Cómo aprender hábitos de consumo más sostenibles desde las aplicaciones móviles
Si las 'apps' son masivas, universales y ayudan a hacer casi de todo, no podían quedar al margen de la sostenibilidad como gran preocupación social. Ayudan a ahorrar energía y agua, reducir el desperdicio de alimentos, fomentar el reciclaje o desplazarse con menos emisiones contaminantes.
La técnico medioambiental Judit Urquijo creó la web Greenapp & web como trabajo práctico de un curso de curación de contenidos. "Tras sopesar varias opciones, pensé que quizás sería interesante unir tecnología y medioambiente: el tema tecnológico porque es un asunto que siempre me ha atraído, aunque no me considero una adicta, y el medioambiente porque es el ámbito en el que he desarrollado mi carrera profesional", explica. Así que decidió crear un espacio virtual en el que recopilar ‘green apps’ o aplicaciones verdes que ayudan a los usuarios a desarrollar hábitos más sostenibles desde su teléfono móvil.
Urquijo añadió a su web primero aplicaciones ambientales y después otras basadas en tecnologías como Internet de las Cosas, 'wearables' (prendas y complementos con capacidad de conexión ‘online’), sensores o 'big data'. Su experiencia es un botón de muestra de toda una tendencia de ‘apps’ desarrolladas para usos como ayudar a la ciencia a identificar el estado del agua salada o dulce, favorecer el reciclaje de materiales y productos usados, ahorrar energía y recursos hídricos o luchar contra el desperdicio alimentario. En general todas suelen ser fáciles de utilizar, intuitivas, gratuitas, en versiones compatibles con los diferentes sistemas operativos móviles y disponibles en las grandes plataformas de descarga como App Store y Google Play.
La importancia de los gestos cotidianos
AWorld es una aplicación que apoya la campaña ‘Act Now’ de las Naciones Unidas para la acción individual contra el cambio climático y favorecer la sostenibilidad. Ofrece contenido "interactivo e inspirador" con información, consejos y retos que ayudan al usuario a ser más respetuoso con el medioambiente en sus hábitos cotidianos. Incluye un medidor de gestos para llevar el recuento de cuánto ahorro genera ese estilo de vida.
JouleBug apela a la faceta lúdica de los usuarios al plantear el ahorro energético, la reducción del consumo de agua o el reciclaje como un juego para competir con familiares o amigos y con el que obtener recompensas.
La premiada campaña 'Refill' de la ONG británica City to Sea conecta a las personas con lugares en los que pueden rellenar su botella de agua o su taza de café sin necesidad de comprar envases, lo que reduce el uso de plástico y el desperdicio.
Nuevos conceptos de movilidad
La ‘app’ de GetAround, que se presenta como líder mundial de 'carsharing' (compartir el uso de vehículos), permite organizar alquileres entre particulares por días u horas en Europa y Estados Unidos, íntegramente a través del teléfono inteligente. Otro ejemplo de aplicación móvil que favorece una movilidad más sostenible es BlaBlaCar, la red social para compartir vehículos y desplazamientos con otros usuarios presente en 22 países, sobre todo europeos, aunque también está en India, México y Brasil, entre otros.
Colaboración contra el derroche alimentario
En 2019, la Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 29 de septiembre como el Día Internacional dedicado a la toma de conciencia sobre el desperdicio de alimentos. Por esa vía y según cálculos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), cada año se pierde alrededor del 17 % del total de la producción mundial de alimentos.
Por eso la ONG Prosalus ha puesto en marcha la aplicación 'Yo no desperdicio', que cuenta con la financiación del proyecto Territorios Solidarios de BBVA, a modo de red colaborativa para facilitar el intercambio: "Podemos anunciar los alimentos que nos sobran o ver los productos de otros usuarios que viven cerca para quedar luego con ellos, a través del chat de la aplicación, y así poder aprovecharlos", explica la ONG.
Por su parte, ‘Too good to go’ permite a sus usuarios registrados comprar platos y comida sobrante, a precios más reducidos, en establecimientos cercanos adheridos a la iniciativa —restaurantes, supermercados, fruterías, pescaderías…— para así evitar que esos alimentos acaben en los contenedores de basura. Los paquetes de comida son una sorpresa, su contenido será distinto en función del excedente de cada día.
Primero medir, después ahorrar
El primer paso para reducir la demanda de energía y agua es medirla, y de ahí que aplicaciones como Meter Readings o Energy Consumption Analyzer contabilicen los consumos de los hogares, calculen la tasa promedio (por hora, día, semana o mes) y presenten los datos en gráficas, de manera que el usuario pueda verlos en conjunto y valorar qué hábitos modificar para aumentar su ahorro.
Información, formación y contribución a la ciencia
Además de ayudar a organizar escapadas a un glaciar respetuosas con ese entorno —con alojamientos, accesos, consejos y guías—, IceKing también ofrece información actualizada sobre la evolución y salud de los glaciares e invita a los turistas a compartir fotos y videos de su viaje con fines científicos.
EyeOnWater —aplicación y sitio web— permite al usuario proporcionar a los científicos del clima información sobre el color y la claridad de aguas dulces y saladas. Envía la medición a un servidor central que la valida, almacena y difunde a través de la página web.
"¿Encontraste un hongo, una flor, un bicho y no estás seguro de qué especie es? ¡Abre la cámara de Seek para ver si lo conoces!". Así se describe a sí misma esta aplicación que utiliza tecnología de reconocimiento de imágenes para identificar plantas y animales. Está orientada a menores, es segura, reparte insignias y propone desafíos a los jóvenes aficionados a estudiar la naturaleza. Su creadora es iNaturalist, red social de naturalistas y ciudadanos.