Packaging ecológico: qué son y cómo diseñarlos para cuidar el medioambiente
Muchos envases tienen una vida útil de días o incluso horas. Materiales de un único uso, como el plástico, impactan sobre el medioambiente. Diseñadores e investigadores están creando envoltorios que se puedan reutilizar, biodegradar o reciclar. El ‘packaging’ ecológico ya está aquí.
En enero de 2020, la activista de Greenpeace Maite Mompó se encontró con un envase de yogur mientras limpiaba una playa de Denia. El hecho no tendría nada de particular si no fuese porque en el envase, prácticamente intacto, se leía con claridad una fecha: 1976.
Las estimaciones de cuánto dura el plástico varían de 450 años a para siempre. A su vez, se calcula que la mitad de los objetos hechos con este material se usa solamente una vez antes de desecharse. Gran cantidad de envases tienen una vida útil de meses, semanas o incluso unas pocas horas, para convertirse luego en basura y permanecer en el medioambiente durante cientos o incluso miles de años.
¿Qué es un packaging ecológico?
Para evitar este problema y sus múltiples consecuencias, diseñadores e investigadores están creando una nueva generación de ‘packagings’ o empaques ecológicos. Estos son envoltorios que adaptan su forma y sus materiales a las verdaderas necesidades de envasado de los productos, y que al final de su vida útil pueden reutilizarse, biodegradarse o reciclarse.
Un problema medioambiental con los deshechos
A lo largo de las últimas décadas, el envasado de productos ha transformado nuestro estilo de vida. Ha impulsado el desarrollo del comercio a escala global, ha mejorado las condiciones de almacenaje y conservación de alimentos y ha hecho posible trasladar medicinas e instrumentos médicos de forma aséptica a cualquier rincón del planeta.
Sin embargo, el uso generalizado de envases de un solo uso y la dependencia del plástico están teniendo un impacto importante a nivel medioambiental. De acuerdo con la Consultora McKinsey, la gestión de los residuos de envases se enfrenta actualmente a una crisis debido a dos desafíos sin resolver: la reciclabilidad y las tasas de reciclaje.
En primer lugar, entra en juego el hecho de que muchos envases no se pueden reciclar con los sistemas existentes. Un buen ejemplo son los formados por varias capas de materiales diferentes. En segundo lugar, está el hecho de que las tasas de reciclaje son muy bajas a nivel global. La mayoría de los residuos plásticos se incineran y se depositan en vertederos, lo que implica que sus materiales se pierden para siempre.
Según los datos de la consultora, en EE. UU. las tasas de recuperación de envases plásticos de alimentos rondan el 28 %. En Europa, la tasa de reciclaje de envases plásticos se acerca al 40%. Una cifra muy baja si se compara con el 80% del cartón, el metal y el vidrio, por ejemplo.
Esto ha despertado la concienciación de los usuarios y ha propiciado cambios a nivel político y legislativo. En España, la estrategia Economía Circular 2030 tiene como objetivo conseguir que los materiales y los recursos se aprovechen al máximo y se mantengan en la economía el mayor tiempo posible. Al otro lado del Atlántico, Ciudad de México arrancó el 2021 con la prohibición de comercializar, distribuir y entregar productos plásticos de un solo uso. La ciudad sigue así los pasos de Chile, el primer país de América Latina en aplicar una ley a nivel nacional para prohibir la entrega de bolsas de plástico en grandes tiendas y supermercados.
Iniciativas como estas son cada vez más comunes en diferentes países y continentes. Sin embargo, no faltan voces que señalan que para lograr un mundo más sostenible es necesario ir más allá y replantear nuestra forma de crear y consumir.
¿Cómo diseñar 'packagings' ecológicos?
Para que un ‘packaging’ sea sostenible debe ser atractivo e interesante, para comunicar bien el producto, y adaptarse a su principal objetivo, que es servir para conservarlo y transportarlo.
“Un buen diseño debe ser funcional. Por ello, cuando trabajamos con productos frágiles, debemos pensar en envases robustos, creados con materiales fuertes. Al lado opuesto están los 'packagings' efímeros, pensados para productos que tienen una vida corta”, explica la diseñadora.
Esta diferenciación sienta una de las bases sobre las que empezar a trabajar en el ecodiseño de 'packaging' ecológicos. Condiciona desde la elección de materiales hasta la forma en que nos desharemos de ellos. “Cuando existe una demanda de envases robustos, yo siempre recomiendo hacer 'packagings' que puedan tener un segundo uso, para alargar así su vida útil. De este modo, evitamos que terminen en la basura”, explica Guimarães. “Si por el contrario vamos a comercializar productos con una vida corta, lo ideal es reducir al máximo los materiales del 'packaging' e intentar que estos sean compostables, biodegradables o incluso biofabricados”.
Materiales de los packagings ecológicos
A la hora de elegir materiales sostenibles para embalajes ecológicos, los diseñadores se hacen numerosas preguntas. “¿Cómo se extrajo este material? ¿Cuánto tiempo va a estar en el mercado? ¿Y qué pasará cuando ya no lo necesitemos y se convierta en un residuo?”, enumera Marta Escamilla, responsable del Área de Sostenibilidad del centro tecnológico LEITAT.
De acuerdo con Escamilla, hay muchos materiales que pueden resultar sostenibles. Todo depende de su uso. Actualmente, se está investigando en el área de los materiales biodegradables y compostables, los que provienen del reciclado (como los R-PET) o los biobasados. “Un buen ejemplo es la versión biobasada del polietileno, que proviene de fuentes renovables en lugar del petróleo. Es un material que no es biodegradable ni compostable, pero se puede reciclar y es duradero, por lo que en algunos casos es muy buena opción”, explica.
Numerosas iniciativas actuales apuestan por la reutilización y la reducción frente al reciclaje, una opción que, a fin de cuentas, implica un alto impacto energético y ha demostrado ser difícil de aplicar a nivel global. Sin embargo, para acabar con la dependencia de los envases es necesario un cambio de mentalidad.
“Todavía hay muchas barreras. Una de ellas es la cultural. ¿Si siempre ha ido en tetrabrick, por qué no puede ir en botella? ¿Y si ha ido en botellas por qué no puede ir en cajas? Otra barrera es la económica. El plástico es, por desgracia, muy barato. Sustituirlo suele suponer un incremento de precio”, explica Marta Escamilla. “En contraposición, hay una gran parte de la población que demanda cada vez más 'packagings' sostenibles y que está empezando a influir en la industria”.
La naturaleza como inspiración del diseño de embalaje ecológico
En los últimos años hemos visto surgir infinitas ideas de 'packagings' que buscan ser más sostenibles utilizando materiales naturales, reciclables o compostables. Hemos visto también envases que pueden tener una segunda vida, como cajas de vino que se convierte en lámparas o botellas comestibles. Además de respetar el medioambiente, otro de los beneficios es el económico.
Reducir el impacto del uso de envases tiene numerosos beneficios que van más allá de respetar el medioambiente. Uno de ellos es el económico. “A menudo caemos en el error de pensar que las opciones ecológicas son menos económicas, cuando es al revés”, señala Guimarães.
Para la diseñadora, la propia naturaleza es la mejor fuente de inspiración a la hora de diseñar embalajes ecológicos. “Todo está pensado para ser atractivo, bello, funcional y circular. Cuando una hoja cae de un árbol, nutre el suelo para que el árbol siga creciendo. Quien inventó la basura fuimos nosotros, y ahora tenemos que ver cómo lo solucionamos”.