad más importantes. En América Latina se están dando pasos para mejorar los procesos de distribución, adoptar tecnología de movilidad eléctrica y digitalizar las cadenas de suministro para optimizar la logística”.
De acuerdo con un informe de la consultora PwC, las áreas de acción clave para reducir el impacto medioambiental del sector al tiempo que se generan oportunidades son:
- Incremento de la eficiencia, tanto en el consumo de los vehículos de combustión como en los edificios de oficinas y almacenes.
- Optimización de procesos y rutas a través de la digitalización.
- Cambios de las modalidades de transporte, apostando por alternativas más eficientes y sostenibles como el tren.
- Estudio de las alternativas de movilidad eléctrica y de uso de energías limpias y renovables.
- Desarrollo de productos verdes (como embalajes sostenibles) y apuesta por comunicar el impacto ambiental real de forma transparente.
“La sostenibilidad medioambiental de la logística trae grandes oportunidades y no solo porque tenemos que responder a los retos que enfrenta la humanidad –señala el investigador mexicano–. Reorganizar los procesos trae consigo importantes ahorros y fuentes de competitividad para las empresas de logística y para los usuarios. Existe, además, una fuente de innovación para ‘startups’ tecnológicas. Es una oportunidad para hacer lo que es necesario y para mejorar el negocio”.
La sostenibilidad social y la ‘uberización’ de la logística
‘Apps’ que planifican las rutas de reparto y gestionan la disponibilidad de los repartidores. Tiempos de entrega de última milla cada vez más ajustados. Medios de transporte alternativos para agilizar el reparto urbano. Trabajadores autónomos que dependen en exclusiva de los trabajos de las plataformas digitales. El modelo de la ‘gig economy’ se hace cada vez más fuerte en el sector logístico y está minando la sostenibilidad social del sector.
“La logística se ha estado ‘uberizando’ y generando un impacto social poco deseable. En la actualidad, los repartidores y las empresas tienen una relación muy transaccional. Es cierto que están generando empleos, pero la realidad es que muchas personas que trabajan así están desprotegidas ante todo tipo de incidentes. Es una situación a la que hay que prestar más atención”, explica Gastón Cedillo.
La logística tiene un impacto social importante como sector generador de empleo, vertebrador del territorio, transformador de la sociedad y capacitador de un comercio que aporta bienestar social. Por esas razones, el sector debe siempre mantener la sostenibilidad social como uno de los elementos clave en su cadena de valor. Algunos países han optado por legislar para proteger los derechos del trabajador (como la llamada ley ‘rider’ en España). Sin embargo, el debate no está igualmente maduro en todas las regiones.
“La logística tiene retos muy complejos. Para resolverlos, es necesaria la colaboración público-privada. Si no existe comunicación entre las partes, nadie va a obtener una solución satisfactoria”, concluye Gastón Cedillo. Para el investigador del Instituto Mexicano del Transporte, las soluciones pasan por desarrollar una inteligencia colectiva en el sector de la logística. No se trata de que uno de los actores de la industria imponga su solución al resto. “No importa que uno tenga mucha capacitación o tecnología punta, necesitas a todos los componentes para encontrar una solución a los desafíos”, añade.